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Un bombero riega el tejado del Ayuntamiento en los momentos previos al lanzamiento de los Fuegos Artificiales.

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Un bombero riega el tejado del Ayuntamiento en los momentos previos al lanzamiento de los Fuegos Artificiales. sara santos
Aste Nagusia | Bomberos

Así funciona el protocolo para evitar que los fuegos artificiales acaben en incendio

Plan de seguridad ·

Un protocolo se activa cada noche de Semana Grande: los bomberos riegan antes y después del lanzamiento el tejado del Ayuntamiento y vigilan el Náutico, mientras se baldean los tamarindos y el suelo de Alderdi Eder

Aingeru Munguía

San Sebastián

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Martes, 16 de agosto 2022

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Mientras miles de personas miran hacia el cielo durante las noches de Semana Grande hay una decena de trabajadores que tiene su vista puesta en el suelo. Las inmediaciones del lugar de lanzamiento de los fuegos artificiales son aseguradas y vigiladas con lupa para prevenir incendios, lo que exige una planificación, una intervención preventiva y una supervisión posterior. El tejado del Ayuntamiento es regado como si fueran a salir tomates, algo que también se hace con los jardines y los tamarindos de Alderdi Eder. Tampoco se quita ojo al edificio del Náutico, otra joya arquitectónica de la ciudad, que 'se arrima' mucho a la pólvora de las pirotecnias. Nos adherimos al equipo de los bomberos en la primera noche de la Aste Nagusia para ver cómo actúan para prevenir un incendio.

Para llegar hasta ellos hemos tenido que pasar por varias barreras que impiden a los donostiarras entrar a la zona de seguridad alrededor del lugar de lanzamiento de las colecciones. La directora del Servicio de Extinción de Incendios, Elisabeth Arillaga, nos explica que «la normativa estatal y la autonómica exige la elaboración de un plan de seguridad y emergencia» de forma previa al lanzamiento de disparos pirotécnicos de más de 100 kg de material.

Los toldos deben estar recogidos, las ventanas cerradas y nadie que no sea personal de seguridad puede estar en el edificio

La zona de seguridad, además de alejar al público hasta una distancia prudencial, exige adoptar medidas de prevención de incendios en los edificios ubicados dentro de su perímetro. Estos son la casa consistorial y el Náutico, construcciones que tienen la máxima protección urbanística al estar incluidas en el grupo A del Peppuc.

La directora, Elisabeth Arrillaga, ilumina a un bombero una zona del tejado del Ayuntamiento.
La directora, Elisabeth Arrillaga, ilumina a un bombero una zona del tejado del Ayuntamiento. sara santos

Entre las medidas que se adoptan previamente al lanzamiento de los fuegos están el cierre de puertas y ventanas de ambos edificios, la retirada de toldos, además de la salida de su interior de todo el personal, salvo el de seguridad. En Alderdi Eder, personal de FCC y contratado por Festak baldea desde las 21.30 h el suelo, los jardines y los tamarindos con dos peones y dos conductores mediante «dos cisternas de 16 m3 de capacidad, dos porter y dos carros de barrido».

Los bomberos desplazan a la zona a dos cabos y seis bomberos, al jefe operativo, Imanol Andonegi, y tres vehículos, que se ubican en las calles Hernani y Andia. En los días previos se han subido ya dos cajas de mangueras al tejado del Ayuntamiento.

Los bomberos llevan un atuendo de 20 kg de peso y se mueven en la oscuridad por una cubierta inclinada llena de obstáculos

Subimos al tercer piso del consistorio con el cabo Pablo Estensoro y el bombero Oscar Pérez, dos 'armarios' que llevan con soltura un atuendo de 20 kilos de peso. Una escalera nos coloca en la cubierta del edificio consistorial. Flechas pintadas con aerosol fluorescente indican en el suelo a los bomberos dónde están las bocas de riego a las que deben acoplar las mangueras. Llegar a ellas no es tarea sencilla, a la oscuridad se suma una 'orografía' complicada en el tejado de este edificio del siglo XIX que no tiene un m2 sin sorpresas: instalaciones, planos inclinados, claraboyas, respiraderos... Lo único tranquilizador en ese lugar son las líneas de vida colocadas hace unos años y que hoy son obligatorias.

El agua empieza a salir

El agua empieza a salir de las mangueras. Primero el ala este y luego se moja el ala oeste. Arillaga explica que el hecho de que haya bomberos en la zona cuando se lanzan los fuegos hace que se redoble la protección también de otros edificios, como los de la Parte Vieja o los de la calle Hernani. «Si se generará un fuego, llegaríamos en seguida».

Empieza el lanzamiento y nos dan, al que firma este reportaje y a la fotógrafa, tapones para los oídos. Casi mejor hubiera sido un casco de bombero. Restos pequeños de la colección pirotécnica caen alrededor, pero sin atisbo de fuego. La reportera gráfica no lleva un atuendo de 20 kg pero sí instrumental fotográfico con ese peso, lo que le complica seguir los movimientos de los bomberos por el tejado. Optamos por refugiarnos, junto a Elisabeth Arrillaga, en una de las torres del edificio en espera de que amainen las explosiones pirotécnicas.

Desde allí nos explica dónde están los vehículos del cuerpo de extinción y cómo todo el operativo se coordina con el Puesto de Mando Avanzado ubicado junto al edificio del Gobierno Vasco de la calle Andía. Desde este punto se dirigiría cualquier actuación en una emergencia en coordinación con la Guardia Municipal, DYA, Salvamento Marítimo, SOS Deiak y los propios Bomberos. El sábado no fue necesario actuar. El trabajo terminó con una inspección de seguridad en el tejado y una charla con todos los miembros del operativo, junto al camión, en la calle Hernani.

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