Urbanismo no decidirá sobre el derribo de la cubierta del Bellas Artes hasta otoño
La concejala Nekane Arzallus (PNV) explica que en mayo se solicitó a la Sade información complementaria sobre la petición de licencia y aún no ha respondido
El Ayuntamiento se va a dar dos meses más de plazo, como mínimo, para decidir sobre el derribo de la cubierta del edificio Bellas Artes ... solicitado por su propietaria, el grupo Sade. Así lo explicó ayer a DV la nueva concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus (PNV), a la vista de que «en mayo» se solicitó información complementaria sobre este proyecto que aún no ha recibido su departamento. De esta forma, no hay riesgo de que en la presente semana venciera el plazo de tres meses desde que se presentó la solicitud de licencia y que la misma quedara otorgada de facto por silencio administrativo, según explicó la nueva responsable del área. Una vez que esta información llegue a Urbanismo, el departamento analizará el conjunto del expediente y tomará una decisión, previsiblemente en otoño.
La petición de la Sade fue registrada en el Ayuntamiento el 25 de abril y tiene su origen en la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de San Sebastián que, en diciembre, confirmó el estado de ruina del edificio (decretado por el Tribunal Supremo en 2001), rechazó las órdenes dictadas por Ayuntamiento y Diputación a la propietaria para acometer una serie de obras de rehabilitación; y precisó que la titular del inmueble solo tiene obligación de garantizar la seguridad frente a terceros.
En este sentido, la sentencia solo aceptó una de las 14 intervenciones solicitadas por el Ayuntamiento a la Sade, debido a su urgencia y «por motivos de seguridad», para actuar en el techo del patio de butacas, que es el suelo de la planta tercera y última del edificio. La Sade analizó en profundidad la sentencia y concluyó que, «en virtud de la responsabilidad que tenemos, no con la rehabilitación sino con la seguridad del edificio», es necesario eliminar el riesgo que presenta este forjado, una estructura compuesta por una retícula de vigas de 1,85 metros de alto sobre la que se asienta el suelo de la sala de ensayos que utilizó en su día el Orfeón Donostiarra.
La Sade explicó en abril que el proyecto, visado por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro, «cumple con el Peppuc» dado que no toca las fachadas y solo interviene en la estructura interna del inmueble para eliminar el peligro de derrumbe del techo del patio de butacas. La actuación exigirá derribar también la cubierta del Bellas Artes dado que es el único acceso a la zona en cuestión. El riesgo del mal estado de este forjado se comprende porque es el techo de una gran sala de cine que no está apoyado en columnas y, sin embargo, tiene una función estructural importante al soportar cuatro pilares en la base de la planta superior, sobre los que se apoya la cubierta.
«El plazo para el silencio administrativo se detuvo el 29 de mayo. Aún esperamos la información»
La obra pretende eliminar el riesgo de derrumbe que corre el techo del patio de butacas
Para llevar a cabo esta actuación, el proyecto plantea colocar en primer lugar unos «rigidizadores de fachada» que actuarán como contrafuertes; a continuación se apuntalaría el techo del patio de butacas mediante unas torres metálicas; y se actuaría de forma similar con las vigas de la cubierta, mediante unos puntales. Finalmente se irán sustituyendo las vigas dañadas por «unas estructuras de arriostramiento» que estabilizarían las fachadas que dan a Urbieta y a Prim. La Sade no se plantea luego reponer la cubierta sino simplemente establecer un sistema de recogida de aguas pluviales. La obra tiene un presupuesto de 436.275 euros.
Arzallus señaló que se ha pedido información complementaria sobre los residuos que se generarán en la obra. «Desde el 29 de mayo esperamos la contestación. Entonces se detuvo el plazo de tres meses que teníamos para responder. Cuando nos aporten la información retomaremos el análisis de la licencia solicitada».
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