San Sebastián

«Hemos estado casi dos horas suspendidos en la noria»

Una avería obligó a detener la atracción estrella de esta Navidad en San Sebastián alrededor de las 18.00 horas. En un principio los técnicos de la instalación intentaron repararla, pero finalmente una hora después se vieron obligados a alertar a los bomberos dado que muchos usuarios estaban suspendidos en las cabinas. Se necesitaron y casi tres horas para evacuar a los 67 ocupantes de las cabinas por medio de dos autoescalas.

El hecho de que el incidente se produjera en 'hora punta' facilitó que prácticamente todas las cabinas estuvieran ocupadas, según informaron fuentes municipales, que destacaron que el operativo de rescate se desarrolló sin ninguna incidencia.

Los bomberos iniciaron la complicada operación de desalojo por las cabinas más lejanas, y priorizaron la presencia de un bebé, y luego se ocuparon de los menores de edad. En cada operación con la autoescala solo se podía bajar a dos personas y luego se esperaba unos minutos para que los técnicos intentaran poner en marcha de nuevo la noria. Finalmente no fue posible. Las labores de reparación se iniciarán esta mañana.

Fuentes municipales indicaron que en total fueron rescatadas 67 personas de las cabinas, de ellas 17 menores de edad. Los bomberos auxiliaron en concreto a 55 usuarios y doce pudieron descender de la atracción por su propio pie. Una persona tuvo que ser atendida en el lugar por los servicios sanitarios al sufrir un ataque de ansiedad por la experiencia vivida.

Decenas de personas que paseaban por el centro de la ciudad se vieeron sorprendidos porque la atracción no se encontraba en funcionamiento, una estampa inusual a esas horas, y se acercaron hasta los jardines de Alderdi Eder para ver lo que pasaba. Se encontraron con camiones de bomberos y patrullas de la Guardia Urbana y de la Ertzaintza inspeccionando la instalación.

Los rostros de las personas que descendían de las cabinas a tierra firme hablaban por sí solos. Muchos estuvieron casi tres horas 'colgados' en el aire a la espera de ser rescatados y sin tener un conocimiento exacto de lo que ocurría. Lo que debía ser vivir unos minutos de diversión se convirtió en una pesadilla. No faltaron usuarios que sufrieron atraques de pánico en las claustrofóbicas cabinas, mientras que otros se lo tomaron con más calma, como algo anecdótico. El crepúsculo vespertino elevó la tensión tanto entre los atrapados en la noria como de los viandantes que seguían de cerca el operativo de rescate. Con la noche los bomberos tuvieron que instalar potentes focos para facilitar el desalojo.

Fran, de Avilés, fue uno de los usuarios de la noria que estuvo «suspendido en una cabina durante casi dos horas», según sus propias palabras. Declaró a DV que había venido a San Sebastián a pasar unos días con motivo de la Nochevieja. Había subido a la llamativa e imponente atracción junto a otras tres personas, entre ellas una niña de siete años. Recalcó que se lo tomó con bastante humor. «Parecía que estábamos protagonizando una película», subrayó.

Por su parte, dos padres donostiarras pasaron un susto tremendo, ya que sus hijos estaban montados en la noria cuando se produjo la fatídica avería. Los pequeños lograron bajar de la atracción sin ningún contratiempo por su propio pie. Asier, Ane, Igor, Unax y Esti respiraron aliviados.

La noria empezó a rodar en Alderdi Eder el pasado 18 de noviembre. La atracción, que durante los últimos años se ha convertido en uno de los grandes reclamos de la Donostia navideña, estará operativo hasta el próximo 31 de enero. En este periodo de más de un mes no se han producido incidencias técnicas de importancia en la atracción.

La instalación cuenta con una altura de 32 metros y 24 cabinas para los usuarios. En cada una de ellas se pueden montar un máximo de seis personas, desde donde pueden ver una espectacular panorámica de la ciudad. En total hasta 144 personas pueden girar en la noria al mismo tiempo.

El año pasado se vendieron 84.000 tiques durante los dos meses y medio en los que la atracción estuvo instalada en Alderdi Eder.