La primera retirada de piedras de la playa de Ondarreta este verano se llevará a cabo el lunes
En ausencia de un contrato cuatrienal para el empleo intensivo de la despedregadora se han reducido a la cuarta parte los escombros retirados en los últimos años
La semana que viene, la última del mes de agosto, será la primera vez en el verano que las máquinas actúen en la playa de Ondarreta para eliminar cascotes. Es una situación insólita, teniendo en cuenta que este año las piedras han aparecido al comienzo de la temporada estival. La oscilante dinámica marina y la ausencia de un contrato plurianual con partidas presupuestarias concretas para el uso intensivo de la despedregadora está en el fondo de esta situación, que ha provocado el malestar de muchos bañistas de esta playa. El concejal de Mantenimiento, Carlos García, aseguró que su departamento trabaja ya en los pliegos de este contrato que permitirá a partir del próximo verano solventar el problema.
La zona intermareal de media playa de Ondarreta está llena de piedras, algo que se puede apreciar claramente durante los momentos de marea baja. La zona más preocupante es la más próxima a la rampa de bajada a la playa, frente al Club de Tenis. La erosión de las mareas ha dejado esta parte de la playa sin una buena capa de arena, lo que ha permitido aflorar a la superficie bloques de piedras de diferentes tamaños. La 'fuga' de sedimento se puede constatar porque el refuerzo de la cimentación del muro de costa vuelve a quedar descalzado. Hay que recordar que esta situación es la que permitió descubrir el año pasado una antigua embarcación, un pecio del siglo XV, en esta misma zona.
Pero la mancha gris de los pedruscos no se queda en la zona más occidental de la playa, sino que se prolonga junto a la orilla hasta más allá del puesto de vigilancia de los socorristas. La situación no es mejor en lo que se denomina como «playa sumergida», es decir en los primeros metros dentro del mar, donde los bañistas se las ven y se las desean para entrar y salir del agua.
El concejal García explicó que se va a echar mano de un contrato menor para retirar cascotes la semana que viene. Según indicó, hubiera sido poco operativo meter antes las máquinas en la playa porque si la marea no baja mucho los vehículos «se hunden en la arena» y se frustra el dispositivo. «Ahora vienen las mareas vivas de finales de agosto y septiembre, que son momentos muy propicios para retirar piedras».
El dispositivo actuará en la bajamar nocturna del lunes y el martes que viene cuando entre la marea baja y la alta habrá 3,6 metros de altura del mar. Los operarios trabajarán desde 3 horas antes y hasta 3 horas después de la bajamar para sacar el mayor rendimiento posible al dispositivo. En el equipo habrá miembros de la sociedad de ciencias Aranzadi que dirigirán las operaciones y previsiblemente del Servicio Provincial de Costas para vigilar la actuación. Es posible que dos semanas después, el 8 y 9 de septiembre, con ocasión de la nueva tanda de mareas vivas, se vuelva a repetir la operación.
Todo el escombro que se saque hoy son piedras que se ahorran los bañistas mañana. Un informe de Aranzadi realizado el pasado mes de diciembre recoge el volumen de escombros existente bajo la arena hace una década y cifra el volumen retirado desde 2016 hasta la actualidad. Se han eliminado 10.170 m3 (13.711 toneladas) de piedras de la playa, de los 14.600 m3 estimados que había antes de actuar. Es decir, se ha logrado retirar un 69%, pero falta por recoger casi un tercio.
Durante los años que hubo un contrato para el empleo de la despedregadora (2017-21) se eliminaron entre 2.000 y 3.000 toneladas de piedras cada verano. Los últimos tres años, teniendo que echar mano de contratos menores para actuaciones puntuales de uno o dos días, solo se han podido sacar entre 300 y 600 toneladas cada verano.
«La gente está muy disgustada; hay muchas quejas por la situación de la playa»
Estos días de cielo gris y sirimiri intermitente ha bajado lógicamente la afluencia a la playa, aunque estemos en pleno mes de agosto. Algún turista despistado prueba a meterse en el mar y también lo hacen los chavales que están en cursillos de canoa o piragua. Los que no se arredran aunque haga mal tiempo son los deportistas que acuden a ejercitarse al Club de Tenis. Muchos de ellos terminan una clase de zumba, pilates o una sesión en el gimnasio y en vez de la ducha se bajan a la playa y se dan un baño en el mar.
Dos de estas mujeres salen del agua con unas sandalias con las que caminan sobre los cascotes como si nada. «Aquí hay unos pedruscos este año que antes no había. Y llegan también dentro del mar. Es una pena, pero qué le vamos a hacer, es una cosa de la naturaleza», comenta una de ellas, que aprecia una fuerte disminución de la cantidad de arena en esta zona occidental de la playa. «Si esperas a las 10.45 horas bajará un grupo y ellos te comentarán más cosas», nos indica.
Otra mujer que tiene sus más y sus menos para salir del agua nos dice tras haber nadado unos largos en el mar que «este verano se nota un montón que hay muchas más piedras que otros años. Yo vengo del gimnasio del Tenis y esta zona de aquí está fatal».
Un vecino de Andoain nos dice que él no es un asiduo a Ondarreta, pero que se ha sorprendido por la cantidad de piedras que se han encontrado en la playa.
Jesús lo corrobora: «La gente está muy disgustada, hay muchas quejas porque este verano no están retirando las piedras». Y es que para meterse en el agua hay personas de todas las edades que hacen malabarismos para no caerse. La única alternativa es caminar hasta la parte de la playa más próxima al Pico del Loro, donde la arena abunda y no hay rastro de cascotes.