El incendio en una casa de okupas en Donostia fue un acto de venganza de un hombre a su expareja
La Ertzaintza ha detenido en Bergara al presunto autor del siniestro, que causó la muerte de una persona y heridas a otros dos okupas del edificio
JAVIER PEÑALBA
Lunes, 8 de abril 2019, 15:19
Los investigadores de la Ertzaintza lo tenían claro desde el primer momento. Era un incendio provocado de forma intencionada. No había dudas de ello. ... Quedaba, eso sí, atar los cabos, y no era fácil. Después de cuatro semanas de arduo trabajo y muchas horas de investigación, la Ertzaintza ha esclarecido las circunstancias que rodearon el incendio que se registró el pasado 1 de marzo en la sede de una antigua empresa ubicada en la zona del Infierno, en San Sebastián, que provocó la muerte de una persona y heridas a otras dos. El arresto se practicó en Bergara y la acción del presunto homicida, de 49 años, podría obedecer a un acto de venganza hacia su expareja con la que había residido en el edificio siniestrado.
El incendio se originó sobre las 5.55 horas del pasado 1 de marzo, en unas instalaciones que hace varias décadas albergaron la empresa de transportes La Guipuzcoana, situada en el Camino de Zubiberri, en la salida de Donostia hacia Añorga Txiki, en el punto que se conoce como El Infierno. Se trataba de un edificio que constaba de planta baja y dos alturas, actualmente propiedad de la constructora Amenabar, en el que residían media docena de okupas. El fuego no tardó en adquirir grandes proporciones y se propagó por todo el edificio. De las tres personas que en el momento del suceso se hallaban en el interior, dos lograron salir por sus propios medios. Una de ellas, no obstante, quedó inicialmente atrapada en un balcón y no vio otra salida que la de descolgarse desde el primer piso.
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Las llamas terminaron por propagarse por toda la parte interior de la edificación, construida con materiales de hormigón y madera. Hasta el lugar se desplazaron numerosos efectivos de los bomberos de la capital. En las labores se emplearon hasta trescientos metros de manguera, ya que la toma de agua se hallaba un tanto alejada.
El personal de extinción atacó el incendio desde el exterior, toda vez que estaba totalmente desarrollado. Los bomberos pudieron rescatar a dos perros que hallaron con vida y al mismo tiempo impidieron que las llamas se propagasen a otras instalaciones cercanas, una de las cuales, la más próxima, fue desalojada.
Hallazgo del cadáver
En el transcurso de las labores de extinción, los bomberos fueron informados de que uno de los ocupantes podría encontrarse en el interior. Compañeros de la víctima relataron a los agentes de la Policía presentes haber escuchado gritos de una persona pidiendo auxilio. No obstante, no existía la certeza de que fuera así. Los peores presagios, sin embargo, se confirmaron cuando un bombero descendió desde la plataforma de la escala hasta el interior del edificio. La inspección permitió descubrir el cadáver de un varón al que los restantes residentes conocían como Goyo. La víctima residía en el edificio desde hace unos dos años. Había nacido en Alemania, aunque antes de trasladarse a Donostia había vivido en Asturias. Conocidos suyos indicaron el mismo día del suceso que, tras desatarse el incendio, la víctima estaba abandonando la casa pero que volvió a entrar a buscar algo y que luego no le dio tiempo a salir.
Investigación
Ante el hallazgo del cadáver se desplazaron al lugar un equipo forense, agentes de la Policía Científica de la Ertzaintza, así como miembros del Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Policía vasca en Gipuzkoa, quienes se hicieron cargo de la investigación.
Desde un primer momento, los indicios apuntaban a una acción provocada y la investigación se centró en un varón de 49 años, vecino de Bergara, que un tiempo atrás habría residido en dicho edificio junto con su entonces pareja sentimental, sobre la que tenía orden judicial de alejamiento. Precisamente, todo parece indicar que el móvil del delito apunta a la venganza contra la expareja
El trabajo policial realizado en las últimas semanas por la Ertzaintza ha permitido reconstruir «de manera minuciosa» los movimientos del sospechoso por diferentes puntos de la capital donostiarra, desde su llegada a primera hora de la mañana del día 28 de febrero a la dársena de la Estación de Autobuses hasta el momento en que abandonó la ciudad a bordo de un tren, minutos después del inicio del incendio.
El agresor, de 49 años, residió en el inmueble con su excompañera, de la que tenía orden de alejamiento
Los agentes asimismo determinaron la forma en la que el sospechoso se había hecho con el combustible que fue utilizado para iniciar el fuego. En este sentido, según fuentes policiales, el investigado se sirvió de una tercera persona, que desconocía sus intenciones, y a la que le entregó un bidón de cinco litros de capacidad y diez euros para que le comprara el combustible en un surtidor de la ciudad.
Los informes químicos practicados por la Policía Científica de la Er-tzaintza revelaron la existencia de elementos acelerantes, gasolina concretamente, en diferentes evidencias recogidas durante la inspección ocular que se practicó en el lugar de los hechos.
En la mañana del jueves de la semana pasada, los agentes del la Unidad de Investigación procedieron a la detención del sospechoso en Bergara cuando se disponía a abandonar su domicilio. Posteriormente, fue traslado a las dependencias de la comisaría de Deba-Urola para cumplimentar las oportunas diligencias.
Veinticuatro horas más tarde, el detenido, al que se le imputa los delitos de asesinato, lesiones e incendio, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Donostia, cuyo titular decretó su ingreso en la prisión del centro penitenciario de Martutene.
El procedimiento judicial, de confirmarse las imputaciones que actualmente recaen sobre el sospechoso, será competencia de un tribunal de jurado popular.
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