Donostia, de nuevo confinada
La entrada en zona roja obliga a decretar desde el martes otro cierre perimetral y que solo se pueda consumir dentro de los bares en horario de desayuno y comida
Donostia ya está en zona roja. Después de que el jueves se quedara a las puertas de superar los 400 casos de Covid ... por cada 100.000 habitantes, este viernes ya ha sobrepasado esa tasa con los 78 nuevos contagios que ha sumado y se sitúa en una tasa de incidencia de 416,14. Esto supone que a partir del martes, siempre y cuando el lunes siga con una tasa superior a 400, la capital guipuzcoana se verá abocada al confinamiento perimetral, así como a restricciones tanto en la hostelería como en la práctica deportiva. La última semana la capital guipuzcoana ha sumado en total 458 nuevos casos de Covid-19. El peor día fue el miércoles cuando 103 personas dieron positivos. Esta es la opinión de tres hosteleros y la propietaria de una tienda de moda, directamente por la nueva situación.
Eulalia Córdoba | Kata 4
«El Ayuntamiento no nos deja poner más mesas fuera»
Ala pregunta de cómo encara un establecimiento de hostelería otra tanda de restricciones en su actividad, sumada a un nuevo confinamiento perimetral, la respuesta de Eulalia Córdoba, del Kata 4, está entre el hartazgo y la resignación. «Haremos lo que nos indiquen». Realmente el margen de maniobra es escaso, y la inevitable solución para continuar en ese equilibrio de ingresos y gastos es «reducir las horas de trabajo del personal».
La terraza con la que cuenta este establecimiento donostiarra le ha permitido desde que el pasado mayo se permitiera la reapertura de la hostelería funcionar con algo de ritmo, «pero todo depende del tiempo, dependemos de que no llueva, porque de lo contrario a la gente le cuesta estar en una terraza», comenta.
Sin poder ofrecer el aperitivo mañanero ni el poteo de tarde en el interior del establecimiento. Eulalia reprocha que del Ayuntamiento donostiarra solo reciben negativas para poder ampliar la terraza. «No nos dejan poner más mesas. Nos han permitido espaciar más las que ya teníamos para mantener la distancia de seguridad, pero hemos pedido hasta tres veces colocar más mesas, y todas ellas nos han remitido a la ordenanza municipal de siempre». El consistorio donostiarra aprobó hace varios meses la flexibilización de la ordenanza de terrazas para paliar los efectos de los vaivenes normativos en aquellos establecimientos con poco margen para trabajar en el exterior, sin embargo, critica esta mujer, «debe de ser solo para quienes no tenían mesas fuera, porque a nosotros no nos dejan y no será por falta de espacio».
A partir del martes, que será cuando entre en vigor la resolución que el Gobierno Vasco publicará el lunes con el listado definitivo en el que Donostia estará a todas luces incluida, también se decreta el cierra perimetral de la ciudad. Esto es, la actividad que parecía haberse recobrado en las últimas semanas volverá a verse reducida. «En Semana Santa hemos trabajado muy bien, a la gente se le veía con ganas de salir a tomar algo, y ahora notaremos bajón. Es cierto que no va a poder venir gente de fuera, pero también que el público donostiarra no va a poder salir», explica.
En cualquier caso, la evolución caprichosa de la pandemia y las restricciones que van y vienen en cada oleada de contagios ha hecho que toda la cadena de valor de la hostelería peque de prudente. «Vamos con pies de plomo a la hora de comprar género y se nota que los distribuidores también».
Jon Gómez Muñagorri | Munto Jatetxea
«Para nosotros otro cierre perimetral es un desastre»
Después de tantos vaivenes, de cierres prolongados y de otros algo más breves, a Jon Gómez se le nota que tiene que medir sus palabras a la hora de explicar cómo afrontarán este nuevo lote de restricciones que entran en vigor en Donostia a partir del martes. Pese a que la normativa le permita ofrecer desayunos y comidas en horario de 6.30 a 9.30 y de 13.30 a 16.30 en el interior del Munto Jatetxea y con aforo reducido, este hostelero tiene hechos los número y no le sale a cuenta abrir el comedor.
«A primera hora en la Parte Vieja solo hay transportistas, y para atender a las seis mesas que podría tener dentro en horario de comida tengo que sacar del ERTE como poco al cocinero, que son unos 1.700 euros al mes, a alguien para tener el fregadero, otros 1.300, y otro en sala, otro tanto... Y siempre contemplando que llenamos todos los días todas las mesas... Los números no dan».
La solución que ven en esta empresa familiar a corto plazo es colocar las vitrinas con los pintxos en la entrada del establecimiento y tratar de sacar el máximo rendimiento posible a las tres mesas que tienen en el exterior. «No hay otra opción, si pudiera de verdad que cerraba, pero tengo a 12 personas en ERTE a las que tengo que seguir pagando a cada una los 300 euros de seguridad social, además del alquiler del local, el IVA, impuestos... Hemos estado haciendo cajas de 300 euros, y teniendo que pagar impuestos por un importe de entre dos y tres mil euros», comenta asfixiado.
