La oferta de viviendas de uso turístico cae un 15% en San Sebastián por la crisis del coronavirus
Aparture, sin embargo, registra en este periodo una rotación del 5%en el inventario, conmás altas que bajas
Las viviendas de uso turístico tampoco han podido esquivar la tormenta provocada por el coronavirus y, si bien desde la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de Euskadi, Aparture, en este periodo han registrado más inmuebles dados de alta que los que se han dado de baja, lo cierto es que el conjunto de la oferta en Donostia se ha reducido un 15%, ante la caída del número de turistas que se previó para este verano.
El presidente de la agrupación de este modelo de alojamiento, Asier Pereda, remarca que en su caso ha habido «una rotación en el inventario del 5%, con un balance tímido, pero ligeramente positivo» que se debe a que «estas viviendas son proyectos de inversión a largo plazo que se iniciaron antes de la pandemia y que se dan en Donostia, donde el sector ya está consolidado y es maduro», remarca.
Cambio de perfil
Al igual que hoteles, agroturismos, pensiones o campings, los pisos turísticos ubicados en la capital guipuzcoana también han visto cómo el perfil de sus inquilinos ha cambiado este verano. Del amplio abanico de procedencias de los veranos pre-covid, cuando recibían a noruegos, australianos, canadienses, suecos, italianos, irlandeses..., se han limitado este año a dar la bienvenida a alemanes, holandeses, ingleses, franceses y algún americano. Si en julio y agosto de 2019 el turista llegado de otras comunidades autónomas representaba un 23%, empatado en proporción con los estadounidenses y con los procedentes de Reino Unido ligeramente por detrás, en este verano del covid, el 68% de los inquilinos han sido turistas españoles, seguidos de los franceses, que han representado un 21% -frente al 8% del año pasado-.
El turista procedentede otras comunidadesha pasado de representar un 23% el año pasado al 68% este verano
La ocupación, como era de esperar, también se ha visto afectada y si la media de julio y agosto el año pasado rondó el 84%, este 2020 se ha situado en el 58%, más elevada que la media hotelera pero casi treinta puntos por debajo de lo que debería haber registrado en una situación normalizada.
Y si la ocupación desciende, la tarifa por noche también. En el caso de las viviendas de uso turístico ubicadas en la capital guipuzcoana, la reducción del precio ha sido de un 31%. Así, si el año pasado un inquilino pagaba de media 270 euros por noche por alojarse en uno de estos pisos, este año el precio ha rondado los 185 euros.
La imposibilidad de realizar viajes de largo recorrido y tener que replantear las vacaciones sí ha dejado algo positivo, al menos en estos alojamientos, y es la prolongación de la estancia media, que ha pasado de 5,11 días a 5,7.