Rafael González: «El María Cristina es una parte vital de San Sebastián»
La cadena Marriott ha anunciado oficialmente su nombramiento como nuevo responsable del hotel Ensesa
Rafael González Ensesa llegó a San Sebastián el pasado 1 de abril, procedente del Jumeirah Living Marina Gate, de Dubai, para hacerse cargo de ... la dirección del hotel María Cristina, en una de cuyas suites se desarrolla esta entrevista. La carrera profesional de este madrileño de 41 años en el mundo de los hoteles de lujo ha sido meteórica. Desde 2002, cuando comenzó su andadura en el Ritz de Madrid, ha trabajado en establecimientos de Barcelona, Tenerife, México, Bali y Shanghai. «Nuestro turista aporta mucho a Donostia», dice.
– ¿Ha venido solo o con familia?
– Vengo con familia, con mi mujer y con un hijo.
– ¿No es cansado vivir en tantos sitios sin tener un hogar fijo?
– La verdad es que en nuestra profesión muchas veces nos movemos de un destino a otro y eso es también la belleza de la hostelería, el poder descubrir nuevas culturas, nuevas gastronomías y formas de entender la vida desde ángulos diferentes. Eso es muy enriquecedor y es una de las cosas que me han ayudado muchísimo en mi carrera profesional.
– ¿Había venido antes a San Sebastián?
– Había venido en tres ocasiones. Soy un enamorado de Euskadi y de todo lo que ofrece.
«Yo tenía 7 años. Recuerdo los barcos en Hondarribia y que paramos a comprar un helado»
– ¿Ha paseado por la ciudad?
– Por supuesto. El primer día di un paseo por La Concha, que es algo que enamora a cualquiera.
– ¿No ha encontrado muchos turistas?
– Sí que los he encontrado. No me ha sorprendido, porque Donostia es una ciudad fantástica, bonita y al mismo tiempo, por proximidad con Francia y con el aeropuerto en Hondarribia, es un destino muy atractivo.
– Aquí los donostiarras dicen que los turistas les están echando de lugares como la Parte Vieja.
– El turista nuestro, el del hotel María Cristina, es un turista de calidad que aporta mucho a Donostia como ciudad, ya no solo al hotel, sino a toda la restauración y a los comercios. Es un cliente que suma mucho y que es inmersivo en las experiencias que busca. Eso es lo que nosotros ofrecemos a nuestra clientela, que aprendan de todo lo que tiene que ofrecer el destino, mucho más allá de lo que ofrece el hotel.
– ¿Qué piden los clientes?
– Vienen con muchas cosas en mente desde antes de aterrizar en Euskadi. La gastronomía es un componente fundamental, desde ir por el casco viejo de pinchos o a restaurantes conocidos a probar platos típicos de aquí. Desde el momento en el que llegan le explicamos, por ejemplo, lo que es la gilda y el txakoli, y hacemos que ellos tengan interés por lo nuestro, por lo de aquí, lo de Euskadi.
– Habla de lo nuestro como si usted fuera de aquí de toda la vida.
– Por el poco tiempo que llevo me encanta todo lo que voy observando. La bienvenida que me han dado, ya no solo en el hotel sino en la ciudad, ha sido fantástica. Esto hace que quiera seguir aprendiendo cosas de los donostiarras, por eso hablo como si fuera también de aquí.
– ¿Cuándo fue la primera vez que vino a San Sebastián?
– Fue hace más de 30 años. Yo era un niño y tenía unos siete. Con mis padres y mis hermanos fuimos a Zarautz y también a Hondarribia. Me acuerdo de los barcos en el puerto de Hondarribia y que paramos en un sitio a comprar un helado. Es un recuerdo de mi niñez.
«Me gusta el hostelero de toda la vida, el que ha salido adelante con su bar en el barrio»
– ¿Qué virtudes tiene San Sebastián como ciudad turística?
– Tiene una buena conexión. Tenemos un aeropuerto pequeñito, pero tenemos aeropuerto, porque hay ciudades del tamaño de Donosti que no lo tienen. Además, tenemos el de Biarritz a 40 minutos y el de Loiu a poco más de una hora en coche. Son tres aeropuertos en cien kilómetros y esto es una ventaja exponencial, porque para atraer turistas uno tiene que tener una buena conectividad. En segundo lugar, la gastronomía es sin lugar a duda una pieza angular en el turismo en Euskadi. Conozco pocos destinos donde haya una gastronomía con tanto potencial como tiene Euskadi, con tantos restaurantes con estrella Michelín, pero no solo eso. A mí personalmente me gusta muchísimo el hostelero de toda la vida, el que ha trabajado y ha salido adelante con su bar en la esquina, en su barrio, donde ha nacido, ha crecido y se ha desarrollado como profesional. Me encanta descubrir esos sitios y hablar con los propietarios, que me cuentan la historia de sus establecimientos.
– ¿En qué podría mejorar San Sebastián?
