«El Instituto Bidebieta necesita apoyo institucional para ser competitivo»

Dos años después de que el 1 de febrero de 2018, el Parlamento Vasco instara a Educación «a impulsar un proyecto viable y atractivo», Lopez, acompañado por parte de la directiva del centro, acudió ayer a la Comisión Educación, a petición de la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera, para explicar la situación en la que se encuentra el instituto.

«En Bidebieta hemos creado un núcleo escolar con una oferta educativa que llega hasta Bachillerato», explicó el responsable del centro, que también añadió que «estamos en contacto con otros centros, como Harri Berri Oleta, para que puedan realizar el Bachillerato con nosotros». Además, destacó el papel que han comenzado a jugar en el barrio porque «hemos abierto la escuela a los agentes del barrio» y ya cuentan con una compañía de la Tamborrada y también toman parte en los carnavales.

Tras un periodo de reflexión, en estos dos años se ha establecido el sistema metodológico de Amara Berri en Secundaria, de momento en el primer ciclo, y también se ha incorporado al proyecto Hauspoa, que busca mejorar la educación de los alumnos de la ESO a través de talleres o de clases de refuerzo por la tarde cuando no hay clase; en esta caso, «viendo el perfil socio-cultural del alumnado», principalmente en euskera, matemáticas e inglés, así como el seguimiento de asignaturas pendientes de años anteriores.

Fue en el curso 2015-2016 cuando comenzaron a notar el importante retroceso en las matriculaciones. En Secundaria, hace cinco años 153 alumnos estaban inscritos, después bajaron hasta 118 y en la actualidad se han recuperado hasta alcanzar los 130 alumnos, según los datos aportados ayer. Por otra parte, para Bachillerato esperan recibir estudiantes de Karmengo Ama Ikastetxea de Trintxerpe.

Otro pilar en el que se basa la nueva oferta de este instituto donostiarra, que no estaba previsto inicialmente pero que le dota de una idiosincrasia particular que le ha llevado a recibir la declaración de «centro singular», es la formación de 'menas' (menores extranjeros no acompañados). Este proyecto, que han denominado Lagun berri y es único en el territorio, consta de dos periodos. En el primer año, estos alumnos están en un aula de formación lingüística donde aprende castellano, euskera e inglés, y conocimientos tecnológicos y científicos. Después, pueden continuar estudiando ESO o una FP básica y pasar luego a Bachiller o a un grado medio de FP. En concreto, el curso pasado, de los 22 'menas' que habían recibido, 17 estaban estudiando un grado básico de FP y 5 ESO.

Pero es la administración quien frena el desarrollo de Lagun berri. En septiembre contaban con 27 alumnos, pero en los últimos meses han perdido 10. La Ley de Extranjería impone que la protección que reciben de la Diputación concluya cuando cumplen 18 años. Luego pueden entrar en otro tramo que abarca hasta los 23 años, pero para ello deben tener unos ingresos mínimos de 520 euros. «A los 17 años dejan de los estudios del instituto y en un año hacen una especie de FP para poder colocarse», comentó ayer Jabi Lopez quien abogó para estos jóvenes «las mismas oportunidades que tienen nuestros hijos».

Toda esta apuesta para sacar adelante el instituto en el que se han involucrado docentes y padres que están «contentos con el trabajo que hemos realizado para dar la vuelta a la mala fama que tenía el centro, no es suficiente en nuestro afán de ser competitivos y dignos». Por ello, insisten en reclamar una mayor implicación del Departamento de Educación y consideran que no son suficientes las pocas obras realizadas hasta ahora, además de entender que es necesario abrir nuevas sendas formativas que les permita ser «más atractivos frente a los recursos de la privada».

Cuando la consejería decidió dar una segunda oportunidad a este centro se habló de recuperar un proyecto de mejora del edificio, con unas obras programadas que ascendían a 1,8 millones de euros. «Ese proyecto para renovar el centro no ha aparecido por ninguna parte y se debería retomar. Pedimos inversiones de verdad, no parches, que den un nuevo aspecto al centro», indicó el director del Instituto Bidebieta ante los parlamentarios de la Comisión de Educación.

También, y siguiendo las indicaciones que recibieron del Departamento hace dos años encaminadas a ser un centro innovador -«como hemos hecho por ejemplo con el tema de los menas»-, proponen que se les permita ofrecer una FP básica y un grado medio de Hostelería y Gastronomía porque, «en una ciudad como Donostia solo hay enseñanzas privadas en este área».

Un aspecto en el que también incidió Lopez fue la necesidad de contar con una plantilla estable para poder llegar adelante el proyecto educativo Amara Berri, «que necesita una formación especial del profesorado». Explicó que «todos los años se cambia a muchos miembros de la directiva y en ocasiones hasta el 80% de los docentes».

La respuesta de los representantes de los grupos parlamentarios fue unánime, de apoyo total ante un proyecto que calificaron de muy atractivo y necesario en un barrio donde hay familias en peligro de exclusión por pobreza, aunque con importantes problemas de infraestructuras.