Guardería por horas para perros

Bruno juega con Martina, mientras que Pippo y Txapu comen y Kobe corre por toda la guardería. Por los nombres, habrán adivinado que no estamos hablando de una guardería de niños, sino de la primera guardería para perros de Donostia. «Muchos de los dueños trabajan en los polígonos cerca de aquí y mientras ellos hacen su jornada laboral no están preocupados porque sus mascotas están solas en casa, sino que están aquí socializando y jugando con otros perros», cuenta Iñigo de Andrés, propietario de Dogetxea, una guardería canina ubicada en Portuetxe 47 de Igara.

«Los dueños pueden dejar a sus mascotas durante la mañana, por la tarde o durante todo el día y también los sábados con reserva. Les sacamos de paseo una vez por la mañana y una vez por la tarde y también les damos de comer, ya sea la comida que le dan sus dueños o la que tenemos aquí, todo dependerá de las indicaciones de cada uno de los dueños», explica Iñigo, que es adiestrador canino y el encargado de cuidar a los canes, aunque también cuenta con Patricia, auxiliar técnico veterinaria y experta peluquera canina, ya que la guardería cuenta también con servicio de baño y de peluquería para que, «además de pasárselo bien, estén guapos y limpios», dice el donostiarra de 50 años entre risas.

La guardería cuenta con tres zonas, una zona de juegos, otra de descanso y otra destinada a los más pequeños y «más tranquilitos», donde los perros corren y juegan bajo la atenta mirada de Iñigo, pero «también hacen ejercicios olfativos y circuitos con conos», añade el adiestrador mientras muestra los trucos que le ha enseñado a su perrita Kopla, un Jack Russell terrier que también asiste a la guardería.

En cuanto a los horarios y tarifas, Iñigo explica que disponen de un cuidado de hasta 6 horas, que incluye un paseo. También del cuidado de un día entero con dos paseos a la mañana y a la tarde y el servicio de 8 días, además de otro mensual, en el que el perro podrá ir a la guardería de lunes a viernes el tiempo que quiera y que incluye un baño cada 15 días.

«Ha sido mucho trabajo, porque he tenido que acondicionar el local para el bienestar de los perritos, pero estoy muy contento, porque abrimos hace pocos días y ya tenemos casi diez. Yo antes era ingeniero industrial, pero decidí cambiar de profesión y dedicarme a algo que verdaderamente me llenase, que es estar con los perros, por eso decidí abrir Dogetxea y la verdad es que la idea ha tenido muy buena acogida», finaliza.