Sirimiri: Decoración otoñal para dinamizar el comercio

Escribe Ana: «Las manifestaciones del concejal de Turismo me parecen un absoluto disparate. En primer lugar, no comparto que lo recaudado vaya a destinarse a medidas para proteger 'nuestra lengua'. ¿A qué se refiere señor Insausti? ¿Más subvenciones para el euskera? ¿de verdad? En cualquier caso, me parece grave, y dice muy poco de la aptitud de esta persona para encargarse de las cuestiones públicas. Lo de establecer un supuesto canon de autenticidad a establecimientos que supuestamente no aportan 'valor añadido'... ¿Sabe usted lo que cuesta levantar la persiana de cualquier establecimiento en esta ciudad? ¿Se ha molestado en estudiar mínimamente la historia de esta ciudad? ¿Le suena la Valencianeta Frutos y turrones, abierto en San Sebastián en 1926? De verdad, le recomiendo que dimita y se ponga a trabajar como todo hijo de vecino».

Denuncia Oscar: «Pertenezco al sector del transporte de mercancias desde hace más de 35 años. Tengo amigos mensajeros, taxistas, en Dbus hay varios, y otros siguen en el transporte. Todos coincidimos en que se han cargado el tráfico en San Sebastián (ver para creer). Ahora se lo están cargando en Amara y lo siguiente, nada menos que puede ser la variante, la subida y bajada de Garbera al polígono 27 con esas dos rotondas que son una verdadera porquería. A ver si se enteran de una santa vez. Y el mantenimiento del asfalto en general es el peor de la historia. Nos venden humo ecológico y no se consulta a los profesionales. Como bien dijeron los del Real Automóvil Club Vasco Navarro... para empeorarnos más la vida es mejor que no hagan nada».

Mari Carmen envía la siguientes líneas: «Hace 7 meses que mi vida dio un giro de 180 grados. El 16 de marzo mi marido sufrió un infarto en Behobia, justo delante de la farmacia. Hubo varias personas que me ayudaron y estuvieron con mi hija y conmigo en esa amarga hora mientras intentaban reanimarle en el suelo. He podido agradecer personalmente al personal de la farmacia lo mucho que me ayudaron pero no puedo agradecer, y me gustaría, a dos ciclistas que pasaban por ahí en ese momento y le hicieron los primeros auxilios. Eran dos chicos que hablaban castellano, pero no sé ningún dato más. Si alguien sabe quiénes son, o si ellos mismos ven este escrito, que sepan que les quiero dar las gracias por todo lo que hicieron. También quiero hacer un guiño a las demás personas como personal de la ambulancia y gendarmes que me atendieron en aquel momento. Todo esto me ha hecho creer otra vez en la humanidad, y saber que hay mucha gente buena por el mundo».