Visita al nuevo hotel de Añorga
Inaugurado en octubre tras la reconstrucción del histórico edificio Los vecinos disfrutaron de un recorrido guiado por el Heredad de Unanue
ELI KORTA
Sábado, 2 de febrero 2019, 09:58
La familia Olaizola forma parte de la historia del caserío Unanue-Zar desde finales del siglo XIX, si bien los orígenes de este singular edificio ... se remontan al siglo XV. Tras un incendio que en 2013 redujo el caserío a cenizas, la familia puso en marcha un nuevo proyecto hotelero que ha dado como resultado el Hotel Heredad de Unanue, abierto al público el pasado septiembre e inaugurado un mes después. Dos descendientes de la quinta generación de esta familia, Arantxa y Amaia Liceaga Olaizola, junto a Joseba Etxarri, dirigen este hotel cuyo edificio es aún desconocido para muchos donostiarras, a pesar de sus cinco siglos de historia.
Para dar a conocer esta histórica construcción y el nuevo proyecto, el pasado domingo se organizó una jornada de puertas abiertas con el fin de que los vecinos de Añorga conocieran desde dentro esta «joya escondida» en su barrio. Setenta personas de todas las edades se reunieron para descubrir su interior, sus distintas dependencias y el trabajo de rehabilitación llevado a cabo por el interiorista Carlos Molina. La asistencia al encuentro se distribuyó en dos «quedadas». A las 12:00 en el Jolas-Etxea, como excursión, y, a las 12:30 en Unanue-Zar, para llegar directamente al evento.
El dato
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70 añorgatarras se acercaron el pasado domingo al hotel Heredad de Unanue para conocer su historia y el nuevo proyecto hotelero que se inauguró en octubre, un mes después de su apertura.
En la parte exterior del hotel, y aprovechando momentos en que el tiempo apaciguaba, Antxon Olaizola explicó a los asistentes cómo se realiza la operación de prensado de la manzana. Con manzanas procedentes de los propios terrenos de Unanue-Zar, Antxon elaboró con la ayuda de Pío y Ramón Olaizola, su padre y su tío respectivamente, más de 40 litros de zumo de manzana que pudieron degustar los visitantes. Y es que, tal como explican desde la familia Olaizola, los terrenos que rodean al Unanue-Zar siguen produciendo sus productos tradicionales, entre ellos, la manzana con la que elaboran el jugo que está a la venta en el propio hotel.
Tal como recuerda Etxarri, «los más veteranos conocían el Unanue-Zar de toda la vida, uno de los caseríos históricos de Añorga, parte de la memoria colectiva del barrio, que fue sede en su última etapa de un albergue juvenil de colonias hasta el fatídico incendio de 2013 del que solo quedó en pie su parte de la piedra».
Según explica el propio Joseba Etxarri, el proyecto ha intentado preservar «todo lo preservable» de su arquitectura y resaltar sus elementos más señalados. Han querido «dar continuidad a su historia de hospitalidad y recibimiento de visitantes, así como de establecimiento abierto al mundo».
Está previsto impulsar actividades de difusión cultural e iniciativas relacionadas con la diáspora vasca en particular. «Las habitaciones rinden homenaje a los vascos y vascas que salieron del país y emigraron, sobre todo, a América».
De hecho, el hotel ya ha acogido la primera edición del Día de la Diáspora Vasca celebrado en diciembre con una charla a cargo de la galardonada docente vasco-argentina Graciana Goicoechandia, que expuso su experiencia profesional y vital desde su doble condición de vasca y argentina.
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