Las madrigueras para acabar con las ratas se instalarán en más barrios tras su éxito en Bidebieta
Los avisos de los vecinos por la presencia de roedores en las calles del barrio han bajado un 63% desde que se instalaron en mayo los nuevos portacebos soterrados
Los portacebos soterrados que el Ayuntamiento situó en 35 puntos de Bidebieta para hacer frente a la plaga de ratas el pasado mes de mayo ... han dado sus resultados. Desde entonces y hasta ayer mismo los avisos de los vecinos por la presencia de roedores en las calles de este barrio han sido 26, cuando en el mismo periodo del año pasado fueron 76. Esa reducción del 63% en los avistamientos confirma que el sistema funciona. Por ello, el objetivo de la dirección de Salud y Medio Ambiente del consistorio es extender este sistema a otros barrios de la ciudad a partir del año que viene. La decisión de en qué zonas se actuará se tomará a partir de finales del mes de enero cuando se adjudique la nueva licitación del servicio.
Con el fin de minimizar en la medida de lo posible la plaga de ratas en la ciudad y hacer frente a un tema «que nos preocupa», dejan claro en el Ayuntamiento tras confirmar que el pasado año recibieron un 15% más de avisos por la presencia de ratas en las calles, la dirección de Salud y Medio Ambiente implementó este proyecto piloto en Bidebieta con la idea de extenderlo a otros barrios de la ciudad si los resultados eran positivos, algo que ha sucedido.
Este nuevo sistema contra las ratas consiste en la instalación soterrada de cajas de aluminio de 30x30 centímetros en diferentes zonas ajardinadas de los barrios elegidos, como ha sucedido en Bidebieta. «Son unos portacebos que se sitúan bajo la tierra. Cada uno de ellos tiene dos entradas independientes con el objetivo de que los animales entren con comodidad y puedan comer con tranquilidad el alimento que se les deje, con su respectivo veneno. Es una caja discreta que no se ve y que no genera ningún tipo de peligro para otro tipo de animales ni para los humanos», recuerda Sergio Fernández, director de Salud y Medio Ambiente del Ayuntamiento.
«Instrumento valioso»
Tras siete meses de utilización de este sistema, desde la empresa Lokímica, encargada en San Sebastián del servicio de control y vigilancia vectoral, reconocen que los portacebos soterrados son un «instrumento valioso» a la hora de aportar una herramienta más en la lucha contra la rata gris en el municipio, «y que seguirá aumentado su valor cuando más asentadas y acostumbradas estén las poblaciones de estos roedores a estas madrigueras artificiales».
El informe que esta empresa ha elaborado para el consistorio señala que durante las dos primeras semanas tras la instalación de los portacebos soterrados «el consumo de las ratas del veneno fue nulo», hasta que pasados esos 15 días de la colocación «empezamos a observar los primeros bloques de alimentos mordidos».
Tal y como indicó Antonio Quesada, responsable en Euskadi de la empresa Lokímica, en junio cuando DV le acompañó a instalar las trampas, «las ratas se deben acostumbrar a entrar a estas nuevas madrigueras, pero lo harán, hace falta algo de tiempo. Tienen un olfato extraordinario y acabarán llegando hasta el alimento y el veneno». Acertó de pleno.
Sistema «eficaz y sostenible»
Estos portacebos soterrados, que hacen la vez de una madriguera para los roedores, incluyen cuatro bloques con 100 gramos de alimento cada uno, en este caso de cereales, mezclados con veneno. «Son anticoagulantes y lo que provocan en las ratas, una vez ingerido el alimento con el veneno, son hemorragias internas. No de acción inmediata en cuanto lo comen, porque aproximadamente transcurre una semana desde la ingesta», explica Fernández. Por eso, añade, «normalmente cuando acudimos a un aviso por avistamiento de ratas durante el día es porque ya han comido ese producto y salen a la calle indispuestas antes de morir».
Iñigo García, edil de Medio Ambiente, enmarca este nuevo sistema en el trabajo de control de plagas que se hace desde el Ayuntamiento. «Destacaría que este proyecto puesto en marcha en Bidebieta es más eficaz, sostenible y respetuoso con el entorno», considera. Es un tratamiento novedoso en relación al que se usa en la actualidad en el resto de la ciudad, que consiste en actuar con veneno en las campañas que se realizan en las alcantarillas y en el cebado de madrigueras en el que se detectan roedores.
Altza, Amara e Intxaurrondo, en cabeza de los avistamientos
Altza sigue siendo el barrio de la ciudad en el que más avistamientos de roedores contabiliza el Ayuntamiento. En lo que va de año, la dirección de Salud y Medio Ambiente ha recibido 194 avisos de los vecinos de este barrio por la presencia de roedores en sus calles. El año pasado fueron 231. Respecto al año pasado, se intercambian el segundo y el tercer puesto en este ranking Amara e Intxaurrondo. Este año han recibido en el Ayuntamiento 143 llamadas desde Amara por avistamientos, –el año pasado fueron 148–, mientras que desde Intxaurrondo se han recibido 125 avisos, cuando en 2024 fueron 151.
De cara a elegir en qué barrios se podría instalar el sistema de portacebos soterrados que ya funciona en Bidebieta, el Departamento de Salud y Medio Ambiente podría echar mano de esta estadística, que está avalada además por el informe de evaluación de resultados del servicio de control y viligancia vectorial de Donostia que la empresa Lokímica realizó a finales de 2024 para el consistorio. Este documento señaló a «los barrios de Altza, Intxaurrondo, Amara, Aiete, Antiguo, Egia, Miracruz y Centro, por orden de importancia» en la presencia de ratas en sus calles.
Eso sí, destacó el informe que «en los tres primeros barrios claramente se concentran las zonas de mayor incidencia de avisos, como se ha podido comprobar», indican sobre Altza, Intxaurrondo y Amara, que concentran este año más del 40% de servicios totales y tratamientos llevados a cabo contra los roedores en Donostia.
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