El nuevo Topo tendrá en Donostia una decena de accesos subterráneos

Los 4,2 kilómetros de trazado desde Lugaritz hasta Easo atravesarán la zona oeste y centro de la ciudad, en un recorrido sinuoso a diferentes niveles de profundidad, en el que los trenes que circulan entre Hendaia y Lasarte-Oria harán esas tres nuevas paradas, con una decena de entradas o salidas que pretenden acercar a los viajeros hasta el corazón de la ciudad o de la Universidad. Su construcción aún tardará varios meses. Pero mientras los túneles van ganando metros, mapa y planos en mano, ubicamos exactamente el espacio subterráneo que ocuparán las estaciones y localizamos todas las bocas de acceso.

La retroexcavadora que lleva semanas trabajando en la plaza que da nombre al barrio y a la futura estación revela una de las nuevas entradas al Topo. Este cañón es uno de los tres accesos a la parada que se extenderá bajo la ladera del Seminario, a la altura del tramo de la calle Zarautz que se sitúa frente al polideportivo. En una caverna revestida en roca «al estilo» de las de Altza o Intxaurrondo, la estación tendrá 81,6 metros de andenes a 20-25 metros de profundidad, según el lado de la calle. Y constará de un piso intermedio, o mezanina, que servirá como hall distribuidor hacia los andenes, el ascensor o las dos bocas principales de entrada, la de la plaza Benta Berri y la situada en la confluencia entre Bertsolari Xalbador y Pedro Ugartemendia, entre las canchas y el polideportivo, donde también han empezado los trabajos.

El primer acceso ya es visible. El muro de la plaza con el recuerdo impreso de Imanol -existe el compromiso de preservarlo-, será la puerta norte de la estación. Los viajeros recorrerán un primer trecho en «horizontal», en llano. Después, irán bajando en pendiente del 1,5% por dos tramos de escaleras mecánicas y un «pasillo rodante», con cintas transportadoras similares a las de los grandes aeropuertos. Salvarán así los 21,3 metros de desnivel hasta la mezanina, y 4,5 más, hasta los andenes.

La entrada sur, a través de una marquesina, comienza con un tramo inclinado de escaleras fijas y una mecánica, que llegan hasta el hall. Desde ahí, los viajeros deberán avanzar otros 64 metros para alcanzar los andenes, que se sitúan a 20,7 metros de profundidad respecto al exterior. Este acceso cuenta además con un ascensor directo a la calle, a la altura del número 35 de la avenida Zarautz. Un elevador que conecta con la mezanina y que, tras el pasillo donde se sitúan las canceladoras de billetes, enlaza con otros ascensores que bajan a los andenes.

En diagonal, bajo las viviendas situadas entre las calles Easo y Urbieta, Arrasate y San Bartolomé, se extenderán los 150 metros de caverna bajo el corazón de la ciudad. La estación tendrá tres bocas de acceso y un ascensor con salida directa a la calle Easo, concretamente entre Arrasate y San Martín, que salvará 30 metros de desnivel.

A unos metros, estará la entrada de la plaza Xabier Zubiri, junto al Hotel Londres. Será la 'de la Concha'. Tras bajar las escaleras, los viajeros seguirán por un cañón que gira 90 grados para recorrer una manzana de la calle Easo, desde San Marcial a Arrasate. 63 metros en descenso mediante dos largos tramos de escaleras, que alcanzan hasta un 6% de inclinación para llegar a la caverna, a la estación, a más de 30 metros.

Tampoco tendrá marquesina, para no distorsionar la vista de la catedral, la salida que se sitúa frente al Buen Pastor, en la calle Loiola. Durante 126 metros, el cañón salvará el desnivel de 28,8 metros con la calle. Lo hará con un primer tramo de escaleras, que gira 90º para enfilar la calle San Martín durante 104 metros y entroncar con la caverna. Ese trecho se recorrerá mediante escaleras mecánicas o fijas y culminará con un pasillo horizontal que desemboca en la estación.

En el lado opuesto, se sitúa el cañón de San Bartolomé, que quedará integrado en el nuevo espacio comercial en la esquina de Easo con San Bartolomé. No tendrá salida directa al exterior, sino que los trenes llegarán a la planta -1.

La nueva estación soterrada, bajo la ladera coronada por Arbaizenea, tendrá dos entradas y dos ascensores. Entre los números 20 y 22 de la calle Autonomía, una marquesina de acero inoxidable recibirá a los viajeros, que bajarán a la estación por un pasillo rodante de más de 130 metros. Este acceso además contará con un ascensor directo a la calle Salud, paralela, que conectará con el resto del Alto de Amara.

El otro cañón cruzará bajo tierra la actual playa de vías -que se reurbanizará- y desembocará en el Paseo de Errondo, junto a la calle Azpeitia. Un «pasillo rodante» de 29 metros une la estación con esta boca que sale a la calle bien a través de una escalera fija cubierta esta vez sí por una marquesina, bien a través de un ascensor contiguo.