El Buen Pastor 'estrena' torre
Restauración. La retirada de los andamios marca el fin de las obras en la estructura de la catedral donostiarra, que se abrirá a las visitas cuando acabe la crisis sanitaria
La torre del Buen Pastor de San Sebastián ha recuperado su tradicional silueta tras la retirada de la espectacular trama de andamios que la ... ha recubierto durante el último año y medio. La principal estructura del templo, inspirada en las torres de la catedral alemana de Colonia, luce desde ayer su nueva 'piel' después de la minuciosa limpieza a la que ha sido sometida. El proceso ha devuelto a la piedra, arenisca de Igeldo, su color original: quienes contemplen ahora el templo lo verán mucho más claro.
La retirada de las 130 toneladas de andamios de la empresa Ulma que rodeaban la torre marca el fin de su restauración, una intervención que además de sanear la piedra ha permitido reforzar su estructura con la incorporación de nuevos elementos como una espectacular escalera de caracol y nuevos bastidores para las diez campanas de la catedral, que también han sido restauradas. Uno de los trabajos claves de la obra, llevada a cabo por la empresa donostiarra Teusa, ha consistido en la sustitución de los forjados que sostienen la estructura de la torre.
«De los ocho que hay –indica el arquitecto Aitor Zubia, del estudio Zetabi Arkitektura que se ha encargado del proyecto– se han sustituido los cinco que estaban en lo más alto, que eran los más deteriorados por su exposición al agua». Las nuevas estructuras combinan la madera y el metal y equipan un sistema para canalizar el agua de la lluvia que entra en la torre, algo que hasta ahora no existía.
El elemento estelar es la nueva escalera de caracol que traslada al visitante de la planta tercera de la torre, a 25 metros de altura, a la octava, que está a 50 metros y que acoge las campanas de la catedral. Esta estructura de 125 peldaños, construida por la empresa Eima de Urretxu, es la que va a hacer posible que la torre empiece a recibir visitas cuando la crisis sanitaria haya pasado. «La escalinata anterior era muy estrecha y no reunía las condiciones mínimas de seguridad para el acceso del público», apunta el arquitecto Zubia.
La obra, que ha tenido un coste de 1,7 millones, ha sido sufragada con aportaciones del Gobierno central (50%), Diputación de Gipuzkoa (25%), Ayuntamiento de San Sebastián (12,5%) y Diócesis (12,5%).
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