«Franceses e ingleses se buscan la vida; los norteamericanos pagan el servicio»
Ciudadanos ·
Borja Torres y la australiana que subió al Adarra, bajó a Leitzaran y surfeó el OriaExperience San Sebastian, empresa turística formada por un surfer que llegó a ser director para Europa de Rip Curl pero se cansó de tener la ... oficina en Hossegor y ver las olas desde la ventana sin poder tomarlas, y por su esposa Penny, veterana navegante inglesa de vela ligera, retomará sus actividades en marzo, verá llegar en mayo a sus primeros clientes y cuando estalle el verano volverá a vivir a tope, con ellos. A rueda, por flysch, río, mar y vía verde. Hablamos en la sauna del Atlético. Y entre las olas de La Concha.
- Así que aparecen por Donostia un francés, un inglés y un norteamericano y cada uno se lo monta a su manera. ¿Pero cuáles son esas maneras?
- Añade dos nacionalidades, una por cada bando; un alemán con los europeos y un australiano con los ciudadanos americanos.
- Hecho; ahora, cuenta.
- Los tres primeros tiran de mapa, se alquilan las bicis, las tablas de surf o se buscan la vida en el puerto contratando barcos que les paseen por la Bahía o les lleven a pescar. Los norteamericanos y australianos, quizás porque se han gastado ya su buen dinero en el avión y otros cientos de dólares en el hotel, prefieren que alguien les planee la aventura, les sirva de guía y, por supuesto, tenga todo el material necesario reservado para cuando aparezcan en el río, el monte o el mar. Se desentienden de toda logística y te pagan por el servicio. Completo. Ah, los planes serán privados. En pareja. En familia. Quizás un grupo de amigos. También en solitario. Recuerdo dos casos de esos.
- ¿Te refieres a la australiana que tenía poco tiempo y acabó haciendo tres planes de muerte en un día?
- Y al del americano con el que subí al Adarra en bici de montaña, nos perdimos, a propósito, por el Plazaola y entre medias, se tomó un pintxo de burro en el Besabi. No daba crédito. Tampoco la australiana. Hacía un tiempo de perros, la niebla había escondido la cima del Adarra. Nos tomamos un chuletón, también en el Besabi, y acabamos haciendo Stand Up Paddle en el Oria, entre meandros y manzanos por donde andan los caballos en semi libertad.
- De buenas a primeras imaginamos que los turistas vienen a Donostia a comer en lo Viejo o en los Michelin, no entre Urnieta y Andoain, y a extasiarse en la Bahía.
- A mí una familia rusa me ha pedido ir a ver el estadio de Anoeta y ante mi sorpresa, el padre se sabía los nombres de Satrústegui, Arconada o Zamora. Me di cuenta, yo que dejé de ir al fútbol cuando ya no hubo Atotxa, que hay muchas más cosas de esta ciudad que pueden atraer a la gente que nos visita.
- Ejemplos...
- Hay que llevarles más allá de lo Viejo. Nosotros, si te piden una montaña tranquila, subimos con ellos por Ulia, hasta el Faro, cogemos la barca, comemos en San Juan. Y en el camino les contamos historias de balleneros. O la de Monpas. Otros quieren bici. Piensa que suelen venir cuando muchos de aquí se han marchado de vacaciones.
- ¿Y?
- Muchos de nuestros paraísos verdes, fluviales o marítimos están relativamente desiertos y al disfrute se une el asombro de pasar tres o cinco horas sobre una bicicleta entre túneles, minas y peñas sin cruzarse con un ser humano, pero sí con una pequeña manada de cerdos salvajes. O descubriendo el vuelo de un alimoche o el sonido de las cascadas.
- Por lo que cuentas da la impresión de que los turistas que nos visitan están en plena forma.
- Muchos, absolutamente sí. Cada vez hay más demanda de turismo activo. Entre otros motivos, yo creo que porque a esa gente que se cuida, que entrena y hace deporte no le gusta abandonar sus rutinas de ejercicio por mucho que esté de vacaciones. No es mala manera de mantenerse en forma navegar por la ría de Oria sobre una tabla de surf, cortando el agua con el remo.
- Lleváis un par de temporadas. ¿Contentos?
- Los comienzos siempre son duros pero aprendimos qué hacer y cómo hacerlo. Qué ayudas pedir. Qué ofrecer. Estar dispuestos a cambiar lo que no funcionaba. Ofrecíamos el Hernio pero acabó resultando un monte demasiado exigente. Decidimos sustituirlo por los misterios y la belleza del flysch. Últimamente nos hemos dado cuenta de que hay demanda de actividades marítimas. Preguntan por travesías en barco. Pues nada, ya tenemos un par a disposición de quien lo desee. Alguno bien hermoso, fondeado en San Juan.
- Déjame adivinar de qué velero hablas. ¿Quizás sea un Bermudian Ketch holandés de dos palos?
- Justo; el hermoso 'Lucretia', construido en 1927.
- Experience San Sebastian se acaba de presentar en Fitur.
- Y vamos a ITB, gran feria de Turismo de Berlín. Será una aventura.
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