El Santuario de Lourdes que un grupo de franceses escondió en un rincón de San Sebastián
No mucha gente conoce este curioso rincón escondido en la capital guipuzcoana y construido hace más de 120 años
M. S.
San Sebastián
Domingo, 24 de agosto 2025, 00:10
El Santuario de Lourdes es uno de los lugares dedicados a la veneración de la Virgen María más visitados del mundo. La localidad de Lourdes, en Francia, recibe cada año alrededor de 6 millones de visitantes procedentes de más de 140 países, aunque son muy pocos los que saben que existe otro santuario que fue construido por franceses en Euskadi.
Se trata de la gruta de Lourdes Txiki ubicada en San Sebastián, una réplica modesta del famoso santuario francés que tiene más de 120 años de historia. Un pequeño santuario, aunque, a escala reducida, en el que no falta ninguna de las características que caracterizan a la gruta original de Lourdes, en Francia: la propia gruta, la imagen de la virgen y las velas.
El santuario fue construido en 1903 cuando una congregación de frailes dominicos se instalaron en la capital guipuzcoana. Los religiosos procedían de la localidad francesa de Arcachón muy cercana a Burdeos y venían huyendo de Francia, ya que en ese mismo año el Gobierno francés ordenó la disolución de las distintas órdenes religiosas que existían en el país.
Un tesoro escondido en el Monte Igeldo de San Sebastián
Y es que muchas personas, incluso donostiarras, desconocen la existencia de este pequeño y escondido tesoro que se encuentra en el ascenso al Monte Igeldo, muy cerca del restaurante Rekondo, ya que para llegar a 'Lourdes Txiki' es necesario subir entre 10 y 15 minutos andando desde la playa de Ondarreta, coger la línea 16 de DBUS o subir en coche.
Tras la marcha de los dominicos, fueron los capuchinos, quienes restauraron y renovaron la gruta en 1933, dejándola con su aspecto actual: un paraje con gran vegetación, que cuenta con un pequeño manantial, un altar y decenas de placas de mármol, algunas con más de cien años de antigüedad.
Conocido y desconocido a partes iguales por donostiarras y visitantes, este lugar de peregrinación posee una atmósfera singular y especial. En la década de los años 50 pasó definitivamente a cargo de la parroquia de San Sebastián Mártir del barrio del Antiguo de San Sebastián y cada 11 de febrero celebra una misa por la Festividad de la Virgen de Lourdes.