Las marismas del Urumea
1902: Se propuso estrechar el cauce del río cegando el arco del puente más próximo a la Avenida
JAVIER SADA
Domingo, 18 de febrero 2018, 07:57
Allá por el año 1902 y tras retirar, por quejas del vecindario, la idea de abrir un hotel en la actual Plaza de Cervantes, la ... Sociedad de Fomento solicitó autorización para construir el hotel, un jardín de invierno y un teatro en terrenos de la Zurriola, hoy Jardines de Oquendo. Adelantándose a lo que poco más tarde ocurriría, que el vecindario protestara, se propuso ampliar la marisma del Urumea cegando el arco del puente más próximo a la Avenida. De esta forma, convirtiendo en «zona verde» lo ganado al río, se compensaba el territorio perdido en los jardines.
Se formó una Comisión y en el Pleno Municipal se puso a votación la propuesta de soterrar el 'ojo' del puente, siendo aceptada aunque con un voto particular firmado por Tomás Acha, Javier Resines y Pedro Cándido Bidaguren. También envió escrito de protesta Rafael Bernabé Bats, porque se quitaría al vecindario un lugar de ocio y recreo.
Se tuvo en cuenta que dichos terrenos habían sido entregados al Ayuntamiento por Ramón Berasategui, en 1873, a cambio de otros que se le cedieron para construir el Ensanche Oriental (calle Miramar y Paseo del Marqués de Salamanca), teniendo como único fin el engrandecimiento de la Zurriola como zona de paseo. Ya había pasado un año y fue en los primeros meses de 1903 cuando, al aprobarse la idea del cierre y la construcción de los edificios, los vecinos de las calles Camino y Oquendo elevaron una protesta que pronto fue rechazada por el Ayuntamiento, motivo por el que se recurrió al Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas que rechazó la pretendida cesión de terrenos municipales porque «perjudica los intereses generales de la navegación por el río», circunstancia que concluyó con la renuncia, por parte de la Sociedad de Fomento, a restar espacio al Urumea y la presentación de un nuevo proyecto en el que no se tocaban las aguas del río.
Las protestas de los vecinos evitaron ganar terreno al río para convertirlo en paseo
El estrechamiento se produjo al construir los paseos de Francia y Ramón María Lili
Curiosamente, más tarde el proyecto pasó a la otra orilla con los paseos de Francia y Ramón María Lili. En diciembre de dicho año 1903 la Comisión municipal nombrada al efecto informó favorablemente sobre la nueva propuesta, aprobándose la misma con el voto en contra de Victoriano Iraola, y el mes de enero se publicaron las Bases en el Boletín Oficial de Guipúzcoa. Fue el comienzo de una larga serie de denuncias, recursos y apelaciones que comenzaron, o más bien dicho continuaron, en enero de 1904 firmadas por Rafael Bernabé Bats, Carlos Odriozola y Carlos Uriarte, en representación de la marquesa de Bellamar, propietarios de casas ubicadas en las calles Camino y Oquendo.
De nuevo se presentaron reclamaciones que fueron rechazadas y en mayo el Ministerio, esta vez sí, autorizó la obra con informes favorables, aunque matizados, de la Real Academia de Bellas Artes y de la Real Academia de Medicina, Sección de Higiene, y desfavorable del Consejo de Obras Públicas aunque, recibida nueva documentación y corregidos algunos detalles, en 1906 tanto dicho Consejo como las Academias ya citadas emitieron informes favorables sin matizaciones y el Consejo de Estado lo autorizó, siendo en 1908 cuando el Tribunal Supremo dictó sentencia en contra de los recursos presentados.
El año 1909 se presentaron los planos del Teatro y del Hotel, inaugurados el mes de julio de 1912. Había quedado pendiente la construcción del Jardín de Invierno: un local acristalado, de grandes dimensiones, a edificar frente a la calle Bengoechea donde «los días largos y lluviosos las gentes puedan refugiarse». No resultando viable la idea en 1909 se renunció a su construcción y a cambio de liberarse del compromiso la Sociedad Fomento permutó terrenos que tenía en Atocha, pero esta es otra historia que trataremos en su momento.
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