El obispo de San Sebastián defiende que el Sagrado Corazón responde «a una motivación exclusivamente religiosa y popular»
Fernando Prado manifiesta en una carta de ocho páginas que se trata de «un proyecto anterior al franquismo institucionalizado» cuya idea original «se formuló diez años antes de que Franco asumiera el poder en España tras la Guerra Civil»
A. V.
Jueves, 5 de junio 2025, 07:39
El obispo de San Sebastián monseñor Fernando Prado ha publicado una carta pastoral en la que intenta zanjar la polémica suscitada por la propuesta de ... EH Bildu y Elkarrekin Podemos en la que se plantea la consideración del Sagrado Corazón como contrario a la memoria democrática para su retirada. Una cuestión que tanto el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, como el propio Prado, tratan de cerrar explicando que su origen «se remonta en torno al año 1926», es decir, más de una década antes del inicio del franquismo.
En su misiva Fernando Prado explica que el proyecto «responde a una motivación exclusivamente religiosa y comunitaria anterior e independiente de la propaganda política. La construcción y la inauguración del monumento, lejos de ser un acto o instrumento de adoctrinamiento, fue un acto católico de esperanza en un contexto piadoso de posguerra y reconstrucción social».
Según detalla el obispo de San Sebastián en la carta, «se trata de un proyecto anterior al franquismo institucionalizado. La idea original se formuló diez años antes de que Franco asumiera el poder en España tras la Guerra Civil. El proyecto fue impulsado por creyentes guipuzcoanos que deseaban consagrar Gipuzkoa al Corazón de Cristo en un contexto de abundancia de vocaciones sacerdotales y religiosas, en un momento de paz social entre sermones y predicaciones catequéticas que nada tenían que ver con la política partidista entonces».
Prado replica detalladamente esa iniciativa y recuerda que la idea del monumento nació entorno a 1926, antes de la Guerra Civil, y se materializó gracias a una masiva cuestación popular. Con claridad afirma: «Frente a esa tesis difícil de probar desde el rigor histórico, particulares e instituciones solventes que conocen y han investigado sobre la historia del monumento han certificado que su génesis y su finalidad responden a una motivación exclusivamente religiosa y popular, ajena a cualquier propaganda político-partidista».
El pastor diocesano señala que la ceremonia de inauguración de 1950 fue «exclusivamente litúrgica», sin presencia de autoridades del régimen ni símbolos políticos, y recuerda que el acto estuvo presidido por el primer obispo de San Sebastián, Mons. Jaime Font y Andreu, con un radiomensaje dirigido para la ocasión por Pío XII que fue escuchado en la ciudad a través de megafonía.
Más allá de la polémica, la carta insiste en el valor cultural y religioso del Sagrado Corazón de Urgull como «patrimonio vivo» que forma parte del paisaje y de la memoria de la ciudad. Por eso, Mons. Prado formula un llamamiento directo: «Desde la perspectiva pastoral que compartimos la mayoría creyente de donostiarras considero que, dadas las circunstancias, es un momento propicio para reafirmar la presencia del Sagrado Corazón en nuestra ciudad y, al mismo tiempo, desde la fe, confiar la ciudad de San Sebastián y a todos sus habitantes a su cuidado y protección».
El texto concluye con una invitación abierta a toda la ciudadanía: «Por todo ello invito a los donostiarras, sin excepción, a valorar este monumento como un verdadero símbolo vivo de esperanza».
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