Los extranjeros mantienen la población de la ciudad en máximos pese a la caída de la natalidad
Donostia logra superar la cifra de vecinos que tenía antes de la pandemia, pero acelera su proceso de envejecimiento, según los datos del Padrón Municipal 2022
San Sebastián registró a finales del año pasado un récord histórico de habitantes. Los residentes en la ciudad eran 188.743 habitantes el 31 de ... diciembre, cifra que supera la alcanzada en 2019, antes de la pandemia. El padrón municipal indica que en el último año se ha incrementado el número de habitantes en 896 personas. Donostia ha ganado 6.490 personas en los últimos 20 años (3,6%), pero a un ritmo muy ralentizado en la última década por el acelerado proceso de envejecimiento y la bajada de la natalidad. Son los extranjeros los que sostienen la demografía municipal y ya casi suponen el 10% de la población total.
El alcalde, Eneko Goia, presentó este martes en rueda de prensa los datos del padrón municipal 2022, que a su entender reflejan que «la ciudad está cambiando». El relevo generacional se produce por la mayor natalidad de los emigrantes, «algo positivo para la ciudad», que debería «impulsar las políticas de convivencia».
El padrón refleja claros desequilibrios demográficos por barrios y por sexo. La edad media de la ciudad se sitúa en los 46,5 años, pero en las mujeres es 3,79 años superior a la masculina (48,33 en el caso de la población femenina y 44,54 en la población masculina). Centro y Gros siguen siendo los barrios más envejecidos (49 años de edad media), mientras que Loiola (42 años), Miramon-Zorroaga (43 años) y Aiete (43 años) son las zonas con menor edad media.
Las mujeres representan el 52,8% de la población, y también viven más. Entre los mayores de 65 años, representan un 58,9% de la población y entre la población mayor de 80 años, son el 66,7%. El número de personas centenarias ha ido aumentando con los años en la ciudad. El año pasado, 113 personas (97 de ellas mujeres) tenían 100 años o más, mientras que hace dos décadas eran solo 32 (27 mujeres). En el extremo opuesto, el número de personas menores de un año se ha reducido de 1.156 a 1.056 habitantes durante el último año.
Natalidad y envejecimiento son dos caras de la misma moneda y lo que explica por qué el gráfico por grupos de edad ofrece la imagen de «un ánfora invertida», más que el de una clásica pirámide.
La tendencia a la baja de la tasa de natalidad –nacimientos por cada 1.000 habitantes– ha sido una constante en las últimas dos décadas. En la actualidad la cifra ha bajado hasta 5,56, lo que supone 2,82 puntos menos que hace veinte años.
La mayor esperanza de vida y el menor número de nacimientos ha llevado el índice de envejecimiento –porcentaje de mayores de 65 años respecto a los menores de 16 años– a un 203,7%, 52 puntos más que en 2002. El envejecimiento de la población donostiarra es sensiblemente más intenso que en el conjunto del País Vasco (164,1) o que en el conjunto de España (133,4).
La distribución del índice de envejecimiento en los barrios arroja resultados dispares. Nuevamente Gros (307,66%) y el Centro (300,04%) ostentan los mayores índices, seguidos por el Antiguo (265,26%), todos ellos a distancia de la media municipal. En el extremo opuesto se encuentran Loiola (124,12%), Miramon-Zorroaga (132,13%), Aiete (132,70%) y Añorga (134,12%).
La clave que explica cómo con estos datos de natalidad y envejecimiento la ciudad sigue creciendo en población la ofrece el incremento de población extranjera. Y hay dos formas de contabilizar a estos ciudadanos. Según el padrón municipal, la población extranjera al final del año pasado ascendía a 18.247 personas, un 9,7% sobre el total. Pero si tenemos en cuenta los nacidos en el extranjero que viven en la ciudad –algunos tienen doble nacionalidad– la cifra asciende a 26.604 personas, el 14,1% del total.
Si tenemos en cuenta los que aparecen en el padrón, la cifra de extranjeros ha subido 13.223 personas en dos décadas, un 223%. Solo en el último año se observa un crecimiento de 1.984 personas foráneas (12,2%). La edad media de la población extranjera es de 34 años, cifra notablemente inferior a la edad media del conjunto de la población donostiarra (46,5).
El país principal de procedencia de los extranjeros empadronados en la ciudad es Honduras (2.938 habitantes, 13,1% del total de extranjeros en San Sebastián y un 60% mujeres), seguido de Nicaragua (1.998 habitantes, 11% del total y el 66,2% mujeres), Colombia (1.500 habitantes, 8,2% del total de extranjeros y el 53,1% 20 mujeres), Marruecos (1.227 habitantes, 6,7% del total extranjeros, y el 24,6% mujeres) e Italia (1.002 habitantes, 5,5% del total extranjeros y el 45,2% mujeres). Los extranjeros que viven en la ciudad proceden de 140 países, pero estas cinco nacionalidades principales engloban al 44,6% de la población foránea de Donostia y han mantenido un significativo peso en los últimos años.
Mención aparte merece Ucrania, nacionalidad que aporta al padrón 861 habitantes (4,7% del total extranjeros. La presencia de ucranianos se ha incrementado en 458 personas con motivo de la guerra, un crecimiento del 88%, de las cuales el 67% son mujeres.
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