Una pradera de narcisos vestirá de amarillo el paseo de Francia este próximo invierno

«La actual pradera estaba bastante deteriorada y con esta intervención, además de recuperarla, añadiremos un golpe de color en los meses oscuros del año, en un sitio tan concurrido y apreciado por la ciudadanía como es el paseo de Francia», explica la concejala y portavoz socialista, Marisol Garmendia.

En total se van a plantar 130.000 bulbos de narciso amarillo que, se estima, estarán en floración de mediados de enero a mediados de febrero –siempre en función de las condiciones climatológicas de cada año–. Durante las últimas dos semanas varios operarios han estado trabajando en la retirada del césped, el cual se ha levantado como si fuera una alfombra mediante el uso de una máquina. Los trozos (tepes) se apilan y conservan para poder colocarlos de nuevo tras plantar los bulbos.

«Antes de la plantación es necesaria la preparación de la tierra aireándola, mulléndola y, en resumen, acondicionándola para facilitar el arraigo de los bulbos y la posterior regeneración del césped», apunta Garmendia. En este sentido, informa de que «la plantación de los propios bulbos se debe realizar totalmente a mano para conseguir un efecto natural en la pradera, el cual no se consigue con una plantadora mecánica que hace líneas y hoyos a distancias regulares».

Por último se acometerá la recolocación de los tepes de césped cubriendo toda la plantación y, por supuesto, se realizarán los riegos necesarios para el éxito de la plantación. Después, llegando la primavera y tras la siega de los narcisos que ya habrán terminado su ciclo anual, se realizarán trabajos específicos de mejora y regeneración del manto de césped consistentes en un aireado con recebado, escarificado y resiembra.

La edil socialista explica que se trata de una intervención paisajística que requiere un trabajo laborioso para su implantación inicial pero que, a largo plazo, es de bajo mantenimiento. «De hecho, solo requerirá el cierre puntual de la pradera al comienzo de la brotación de los bulbos, ya que en ese momento son muy sensibles al pisoteo. Por ello pide respeto y cuidado a los paseantes y propietarios de mascotas para no interferir en el crecimiento de las flores.

Tras la floración y agostamiento de los narcisos la pradera volverá a ser un manto de césped con sus siegas habituales. «Los bulbos implantados se reproducen bajo tierra y año tras año rebrotan y van aumentando en número por lo que en unos años el efecto invernal del manto amarillo puede ser realmente espectacular», afirma.

A los narcisos que se van a plantar en los parterres del Paseo de Francia se suman otros tipos de plantas en distintos puntos de la ciudad como begonias, alegrías, tagetes... «Hablamos de especies que sabemos que van bien en nuestras condiciones y en las que podemos alternar variedades y colores», explica Garmendia.

Los diseños de los parterres van en consonancia con el entorno en que se ubican, desde los más formales, basados en formas geométricas, en Alderdi Eder, Boulevard, etc. hasta los más orgánicos en los que formas y colores se combinan en manchas irregulares.

Muchos cuentan con plantas de temporada que se renuevan dos veces al año: mayo y noviembre. La cantidad de planta es aproximadamente la misma de un año para otro: 125.000 unidades para parterres en tierra y 2.000 para las torres y cestos de flores en la campaña de primavera- verano.