Ipurua niega una última alegría

También impresionaron las incontenibles lágrimas de Ane Campos, aunque está por ver si fueron fruto de la emotividad por volver a vestir de corto tras casi seis meses de recuperación del tobillo izquierdo del que fue intervenida en diciembre, o si se debieron a que era el último partido de la getariarra con la camiseta azulgrana.

El caso es que el Eibar se tuvo que resignar a sufrir una nueva derrota como local, la séptima de un campeonato en el que, pese a que ha firmado la mejor campaña de su historia en Primera, solo ha podido ganar tres partidos y retener cinco empates en su feudo.

El Atlético de Madrid, que necesitaba ganar para certificar una tercera plaza amenazada por el Athletic, no se antojaba precisamente el rival más asequible para maquillar esas estadísticas. Y aunque le costó abrir la lata, el cuadro colchonero acabó encontrando antes del descanso la grieta que derribó la pared que edificó el técnico armero con el fin de emular la sorpresa que las eibarresas dieron en la primera vuelta al arrancar un empate en el campo colchonero.

Quizás si Carmen Álvarez no se hubiera encontrado con la férrea oposición de Lola Gallardo en alguna de las dos claras opciones que fabricó antes de que se cumpliera el minuto 20, la historia hubiera sido diferente, pero el centro lateral desde la izquierda de Luany que Ajibade remachó a placer en el minuto 43, cercenó las esperanzas que albergaban las azulgranas.

Y pese a que poco se puede reprochar al trabajo defensivo de las armeras, las rojiblancas acabaron sentenciando el choque con a falta de un cuarto de hora del final gracias a una espectacular acción individual de Fiamma que ella misma se encargó de concretar.

Ya solo queda el partido del domingo (12.00 h.) en Sevilla para dar por finalizada la temporada.