– Nos podría ayudar seguir teniendo vuelos o expandir los vuelos internacionales desde Hondarribia. Ahora han puesto una nueva conexión a Londres que ayuda al mercado británico. Tener más conexiones permitiría que más clientes de distintas nacionalidades pudieran venir directamente aquí sin tener que ir, por ejemplo, a Bilbao.
– ¿Y en la ciudad, que se podría mejorar?
– Llevo aquí cinco semanas, la pregunta me viene un poco temprana. Sigo descubriendo y aprendiendo cada día. Tenemos una oferta muy buena en la ciudad; tenemos hoteles nuevos que han ido abriendo los últimos años y eso ayuda al turismo. Donosti es un destino que tiene mucho que ofrecer y sin lugar a duda puede seguir creciendo.
– ¿Vienen muchos donostiarras al hotel?
– Estamos muy contentos porque hace justo un año lanzamos un brunch el primer domingo de cada de cada mes y el domingo pasado tuvimos aquí a un número importante de donostiarras que vinieron a pasar el día de la madre con sus familias. En esta nueva etapa que hemos iniciado esto para mí es una de mis prioridades, acercar el hotel a la ciudad y la ciudad al hotel. El María Cristina es una parte vital de la ciudad y queremos que los donostiarras sientan el hotel como suyo.
– ¿Las viviendas turísticas están haciendo daño a los hoteles?
– Es para otro público, es otro perfil de cliente que busca cosas distintas a los que se hospedan en hoteles como el María Cristina.
– ¿Está a favor de las tasas turísticas?
– Eso es una pregunta más para los políticos que para los hoteleros.
«A los clientes de todos los hoteles les importan los impuestos y les gusta saber lo que pagan»
– Tampoco creo que a los clientes del María Cristina les importe pagar una tasa.
– A los clientes de todos los hoteles les importan los impuestos y les gusta entender lo que pagan.
– ¿Qué debe tener un hotel para ser bueno?
– Lo primero que me viene a la mente es un buen grupo humano. Yo siempre digo que uno puede tener un hotel precioso en cuanto a instalaciones, pero lo que marca la diferencia es la gente, los empleados, la actitud, el querer tener una sonrisa, querer ayudar, ser servicial. Esas son cualidades y adjetivos fundamentales para nosotros.
– ¿Quiénes son los mejores clientes?
– No tengo una respuesta para eso. Para mí son los donostiarras, que no vienen a alojarse sino a disfrutar el hotel, a tomar el brunch, una copa en el bar o una comida. Tenemos clientes de Estados Unidos o japoneses, por decir de dos países completamente distintos. Lo que espera un cliente japonés es completamente distinto a lo que espera un americano, son culturas diferentes.
– ¿Qué espera un cliente japonés?
– Como ya sé cuál será la siguiente pregunta, le diré que los japoneses, a diferencia de los americanos, son un poco más introvertidos. Cuando un estadounidense entra en el hotel ya sabemos de dónde es, el perfil es completamente distinto. Los clientes americanos ya tienen muy claro lo que quieren cuando llegan.
– ¿Qué quieren?
– Les encantan las habitaciones grandes. El cliente japonés tiene una cultura gastronómica muy fuerte y cuando vienen lo hacen porque saben que aquí van a descubrir una gastronomía muy fuerte y muy buena, pero muy distinta a la de su país. Ven Euskadi como un destino sumamente atractivo.
«Como huésped yo le pido a un hotel sentirme en casa»
– ¿Cuando va de vacaciones se aloja en hoteles o en pisos turísticos?
– Me alojo en hoteles.
– Entonces no desconectará nunca de su trabajo.
– No solo es mi trabajo, sino mi pasión. Cuando voy a otros hoteles aprendo cosas nuevas y cojo ideas que luego me encanta poder aplicar al hotel donde trabajo.
– ¿Se fija en todo lo que le rodea y lo critica?
– Los hoteleros tenemos ojos un poco más trabajados porque al final nuestra profesión es así. Sí que nos fijamos un poco más que otras personas.
– ¿Como huésped qué le pide a un hotel?
– Sentirme en casa, eso es lo primero que se me ocurre. Ahora estamos en una suite bonita en el hotel María Cristina y queremos que cada persona que se aloja aquí se sienta como en casa, que es cuando se está mejor que en ningún otro sitio.
– ¿Cómo describiría el hotel María Cristina?
– Es un hotel icónico que representa el lujo y que ha atraído a muchísimas personas de renombre durante años y años desde que abrimos en 1912. Antes había pocos hoteles de lujo en España y el María Cristina era uno de ellos.
– ¿Dónde va a pasar estas vacaciones?
– No tengo ningún plan. Pasaré casi todo el verano en Donostia porque es temporada alta.
– ¿Siempre se queda sin 'veraneo'?
– Es mi primer verano en Donosti y tengo mucha ilusión y muchas ganas de seguir conociendo todas las paredes de este hotel y su historia, porque tiene mucha.
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