Ser padre primerizo engorda

Un estudio de la Universidad de Northwestern, en Chicago, publicado en la revista 'American Journal of Men's Health', demuestra que después de tener un hijo, y sobre todo el primero, los hombres aumentan su índice de masa corporal (IMC) y ganan entre 1,5 y 2 kilos de peso. "La transición a la paternidad es una importante etapa de la vida en el desarrollo de la salud de los hombres", es una de las tesis del informe.

El estudio ha analizado a 10.000 varones desde su adolescencia hasta la edad adulta. De ellos, 3.425 participantes habían sido padres al final del período de estudio y, de esos, 2.739 de ellos vivían con sus hijos.

Se ha podido comprobar que mientras aquellos que no tienen descendencia llegan incluso a perder 600 gramos de media durante ese tiempo, aquellos que se convierten en padres ganan entre 1,5 y 2 kilos de peso (un aumento de 2 y 2,6% -correspondientemente- del índice de masa corporal), correspondiendo la última cifra a aquellos que además viven con sus hijos.

Durante las dos décadas que duró la investigación, a todos los participantes se les midió el IMC en cuatro momentos: al inicio y al final de la adolescencia, a mediados de la década de los 20 años y a principios de los 30. También se siguieron otros indicadores como la paternidad, la raza, el nivel educativo o los ingresos económicos.

Según analiza el estudio, el sedentarismo propio del matrimonio, se une con una serie de factores relacionados con la paternidad: la casa se llena de golosinas, galletas, etc; se come aquello que los hijos dejan; se pasan muchas más horas sentado frente a la televisión con los niños, etc. Se subraya, asimismo, que la paternidad hace que uno "tenga nuevas responsabilidades y no tenga tiempo para cuidar de sí mismo", como por ejemplo el ejercicio que se hacía antes. "La familia se convierte en la prioridad".

Además, el estudio también ha demostrado que los hombres sufren un aumento de los síntomas de la depresión durante los años inmediatamente posteriores a haberse convertido en padres, ya que -en todos los ámbitos- se trata de un gran punto de inflexión en la vida de todo hombre.

"Cuanto más peso ganen los padres y mayor sea su IMC, mayor es el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer", advierte el doctor Craig Garfield, autor del estudio. Alerta de que la depresión paterna puede afectar a alrededor del 5% al 10% de los padres, y el problema es que también puede perjudicar al desarrollo de su hijo durante los primeros años de vida, que son, además, los más delicados.

El experto aconseja que sean los pediatras los que aprovechen las visitas de muchos de estos padres para dar consejos sobre la importancia de mantener hábitos de vida saludables, ya que muchos son jóvenes y se creen sanos o no tienen tiempo para ir a su médico de cabecera.