«Slow fashion, slow food... Yo reivindico el 'slow work', ese trabajo al que le das tiempo»
Xavier Rovira Rubiralta Un mediterráneo bajo la lluvia
Barcelonés con raíces profundas en Manresa, su vida actual transcurre entre Donostia, Cataluña y un pueblito de Costa Rica, Puerto Viejo. También en Londres. Estudió ... Arte y Diseño y cuando los profesores le 'invitaron' a dejar la escuela voló a Venecia, a Inglaterra y a las Rocky Mountains, Canadá. De cómo vino a parar a los 700 metros cuadrados de una nave sita en el 109 del camino de Illarra hablamos durante horas. Afuera diluviaba.
Árbol Genealógico
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Joana, Concepció, Montserrat Hay tres mujeres impresionantes en la heráldica de Xavier. Bisabuela y abuela arqueólogas; la madre, editora de libros y revistas.
- Así que en aquella escuela de diseño barcelonesa te invitaron a marcharte. Suele pasar pero, ¿por qué exactamente?
- Porque hacía cosas muy raras. Se supone que empiezas creando dibujos, pequeñas obras, cartelería, camisetas... Yo con 20 años ya me dedicaba, por ejemplo, a las perfomances, a los featuring y a los happenings. Me invitaron a irme y me fui.
- Bonito periplo el tuyo: estudiaste escultura en Londres e historia de la arquitectura en Venecia...
- La experiencia canadiense, en una universidad situada en las Montañas Rocosas, cercados por el frío (recuerda, soy mediterráneo), con los ciervos mirándonos desde el otro lado de los ventanales de las clases fue increíble. Ah, todos esos estudios los hice con becas.
- No apareciste en Donostia así, en plan 'paraca', '¡Qué bonito; me quedo'. Háblanos de liquidDocs.
- En nuestra web nos definimos como: 'empresa especializada en la producción de Exposiciones, Museografía, Ediciones en papel + 2.0 y la creación de Proyectos Integrales de Diseño, Multimedia, Web 2.0 y Comunicación Corporativa'.
- Suena potente. Tanto que publicáis libros maravillosos sobre el cuerpo y las artes en movimiento. Amén de fanzines lujosos.
- Y durante décadas hemos colaborado con el Koldo Mitxelena Kulturunea. Decididamente, no soy un recién 'aterrizado'. Cuando con una de mis parejas (me parece más interesante la vida en pareja, en compañía, en conflicto y amor dual) decidimos que ya estaba bien de andar cogiendo aviones, aquí me quedé. Amo este lugar. Y su calidad de vida.
- Todos los que vinisteis para quedaros decís igual. ¿Es para tanto?
- Sí. Yo, por de pronto necesito estar junto al mar. La lluvia, cierto, me entristece demasiado pero a cambio tengo el mar. Y la montaña. Y la cultura. Donostia te ofrece todo lo que puedes desear (festivales, conciertos, expos). Todo lo que hay en las metrópolis pero en tamaño amable, perfecto. ¿Te digo algo sobre Tabakalera?
- ¿Por qué no? A cambio de que luego nos cuentes cosas de tu bisabuela, tu abuela y tu madre.
- Aceptado. Creo que mucha gente no le está dando el tiempo necesario. Siento que ciertas críticas son precipitadas. Un proyecto como ese exige, demanda, que le dejemos caminar, asentarse, reposarse, crearse a sí mismo. Me parece magnífico pero hay dejarle estar, crecer.
- Supongo que eso que has dicho tiene mucho que ver con esa filosofía del 'slow work' que reivindicas en el titular.
- Totalmente. Defendemos y seguimos las corrientes 'slow' en muchos ámbitos de nuestra vida: 'ciudades lentas', 'comida lenta', 'moda lenta', con lo que eso implica de sostenibilidad, felicidad y compromiso. Pero yo me arrimo también al 'trabajo lento'. Que no quiere decir que no tenga ni precise gran intensidad y dedicación pero sí que se debe hacer pausadamente, ofreciendo a cada tarea el tiempo, el espacio, el momento que necesita. El estrés puede que no desaparezca del todo. Pero será estrés vivificante. ¿Os presento a las mujeres de mi familia?
- Será un placer.
- Mi bisabuelo, Josep Colominas, era arqueólogo. Fundó el primer museo de arqueología del país. A su lado, pero no en plan 'cherchez la femme' sino colaborando de igual a igual, mi bisabuela, Joana Casas. Mi abuela Concepció también fue arqueóloga. Especializada en Egipto. Mi madre Montserrat es editora. Hasta del boletín del Barça. En sus manos, una colección increíble de libros de arte: CRiG.
- Arqueología... ¿no es también el territorio de tu socio en este proyecto llamado Ik109 lab?
- Suso Pérez, sí. Trabaja muchas veces en un terreno sorprendente, la arqueología contemporánea. La del futuro. Más allá, más acá, más al mañana de la fascinante búsqueda de la tumba de Cleopatra en la que hoy están inmersos tantos científicos.
- Aún no hemos revelado lo que esconden estos 700 m2.
- Nosotros solo queríamos unos 100 pero puestos a... Será un punto de encuentro de creadores abierto al público. Quien nos busque en Instagram verá que para autodefinirnos usamos palabras como 'Creation, laboratorio, interdisciplinar, empoderar, dibujar, promocionar'. Quien venga a vernos descubrirá que estamos situados en dirección sur, que Iñigo Segurola ha creado un espacio verde con palmeras bananeras, helechos, ficus. Que exponemos en estos momentos los muebles que yo he creado en complicidad con Olivier Granet-Sottis. Muebles orgánicos en los que usamos mármoles del Baztan y Markina, linos y mi penúltima pasión, el cemento, el cemento pintado.
- Pero por aquí hay muchas más historias. Muchas.
- Las propuestas arquitectónicas de Alex Mitxelena, las fotográficas de Esti Veintemillas, las textiles de una coreógrafa brutal, Marta Navaridas, la cerámica de Gloria Castellanos. Y las que habrá. Porque además de lo otro, IK109 es un semillero.
- Perdón, has nombrado también a Goiko y Sonni. ¿Quiénes son?
- Mis dos galgos. Rescatados. Adorados. Me acompañan en otra aventura, Mika Goods, dedicada a la creación, diseño y renovación de los espacios vitales de clientes y amigos.
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