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La reurbanización del entorno de la Bretxa se retrasa y podría no estar lista para la feria de Santo Tomás, como era voluntad del Ayuntamiento. La Junta de Gobierno Local prevé aprobar hoy la suspensión parcial del contrato para adecuar los alrededores de la plaza debido a la aparición de imprevistos de obra que no son imputables a la empresa que ejecuta los trabajos.
Según explica el concejal de Proyectos Urbanos, Juantxo Marrero, el Servicio de Explotación de Agua y Saneamiento remitió el pasado día 15 un escrito a la Dirección de Proyectos y Obras indicando la «necesidad de acometer ciertas actuaciones de renovación» de la red que discurre bajo la acera par de la calle Aldamar.
El delegado del PSE subraya que esta intervención es «inaplazable», ya que no hacerla ahora «supondría afectar más adelante a la pavimentación recientemente terminada». Bajo la premisa de no romper lo que acaba de estrenarse, Marrero ha tomado la decisión de dejar en suspenso el contrato en marcha para que no corran los plazos estipulados y, por tanto, no se llegue al supuesto de tener que sancionar a la adjudicataria –en este caso, Urbycolan– por no haber cumplido el cronograma firmado.
Así, el Ayuntamiento abordará a la mayor brevedad la reparación del tramo de red de saneamiento señalado, mientras la constructora continúa con su labor en otros puntos del ámbito, ya que la suspensión decretada afecta únicamente al asfaltado de Aldamar.
En estos momentos se actúa sobre el pavimento de la propia plaza, donde se colocará la pérgola de madera y cristal en la que se asentarán las baserritarras del mercado en la trasera del edificio Arkoak, el más cercano al Boulevard. Esta pasada semana se planeaba terminar de picar el actual suelo de caliza, paso previo a la instalación en los próximos días del pavimento definitivo, «más resistente y con un centímetro más de volumen», detalla Marrero.
Las obras de reurbanización del entorno de la Bretxa comenzaron en octubre, ya bajo la gestión de la Sociedad de Fomento. Desde entonces, se ha actuado sobre la calle Iñigo y la calle Aldamar hasta la altura de la entrada a la cancha deportiva situada en el edificio Pescadería. En ese tramo de Aldamar, en el que se ubica el nuevo centro de salud de la Parte Vieja, se ha renovado la acera y se ha elevado la cota de la calzada, con lo que se ha logrado rebajar el tamaño del bordillo que da acceso a la puerta del ambulatorio y que tantas quejas había generado por su altura entre los pacientes.
La Junta de Gobierno Local prevé aprobar también hoy otra suspensión de la ejecución de un contrato de obras, en este caso las correspondientes a la instalación de una cubierta textil sobre los juegos infantiles del parque Harria de Altza. El problema allí es que los trabajos no han podido iniciarse porque la empresa adjudicataria, Campezo, formuló «reservas» en el acto de comprobación de replanteo del pasado día 11. Esta actuación, con la que el consistorio da respuesta a una vieja demanda vecinal, tiene un presupuesto de 237.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses, aunque ahora mismo está paralizada.
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