Estas últimas semanas habían sido como un soplo de aire fresco para el conjunto de la hostelería con la flexibilización de la movilidad en Euskadi, y particularmente para los hosteleros de la Parte Vieja, cuyos establecimientos, por lo general estrechos, alargados y con poca posibilidad de disponer mesas en el exterior, se habían visto seriamente perjudicados por las restricciones de aforo y por una tendencia cada vez más instaurada para evitar contagios de consumir en la calle.
En este sentido, Jon confiesa estar «muy cabreado con el Ayuntamiento». «Todos los bares de la Fermín Calbetón. Hemos solicitado ampliar las terrazas y a todos nos lo han denegado», comenta visiblemente enfadado.
Para el sector de la hostelería, y en su caso particular, el nuevo cierre perimetral que arranca el martes es «para nosotros un desastre, es muy triste y muy mala noticia», dice en referencia a la pérdida de clientela del resto del Gipuzkoa, pero también de los territorios vecinos, que habían podido recuperar en las últimas semanas.
En este sentido, reitera que la única solución a la vista es avanzar en la inmunización de la población, pero «tanto faroleo que hemos tenido siempre con Osakidetza y resulta que somos lo que peor vamos en vacunación. Deberían ponerse las pilas porque recuperar nuestra actividad depende de esas vacunas», censura.
Ana Manjarrés | Tienda de moda Auka
«Ahora notaremos bajón, pero confiamos en un verano bueno»
La tienda de moda y complementos Auka, al igual que tantos otros comercios donostiarras de referencia para los visitantes, también va a volver a sufrir las consecuencias de las nuevas restricciones. En el caso de este establecimiento, situado frente a uno de los laterales del hotel María Cristina, la falta de turistas la llevan padeciendo desde el cierre autonómico. «Al tener el hotel al lado, trabajábamos muchos con los clientes que se alojan ahí, y eso lo notamos mucho».
Ahora, que también quedarán restringidos los desplazamientos no ya de vizcaínos y alaveses, sino también de los propios guipuzcoanos, auguran que «notaremos mucho el bajón», comenta Ana Manjarrés. «Solemos tener mucho cliente de la provincia y cada vez que nos han cerrado, el efecto ha sido inmediato», señala.
De hecho, cada una de las veces en las que el Gobierno Vasco ha anunciado que las restricciones se flexibilizaban ligeramente «lo hemos notado», y reconoce que en su caso, el mes de marzo «fue estupendo».
Tanto es así que «la tienda la tenemos llena de ropa y complementos. En invierno sí que es cierto que se compró algo menos, pero hemos tenido un marzo tan bueno que hemos apostado por el verano y tenemos la tienda a tope», indica la encargada del comercio.
Además, de lo que no le cabe la menor duda es de que «a la gente se le ve con muchas ganas de salir, comprar, de ver colorido... Y hemos puesto la tienda tan alegre que varias clientas ya nos han dicho que solo de verla dan ganas de entrar», dice Ana satisfecha. Más allá de cuánto dure este nuevo cierre perimetral, confía en el verano. «Veremos a ver cómo va, pero creemos que no será malo», confluye.
Roberto Congiatta | Bar Koh Tao
«No poder atender a la gente dentro al mediodía es una faena»
El bar Koh Tao es de esos establecimientos hosteleros que funcionan muy bien entre horas y que se van a ver seriamente perjudicados por la limitación horaria en los interiores que se establecerá en la capital guipuzcoana a partir del lunes. En este bar, por ejemplo, un cliente solo podrá sentarse en las mesas de dentro de 6.30 a 9.30 horas y de 13.30 a 16.30, «por lo que no podremos atender a esa clientela que viene a media mañana, en el descanso del trabajo, o a media tarde hasta las 20.00, todo eso lo perdemos y es una fanea», explica Roberto Congiatta.
Según explica, próximamente dispondrán de alguna mesa más en el exterior, lo que les permitirá capear mínimamente el temporal, aunque «dependeremos totalmente del tiempo». «Si llueve no hay toldo, así que no se puede estar fuera», comenta esperanzado para que el buen tiempo aguante al menos tanto como el periodo que San Sebastián tenga que estar en zona roja.
Además, el cierre perimetral también les hará mella. «En la plaza Gipuzkoa se cogen muchos autobuses a otros pueblos y muchos paran por aquí antes de volver. Sin duda eso lo notaremos», lamenta.
En la siguiente tabla se puede consultar la cifra de contagios por municipios de Gipuzkoa y su tasa de incidencia por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Además de dicha tasa, el departamento de Salud del Gobierno Vasco toma en cuenta otros indicadores sanitarios y demográficos que determinan el color del riesgo de trasmisión:
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