Las obras de la Bretxa remontan el vuelo
El mercado tradicional se trasladará a Pescadería a finales del verano de 2026 y en la primera planta habrá un restaurante-escuela donde poder degustar productos locales
El Ayuntamiento se ha propuesto dar el impulso definitivo a la transformación del mercado de la Bretxa tras años de incumplimientos y abandono por parte ... de la empresa Baika, que gestionaba el complejo por concesión pública. La Sociedad de Fomento asumió el mando en septiembre del pasado año y desde entonces trabaja en la reactivación de unas obras que estuvieron paradas durante demasiado tiempo, lo que ha generado retrasos, incomodidades y frustración entre asentadores, caseras, clientes e inquilinos de los locales del edificio Arkoak (Boulevard). Entretanto, la reforma de Pescadería despierta del sueño de los justos que duerme desde la inauguración del ambulatorio de Parte Vieja y Centro y la pista polideportiva de la bajocubierta, actuaciones promovidas por Osakidetza y el consistorio donostiarra. Ahora ya existe un cronograma definido y los afectados saben a qué atenerse. La operación Bretxa vuelve a ponerse en marcha.
Empezando por lo más cercano en el tiempo, el túnel que conecta el parking del Boulevard con el mercado está ya finalizado, aunque faltan los preceptivos informes y legalizaciones para que pueda abrirse al público. Fomento tuvo que modificar el proyecto para ampliar el plazo de ejecución y el presupuesto. La apertura se anuncia para el 16 de julio, informa la concejala de Economía y Empleo Local, Ane Oyarbide.
Será entonces cuando el gimnasio Fitness Park, que tiene sus instalaciones y socios preparados desde hace casi dos años, pueda recibir a los primeros deportistas. De momento, la cadena francesa ha comunicado que iniciará su actividad a lo largo del mes que viene.
En cuanto a la marquesina que iba a cobijar a las baserritarras en la fachada del edificio Arkoak que da a la plaza de la Bretxa, ya se ha decretado la suspensión de la obra y lo que se hará ahora es restaurar la fachada vista. Los trabajos arrancarán en julio y durarán unos cuatro meses, hasta octubre.


El edificio Pescadería será el epicentro de la operación. En la planta baja se acomodarán los asentadores del mercado –hoy en el sótano bajo la plaza– y las propias caseras. Según el plano que maneja Fomento, el edificio tendrá cuatro accesos: Aldamar, Iñigo, San Juan y plaza de la Bretxa. Accediendo desde esta última puerta, la principal, justo a la derecha se situarán las baserritarras. Las pescaderías estarán a la izquierda –en el lado de San Juan– y las carnicerías y demás puestos, en el pasillo central, detalla la portavoz del PSE.
El cronograma establece que en cuanto termine la redacción del proyecto en julio, se procederá a licitar el conjunto de la obra. La planta baja, la del mercado, necesitará de seis meses de trabajos y el horizonte de inauguración se sitúa a finales de verano de 2026.
El cubo de cristal que ya emerge en la plaza de la Bretxa junto a la calle Aldamar y que constituirá el futuro acceso principal a la planta sótano –donde continuará Lidl y abrirá su gimnasio Fitness Park– debería estar listo para dentro de un año.
El futuro mercado tendrá cuatro entradas y las caseras se ubicarán en el interior del edificio, en la esquina de Aldamar con la plaza
Una vez habilitado este núcleo de acceso, que contará con escaleras mecánicas y ascensor, será el momento de derribar el actual tupper que ocupa el espacio central de la plaza. Si se cumplen las previsiones del consistorio, este elemento translúcido que ha condicionado durante décadas la vida en el entorno será historia en diciembre del próximo año.
La ampliación del supermercado Lidl sería la siguiente pieza del puzle. Con el sótano liberado tras el traslado del mercado a la planta calle de Pescadería, la multinacional alemana podrá abordar su propia reforma, que tiene un plazo de ejecución de seis meses, hasta primavera de 2027. Aunque su intención es compaginar la actividad con el trasiego de obreros, no se puede descartar que en algún momento del proceso el establecimiento deba cerrar al público.



Por último, la planta sótano del edificio Pescadería, donde se habilitarán bodegas de almacenaje y zonas de carga y descarga para asentadores y caseras, estará totalmente terminada en primavera de 2027 tras ocho meses de obras. La previsión de costes realizada por Fomento para la transformación de este edificio contempla una inversión de 11,7 millones para acondicionar la planta del mercado tradicional, equipar los puestos de los asentadores y adecuar el sótano como zona de almacenaje y servicios auxiliares, no accesible para el público.
Gastronomía y formación
En este montante se incluye el presupuesto para poner en marcha lo que Fomento llama el restaurante-escuela, que se ubicará en la primera planta. Será un servicio complementario al mercado en el que se podrán consumir los productos de los propios asentadores y que, además, servirá como escuela de oficios de la que se beneficiarán los programas que impulsa la entidad municipal. También se impartirán talleres.
Oyarbide recuerda que este área «ha tenido muchas novias. Pedían que se creara aquí una casa de cultura, que se utilizara para ampliar la pista polideportiva de la bajocubierta... La cuestión es que arquitectónicamente está conectada con el mercado tradicional de la planta baja a través de un hueco central y, por tanto, se trata de un único espacio. Estamos en la planta superior, pero seguimos en el mercado».
El acceso desde el parking se abrirá el 16 de julio y la operación se completará en primavera de 2027 con la ampliación de Lidl
Habrá un servicio de hostelería, pero siempre utilizando los productos del mercado para que sean cocinados aquí y con la intención de que sean personas de inserción laboral las que lo atiendan. «Se va a poder venir a comer, como ocurre en los mercados de otras ciudades que hemos visitado como Barcelona o Lisboa. Aunque al ser un servicio auxiliar al mercado, respetará el mismo horario. Es decir, no será un restaurante al uso y tampoco tendrá muchas mesas, pero sí podrás venir y comer», detalla.
La entrada no se realizará directamente desde la calle, sino que el consumidor deberá acceder a través del propio mercado de la planta baja por un núcleo de comunicación con escaleras, ascensor y montacargas que se construirá en la esquina de Aldamar, donde se instalarán las caseras. «Este es un proyecto que busca tener impacto social desde las competencias de Fomento: emprendimiento, formación, talento joven, innovación, empresas emergentes... Queremos que sea un espacio con usos mixtos de formación, experiencia gastronómica y también de promoción y difusión de la cultura del mercado, de los productos locales. Vamos a poder dar oportunidades a gente joven para que se forme desde las prácticas, como hacemos en el albergue escuela de UBA, trabajando con empresas de inserción y con entidades educativas y colegios e ikastolas de la zona. Tenemos también un programa de relevo generacional en comercio y gastronomía que estará presente en este lugar, con el que queremos contribuir a cubrir las necesidades de empleo del sector», avanza la delegada socialista.
El proyecto prevé asimismo formación para profesionales, un espacio para charlas y eventos o una zona multimedia donde se podrá grabar a gente explicando recetas o definiendo el producto: las caseras, los asentadores, los clientes... «Va a ser un lugar de encuentro donde vamos a tratar de recuperar y mantener la memoria del mercado, de los productos, intentando atraer a gente joven con recursos audiovisuales. Creo que será un espacio diferente, un gran contenedor para poder, de alguna manera, aprovechar lo mejor del mercado, la cultura y la gastronomía local, pero conectándolo con el emprendimiento y la formación. Y todo con impacto social», concluye.
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