Para casarse en el Ayuntamiento, mejor enero
Se abre el plazo de inscripción para los enlaces de 2019, con 163 reservas ya efectuadas para este año | En teoría hay más de 300 plazas para contraer matrimonio cada año en el edificio consistorial, ¿pero quién lo haría un jueves en pleno invierno?
AINGERU MUNGUÍA
SAN SEBASTIÁN.
Viernes, 2 de febrero 2018, 11:53
¿Quiere casarse en el Ayuntamiento? Pues ya puede correr... si quiere hacerlo el año que viene en una fecha concreta. En este 2018 tiene aún opciones, si no le importa irse de luna de miel en otoño y dar el 'sí quiero' un día entre semana. Ayer se abrió el plazo para reservar fechas hasta final de 2019. Este año ya están cogidas 163 de las 304 plazas disponibles.
El aumento de enlaces matrimoniales celebrados en el Ayuntamiento a partir del año 2006/7 obligó a la administración a regular su realización mediante varias resoluciones de Alcaldía. Hoy en día el consistorio celebra uniones civiles ordinarias (en el Salón de Plenos) los segundos y terceros sábados de cada mes de 11.30 a 13 horas (salvo si es festivo) y también los segundos y terceros viernes de junio, julio, agosto y septiembre de 18 a 20 horas. Se trata de ceremonias de unos 20 minutos que tienen un margen de tiempo muy ajustado para que haya una cada media hora. Cada sábado se pueden celebrar, por tanto, ocho enlaces y cada viernes, cinco.
CUATRO ANÉCDOTAS
1.- Una novia se casó in extremis, al llegar al Ayuntamiento un minuto antes de que cerrara la administraciónEl novio llevaba tres horas esperando.
2.- Un inglés y su novia llegaron a la boda en caballos blancos y se fueron al banquete (Kursaal) en el mismo transporte, por la calzada, y en dirección contraria por el Boulevard.
3.- El Ayuntamiento cerró las puertas para que no entraran 200 invitados a una boda porque el Juzgado no había remitido el expediente. Uno de los novios seguía casado.
3.- Unos novios no pagaron el banquete y el restaurante pretendió cobrar la factura al Ayuntamiento.
También existe la opción de realizar bodas rápidas o 'exprés', con la sola presencia de los contrayentes y los testigos en una sala más pequeña, los segundos y terceros jueves de cada mes de 11.30 a 13 horas. Si se cruzan estos requisitos con el calendario del presente 2018 salen unas 304 plazas para realizar bodas civiles. Es solo una cifra teórica, dado que muchos meses son ignorados por la gran mayoría de los novios. El ejemplo es este mes de enero que acaba de concluir que ha sido elegido solo por una pareja para casarse en el Ayuntamiento. Es por ello que las 163 reservas formalizadas para casarse este año suponen apenas la mitad de las plazas existentes, pero significan el 75% de las bodas que habitualmente se realizan al año y, probablemente, se acerquen al 100% de las opciones para contraer matrimonio en los meses de verano.
Por ello quienes hoy quieran casarse este año en el Ayuntamiento muy probablemente tendrán que limitarse al otoño. Según la normativa, tras la reserva de la fecha -se puede realizar en el teléfono 010 o en las oficinas de Udalinfo- hay que registrar la solicitud formal de boda con 6 meses de antelación al enlace. Si el plazo entre la reserva de fecha y la celebración fuese inferior a 6 meses se ofrece solo una semana de tiempo para entregar la solicitud al Ayuntamiento, momento en el que se paga el precio público establecido: 100 euros (60 euros si alguno de los dos está en paro y gratis si ambos son desempleados).
Las fechas para las bodas se ofrecen en función de la disponibilidad; esto es, el que reserva con mayor antelación tiene más opciones de elegir. Los donostiarras no tienen prioridad sobre los novios empadronados en otros municipios o países. Para completar los trámites previos a la celebración de la boda, la pareja debe realizar el correspondiente expediente en el Registro Civil desde donde se remite al Ayuntamiento la preceptiva autorización para la celebración de matrimonio (leer la anécdota 3ª). Los novios podrán elegir música, mejor si es en directo que en un CD (para no volver locos a los funcionarios), pero deberán abstenerse de lanzar arroz o pétalos, una costumbre absolutamente prohibida que terminó destrozando la alfombra de la escalera consistorial y dañando las conducciones de la terraza de Alderdi Eder.