Ciudadanos | Anna Valentina Ormrad

«¿Y si caminaras sabiendo dónde está tu cabeza o dónde tienes la lengua?»

– ¿Caminar preguntándose dónde tiene una la cabeza y en qué posición quedó la lengua? Interesante. Si están ambas mal puestas todo acaba en aquel: ¡Que le corten la cabeza!, de la Reina de corazones de 'Alicia en el País de las Maravillas'.

– Es importante. ¿No te das cuenta que si nos fijamos en la postura de cada uno al andar podemos descubrir si tiene el corazón cerrado o va de chulo por la vida? La postura revela (y también provoca) muchas afectaciones físicas, psíquicas, anímicas, sensoriales.

– Detectar al chulo me parece fácil: sacando pecho. Lo del corazón cerrado creo que resultará más difícil. Y más triste.

– Músculos contraídos, espalda tan cerrada como el corazón, hombros encogidos... Vivimos en un mundo disfuncional, ¿sabes?

– Vaya, no nos habíamos dado cuenta...

– Nuestro trabajo es disfuncional, la comida es disfuncional. Hasta nuestra respiración es disfuncional. Nuestra postura lo es.

– Pero respiramos, ¿no?

– Sí, pero mal. ¿Conoces a Julián Peragón? ¿Los ocho escalones del yoga, siendo el 'pranayama' (el control de la respiración o la expansión de la energía vital), uno de los más importantes? ¿Has leído 'Respirar, la nueva ciencia de un arte olvidado'? ¿Qué sabes de los estudios sobre cráneos prehistóricos realizados por el científico ruso Buteyko y de su técnica de reeducación respiratoria? ¿Has pensado alguna vez que incluso en Ulia puedes, en cierta manera, 'entrenar en altura' como hacen los deportistas de élite en Sierra Nevada, aplicando correctas maneras de respiración?

– La respuesta a todas tus preguntas es negativa.

– El yoga que yo practico (empecé hace mucho, en el centro Baraka) es integral, holístico. Va más allá de las 'asanas', las posturas, y se integra en tu vida cotidiana. Si 'prana' es la respiración, es normal que tengas que aplicar todo lo que has interiorizado a tu vivir día a día Y respirar bien no consiste ni en hacerlo con la boca abierta ni muy rápido. Si es algo vital, tendrá que ser como el transcurrir de la misma vida: constante, suave, fluido. Julián Peragón es antropólogo y profesor de yoga. James Nestor, periodista científico, ha vendido más de dos millones de ejemplares de 'Respirar', un estudio sobre la ciencia y las teorías en torno a la respiración, una confrontación entre la respiración nasal y la bucal...

– Fascinante. ¿Y Buteyko?

– Se dio cuenta de que a través de los siglos y los milenios la mandíbula humana empequeñecía y al hacerlo la cara se alargaba y se perdía, en cierta manera, espacio para todo aquello que interviene en la respiración. Estudió la hiperventilación (crónica), la consideró la causa de muchas enfermedades y propuso una reeducación respìratoria.

– Que consistiría en...

– Por ejemplo, en un trabajo de relajación, en introducir pausas antes de la inhalación. En entender que menos es más. No por mucho respirar vas a respirar mejor. Siempre nos olvidamos del diafragma y respiramos con la parte alta. O por la boca. Ni siquiera sabemos qué hacer con los músculos accesorios de la respiración; mira, están aquí, en la garganta. Si tampoco cuidamos el trapecio no respiraremos bien.

– O sea, siente que respiras,

– Claro, busca la respiración consciente. Y al caminar es importante pensar dónde tengo la cabeza. Y la posición de la lengua porque dependiendo de eso respiraremos mejor o peor. Y también es importante saber que estamos caminando. Cómo. Y por dónde.

– Hazme consciente.

– Solemos caminar con postura sagital (de saeta, tiesa, estirada), hacia adelante. Uno dos, uno dos. En recto. Calzados. De ahí que sea tan formidable el beneficio y el placer que recibimos cuando andamos descalzos en la playa. Os recomiendo descalzaros en el más pequeño trozo de césped (natural) que encontréis. No solo por estar en contacto con lo real sino porque vuestros pies se fortalecen, sanan y transmiten su bienestar al resto del cuerpo.

– Pero hay más , vuestras 'caminatas de la respiración' por Ulia...

– Caminas y respiras. Respiras y caminas. Y como es sobre un terreno vivo (ramas, piedras, musgo, agujeros) no te mueves en línea recta sino que tienes que adecuar cada paso, cada movimientos. Así tus piernas toman direcciones que no toman en la calle...