Donostia renueva su parque residencial

Estas ayudas se otorgan para diversas finalidades. Hasta 2018 abarcaban obras de eficiencia energética (fachadas, ventanas...), actuaciones derivadas de las ITE y mejoras de accesibilidad, aunque a partir de ese ejercicio se centró el objetivo principalmente en la accesibilidad al considerar el consistorio que el sistema de ayudas a la rehabilitación de Gobierno Vasco ya cubría suficientemente la eficiencia energética.

Las subvenciones se han concedido a través de la tramitación de 1.503 expedientes. Estas aportaciones públicas han beneficiado a 18.600 viviendas –un 20% de las existentes en la ciudad– en las que viven unas 50.676 personas, un 27% de la población total. El importe medio recibido es de 11.808 euros por vivienda, según informa la concejala de Urbanismo Sostenible, Nekane Arzallus.

La delegada del PNV explica que, por barrios, el Centro es el que más ayudas ha percibido en este periodo (4,5 millones), un 25,36% del total. Hay que considerar que la edad de las edificaciones es importante a la hora de solicitar ayudas a la rehabilitación y el Centro –donde también se encuadra la Parte Vieja– concentra las más antiguas de la ciudad. Hay zonas con mayor número de habitantes, como Amara Berri, donde el importe adjudicado apenas alcanza el 11%. En cantidades económicas, Gros es el segundo barrio más favorecido por el programa con 2,6 millones, seguido de Altza con 2 millones –los mismos que Amara Berri– y el Antiguo con 1,5 millones. Por ejercicios, 2019 fue el más generoso con 3 millones de euros en ayudas y también el más activo con 27,3 millones de inversión movilizada.

Aparte de las aportaciones del Ayuntamiento, desde el pasado mes de junio está en vigor una orden del Gobierno Vasco que regula las ayudas de los fondos Next Generation de la UE a la rehabilitación edificatoria. Estas subvenciones se centran en tres líneas distintas, todas ellas dirigidas a apoyar reformas iniciadas después del 1 de febrero de 2020 y que serán atendidas por orden de presentación y hasta que se agoten los fondos. Las programas aprobados persiguen la mejora de la eficiencia energética de edificios residenciales, la mejora de la eficiencia energética de viviendas y la elaboración o adaptación de la documentación técnica para la rehabilitación o redacción de proyectos técnicos.

En todos los casos, advierte Arzallus, deberán ser ejecutadas antes del 30 de junio de 2026. Estas ayudas complementan a las habituales para la rehabilitación que el departamento de Urbanismo mantiene abiertas a lo largo del año y que abordan un espectro más amplio de actuaciones en viviendas y edificios: accesibilidad, seguridad, digitalización, habitabilidad exterior y, también, eficiencia energética.

En concreto, respecto a la accesibilidad, desde julio de 2021 el Gobierno Vasco ha articulado un nuevo sistema de ayudas que llegan a cubrir hasta el 100% de la inversión, en caso de afectar a personas vulnerables.

Etxegintza, la entidad pública empresarial de vivienda de Donostia, ha suscrito un convenio con el ejecutivo autonómico para actuar como oficina de rehabilitación y como agente colaborador para la gestión de las ayudas Next Generation a la rehabilitación edificatoria residencial. La gestión y reparto de estas ayudas «va a ser la prioridad de los próximos meses», a fin de cumplir los objetivos establecidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia impulsado por el Gobierno central.

Las ayudas para la rehabilitación energética de viviendas y edificios a través de los fondos europeos en el País Vasco cuentan inicialmente con un presupuesto de 39,1 millones de euros, con el compromiso de otros 47,2 millones para los próximos meses, con lo que la cifra total es de 86,3 millones de euros, siendo esta «la más alta jamás establecida» para esta finalidad, concluye la responsable de Urbanismo Sostenible.