Doce robos en doce días

Los robos se han cometido en diferentes barrios de la ciudad. Respecto a los casos registrados por la policía autonómica vasca, tres se han produjeron en el barrio de Gros, uno en Amara Berri, otro en el Antiguo y el ultimo en el Centro. Todos ellos entre el 18 de noviembre y el 1 de diciembre.

Todos ellos se produjeron asimismo de madrugada, cinco en las franjas horarias comprendidas entre las 00.00 y las 04.00 horas, y el sexto entre las 04.00 y las 08.00 horas, y en todos utilizando un método similar y habitual en los robos con fuerza en este tipo de establecimientos: la fractura de lunas de los bares y realizar una palanca para abrir marcos de puertas o ventanas. Para romper los cristales es habitual que utilicen objetos contundentes como piedras o tapas de alcantarilla.

En las actuaciones realizadas por la Ertzaintza en los citados robos se han producido tres detenciones de ladrones a los que pillaron 'in fraganti' cometiendo el delito. Desde el departamento de Seguridad señalan asimismo que «todos los detenidos se corresponden con el perfil de delincuentes habituales multi-reincidentes, tanto en esta modalidad delictiva como en otras».

Son muchos casos en pocos días que han puesto en guardia al sector hostelero, desde donde aseguran que tienen «miedo» y piden más vigilancia policial de madrugada para disuadir a los delincuentes.

DV recogió el testimonio de ocho hosteleros donostiarras que en las dos últimas semanas de noviembre fueron asaltados o que sufrieron un intento de robo. Los casos más graves por los daños y el material sustraído fueron los del bar Le Comidare, en Gros, y el Divinum, en Amara. En el primero, además de romper las dos puertas de cristal de acceso al local y las cuatro cámaras de vigilancia, se llevaron dispositivos electrónicos como tablets, móviles y ordenadores, además de la caja del día y el bote de las propinas. En el Divinum entraron un lunes y se llevaron toda la recaudación del fin de semana, después de forzar la cerradura y romper la cristalera con una alcantarilla.

En algunos casos los hosteleros han conseguido eludir los robos, a pesar de la insistencia de los cacos. Es el caso de la Tagliatella de Gros, en la que llegaron a romper la ceradura y el cristal pero no entraron, o el Chopper de Amara, donde trataron de entrar hasta en tres ocasiones, sin éxito, gracias al cristal de triple capa con el que cuenta el bar. En otros como el Arkupe, a pesar de tener cámaras de videovigilancia o alarma, han entrado a robar hasta en once ocasiones.