
Secciones
Servicios
Destacamos
El encuentro de Urbieta con San Martín no es el cruce Shibuya de Tokio, donde cada día cambian de acera 2,4 millones de personas, ... pero estos días se le acerca cada vez que un semáforo se pone en verde. Los peatones hacen de su capa un sayo y se saltan las normas de circulación, las provisionales y las permanentes, para llegar a su lugar de destino cuanto antes, mientras que los conductores se resignan a los embudos generados por los estrechamientos de calzada. El centro de la ciudad es una concatenación de obras que enerva por igual a viandantes y conductores. Dentro de este panorama se han abierto esta semana dos ventanas de normalidad: autobuses y motos pueden volver a girar a la derecha en el cruce de Urbieta con San Martín y se ha reabierto la acera de los portales pares en una calle San Bartolomé sumida en obras de reurbanización.
El verano no ha llegado aún pero la circulación por el centro de la ciudad está igual de pesada que si estuviéramos en pleno mes de julio. La calle Easo está levantada entre San Martín y San Marcial, Urbieta tiene el carril izquierdo 'mordido' por un vallado de obra a la altura de San Martín y los separadores por la obra de San Bartolomé obligan a los autobuses a salirse del carril reservado. Al final de esta calle, un camión para la obra del Bellas Artes vuelve a inutilizar el carril izquierdo. La calle San Bartolomé, entre Easo y Urbieta, está cerrada por obras. La manzana de San Martín entre Fuenterrabía y Getaria, también levantada. Todo el frente de la catedral, bloqueado para los peatones con un vallado que parece el muro de Berlín y que obliga a desviarse por Urbieta o Fuenterrabía. Y en Amara, con los conductores aún por adaptarse a la nueva Aita Donostia, tienen el paseo Errondo, Morlans y José María Salaberria afectados por el soterramiento del Topo.
Dos agentes de Movilidad tomaban ayer fotos de las circulaciones peatonales en el cruce de Urbieta con San Martín. Apenas podían impedir que los peatones no cruzaran por donde ya no hay un paso de cebra porque el espacio ha sido invadido por la obra que se acomete en el Buen Pastor. Cuando el semáforo se pone verde se ven personas cruzar en todas direcciones en este punto, que tiene a los conductores que salen del parking del mercado de San Martín resignados esperando que alguien les deje saltar dos carriles para poder circular por Urbieta.
Al menos, las líneas de autobús que se dirigen del Centro al Antiguo ya no tienen que llegar hasta Larramendi para seguir por el paseo de La Concha. La evolución de la obra en San Martín les permite recuperar el giro desde Urbieta, aunque en vez de circular por el carril derecho, ahora en obras, los vehículos de las líneas 5 y 25 continúan por el carril izquierdo.
En el comienzo de la calle San Bartolomé, la manzana pegada a Urbieta, también han empezado a recuperar cierta normalidad. La acera de los portales pares ya ha sido reurbanizada y está abierta. Los operarios confirmaban que la reapertura se produjo ayer mismo, aunque algunos peatones la utilizaron ya el martes.
Han pasado tanto tiempo compartiendo lugar de trabajo que algunos comerciantes llevan el café de media mañana a los trabajadores de la obra. Los vecinos y los comerciantes de la calle llevan años sumidos en la provisionalidad y en los últimos meses han tenido que andar sobre pasarelas para acceder a portales y establecimientos, unas incomodidades que han hecho mermar sus ingresos, según explican. En las próximas semanas se acometerá la renovación de la acera de los portales impares. Según el cronograma de obra, no será hasta el mes de julio cuando se vean los resultados definitivos. Tanto en esta calle como en Easo, la calzada se reducirá y las aceras se ensancharán para ganar espacio para el peatón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.