El pueblo vasco que Anne Igartiburu visita en sus días de descanso: «Me siento tan unida»

Donde nacemos es donde nos criamos, crecemos y construimos nuestra personalidad e identidad. Muchas veces resulta complicado alejarse de las raíces de cada uno, por lo que intentamos mantenerlas de vez en cuando. Un claro ejemplo sería el de Anne Igartiburu, que admitió volver Elorrio, ese lugar que sigue guardando en su corazón: «Paseo matutino por mis montes, mi pueblo, mi tierra a la que me siento tan unida», explicó en sus redes sociales.

Y es que cuando se habla de «tierra» no nos referimos únicamente al lugar en sí, sino a la identidad, o 'nortasuna' en euskera. Esta sensación de pertenencia, de sentirnos parte de un lugar y una cultura es lo que le pasa a Anne Igartiburu con Elorrio, un municipio vasco que la vio crecer y donde desarrolló su identidad.

«Nor naizen, zer naizen, hortan gabiltza!», o '¡Quién soy, lo que soy, en esas estamos!', así termina su publicación en la que vuelve a aludir a su pueblo y la cultura vasca que tanto recuerda a pesar de estar la mayor parte de su tiempo en la aglomeraciones de Madrid. Razón de más para cogerse unos días y regresar a sus orígenes y aprovechar lo que le ofrecen sus raíces, ya que ella misma admite que es «naturaleza, montaña, agua, emoción e inquietud».

Oculto entre las montañas vascas, Elorrio sería uno de los muchos pueblos de ensueño en Euskadi donde merece la pena hacer una parada. Declarado Conjunto Monumental Artístico en 1964, este municipio conlleva un cáracter histórico que incluye más de 50 palacios, casas torre y blasonadas, un auténtico viaje a la época medieval.

Entre sus lugares más emblemáticos se encontrarían la Plaza Gernikako Arbola, el ayuntamiento, la basílica de la purísima Concepción, que sería la más grande de Bizkaia, y el río Zumelegi. Sin embargo, es suficiente con pasear por sus calles cargadas de historia para enamorarse del pueblo donde se crió Anne Igartiburu.