Las obras del Topo en San Martín permitirán renovar la imagen de los arkupes del Buen Pastor
La Sociedad de Fomento y Euskal Trenbide Sarea costearán las mejoras en iluminación y adornos como compensaciónal comercio de la zona
Los arkupes del Buen Pastor van a ser intervenidos para mejorar su imagen y paliar en lo posible los perjuicios que provocarán las obras ... de la pasante ferroviaria. El Ayuntamiento se ha comprometido con los comerciantes a actuar de la mano de Euskal Trenbide Sarea (ETS) para adecentar ese pasillo y blindarlo del ruido, el polvo y el tráfico de autobuses mientras duren los trabajos, con el objetivo de consolidar los cambios y que la zona presente un renovado aspecto cuando la pasante del Topo entre en funcionamiento.
Es uno de los últimos empeños del exportavoz del PSE, Ernesto Gasco, quien pactó con los comerciantes y el propio alcalde, Eneko Goia, medidas que compensen los dos años de obras que se avecinan. La arcada del Buen Pastor, a lo largo de la calle San Martín, no está desde hace años en las mejores condiciones, sobre todo en invierno. Es un pasillo con mala iluminación donde han ido cerrando algunos comercios (Forecast, Oddity y próximamente lo hará Erviti), pero que tiene tres establecimientos hosteleros (cafetería Otaegui, bar Iturrioz y ahora el bar-restaurante Narru), una tienda de ornamentación religiosa (Ajuria) y un nuevo hotel (Arbaso) en la esquina con Fuenterrabía que buscan una revitalización de esta zona central de la ciudad. Las obras de la pasante afectan de lleno al ámbito, con zanjas en la calle Loiola y un corte de tráfico en San Martín que hoy es parcial pero será total a partir del mes de julio.
Durante la excavación, paneles de plástico o tela hasta el techo protegerán a los clientes de las terrazas del ruido y el polvo
El Ayuntamiento ha movido ficha con ETS a petición de los titulares de los negocios para suavizar en lo posible las condiciones que van a sufrir en los próximos meses, con vistas a la puesta en valor de este lugar cuando entre en servicio el metro. En una primera fase, se trataría de cerrar las arcadas con un elemento plástico o de tela que deje pasar la luz pero proteja al pasillo donde están ubicadas las terrazas hosteleras del ruido del tráfico y de las obras. La actuación se complementará con adornos vegetales y con una mejora de la iluminación de la zona.
Unos 6.000 euros por arco
Una vez que se terminen las obras de la pasante ferroviaria, el objetivo es que este adecentamiento ornamental y estético se consolide. Los paneles de arriba abajo se eliminarán para sustituirlos por un cierre de cristal o metacrilato transparente en la base y unos toldos en la parte superior de los arcos. La intervención tendrá un coste de unos 6.000 euros por arco y será financiada a partes iguales por ETS y la Sociedad de Fomento. «Estamos totalmente de acuerdo con los comerciantes en el objetivo de revitalizar la zona. Y qué mejor momento que empezar a hacerlo ahora, con vistas a la puesta en funcionamiento del nuevo Topo. Si hasta ahora los arcos del Buen Pastor no se caracterizaban por ser un espacio especialmente atractivo, queremos darle la vuelta y apostar por su relanzamiento», señaló el concejal saliente.
Parece una broma que en medio de unas obras de calado vaya a surgir un oasis de tranquilidad donde se pueda tomar un café, pero esa es la pretensión. En los próximos meses, los donostiarras notarán un notable cambio en la imagen de este vial, al que tendrán que llegar sorteando las excavadoras.
El cierre de Larramendi en horas punta alivia los atascos en la zona
La decisión del departamento de Movilidad de realizar cortes de la calle Larramendi en las horas puntas del día ha permitido aliviar la congestión de tráfico que sufre esta vía desde el cierre de San Martín por las obras de la pasante del Topo. La medida fue impulsada tras comprobar que muchos conductores giraban a la izquierda en Urbieta para llegar hasta la calle Fuenterrabía por Larramendi y así ahorrarse el rodeo por la calle Parque y el río para dirigirse al Centro, la Parte Vieja y Gros desde el Antiguo.
Este atajo provocó desde el primer día un embotellamiento de la zona de Reyes Católicos que tuvo su efecto negativo sobre la propia calle Urbieta, que debe quedar lo más despejada posible para facilitar el tránsito de vehículos privados hacia Amara.
Movilidad optó por destacar un agente en el giro a la izquierda desde Urbieta a Larramendi en los momentos de mayor densidad de tráfico, lo que no solo ha agilizado la circulación en un punto sensible sino que ha obligado a los conductores a habituarse a circular hasta Parque para volver por el paseo Árbol de Gernika.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión