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Sonata de pólvora, explosión de rock
Ariel Rot y Kiko Veneno, junto a un amplio elenco de invitados, protagonizaron todo un 'show' de clásicos en la tercera noche de conciertos en Sagüés
La artillería comenzó puntual su cita con el público donostiarra que, como manda la tradición, se había encaramado a la barandilla de La Concha. Un palco de honor para vivir el éxtasis percusivo de unos fuegos artificiales que 'rompían' en el pecho y contestaban en las fachadas de los edificios de primera línea. La 'sonata' de pólvora se disfrutó con un escrupuloso silencio que los más entendidos imponían a quienes osaban aplaudir entre movimientos.
Pero, tras la traca final, la avalancha se trasladó en religiosa procesión hacia Sagüés donde, en la noche del 15 al 16, un dúo de cabellera cana iba a detonar su explosivo de rock. «¡Vecino! ¡Que es para el otro lado!», advertía una pareja a otra que caminaba en dirección al Antiguo. Porque las fiestas iban a continuar hasta bien entrada la madrugada en la otra esquina de la ciudad con dos protagonistas de peso. Kiko Veneno había sido el primer invitado del programa 'Un país para escucharlo', ese que dirigió Ariel Rot durante tres temporadas y, así las cosas, surgió entre ellos una amistad musical que ayer lunes se tradujo en su visita a Donostia.
«Hace cuarenta años de la primera vez que vine a esta ciudad», comentó el ex Tequila y ex Rodríguez tras incendiar la plaza con su Telecaster. El 'Memphis Blues' de Veneno —su adaptación del 'Stuck Inside of Mobile with the Memphis Blues Again' de Dylan— sirvió para aprovechar la misma tonalidad de 'Dulce Condena', ese clásico de Los Rodríguez que la hinchada entonó a pleno pulmón.
El dúo argentino-catalán comenzó con la balanza inclinada hacia el lado 'porteño'. Rot mostró todo su espíritu rock juvenil con su voz de siempre y atrevidos punteos. «Ya del mundo de ayer no queda nada», cantaba el argentino, aunque esta Semana Grande se esté pareciendo bastante a ese 'mundo de ayer' que parecíamos haber olvidado. El «maestro» Veneno, más recogido, cedió cierto protagonismo hasta que le tocó coger los mandos con 'Mi abanico de cristal' y 'Lo que me importa eres tú', ese funk latino que igualó el combate.
Ambos líderes se alternaron composiciones como golpes en un 'pressing catch' hasta que subieron nuevos contendientes sobre el 'ring'. «¿Estoy escuchando un saxo?», se preguntó el de Figueres y, entonces, apareció Luis Mari Moreno 'Pirata' con su tenor en mano para foguear a 'su' público, ese que tan bien conoce. Rot se pasó a la Strato para el solo limpio de la balada 'Me estás atrapando otra vez' y luego se colgó su Gretsch roja en 'Joselito', con la que arrancó definitivamente el baile flamenco.
Y, entonces, dando palmas por bulerías de Jerez subió Tomasito para inundar de arte y taconeo su 'Oh mare' que el 'Ratón' Pozo acompañó con sumo placer. Una noche repleta de invitados en la que también estuvieron la txalaparta de Oreka Tx y la voz de Olatz Salvador en su lírico 'Korapilatzen', con el que incluso se atrevió Veneno. Un repertorio de leyenda con 'Lobo López', 'En un Mercedes blanco', 'El marinero y el capitán', 'Baile de ilusiones', 'Te echo de menos' y 'Hace calor' que pusieron punto y final saltando ('Salta!!!') y volando ('Volando voy').
La gaita gallega como nunca antes escuchada
¿Orquesta? ¿Banda de rock? ¿Folclore? Lo que esta noche presentará MITIC en Sagüés será más que un espectáculo. Promete ser un show audiovisual con la gaita gallega de Álvaro Costas como estandarte con el que ondear los grandes éxitos del rock, las mejores bandas sonoras del cine e incluso píldoras de la música sinfónica. Trece músicos que nacieron del folk celta y que sacan la gaita más allá de la muñeira y la jota.