
El barómetro del paseo de La Concha, al taller
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Fue desmontado el pasado viernes y volverá a colocarse a mediados de febrero, mientras que el reloj se reactivará este viernes con una nueva minuteríaSecciones
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Fue desmontado el pasado viernes y volverá a colocarse a mediados de febrero, mientras que el reloj se reactivará este viernes con una nueva minutería¿Dónde está el barómetro de los Relojes de La Concha? Es la pregunta que se hacen muchos donostiarras que han pasado por este punto ... en los últimos días y, al alzar la mirada, se han encontrado con las esferas vacías en uno de los obeliscos diseñados a principios del siglo XX por el arquitecto Juan Rafael Alday, autor también de la icónica barandilla.
El concejal de Mantenimiento y Servicios Urbanos, Carlos García, desvela el misterio: está en el taller. Según explica el delegado del PSE, la empresa Tecnicronos los desmontó el pasado viernes para una puesta a punto integral. El reloj, propiamente dicho, tenía la minutería estropeada y tendrá que ser sustituida. De momento, permanece en pausa, sin marcar la hora correcta excepto dos veces al día –en concreto, a las 8.20–, como cualquier reloj parado. La idea es ponerlo en marcha lo antes posible, algo que podría suceder este viernes.
El barómetro, que mide la presión atmosférica en la columna más próxima al Ayuntamiento, presentaba peor pronóstico. «Está roto por completo y se lo han tenido que llevar para arreglar», detalla García, quien avanza que la operación de montaje se demorará hasta mediados de febrero. «Hay que regularlo bien antes de volver a colocarlo en su lugar y eso conlleva trabajo», advierte el edil. Esta actuación tendrá un coste de 3.000 euros, IVA incluido, y ha requerido el uso de una grúa para bajar –y posteriormente subir– las esferas.
El paso del tiempo y, en una parte mínima, la meteorología provocan el deterioro los Relojes de La Concha. A diferencia de lo que se pueda creer, los temporales de viento y lluvia no suelen dañarlos de manera notable, ni siquiera estando expuestos en primera línea de playa. «La inmensa mayoría de los relojes exteriores de la ciudad, quitando dos o tres que llevan un cristal delante, tienen las agujas al aire. Están a la intemperie, en la calle, y no se estropean con facilidad porque están hechos con un material que está especialmente fabricado para aguantar las inclemencias del tiempo. Aguantan el viento, la lluvia y todo lo que venga», aseguran desde la empresa encargada de su conservación.
Aun así, como todo mobiliario urbano, requieren de un mantenimiento periódico: «Cada equis años solemos pintar las carcasas de los relojes o las propias agujas». Por ejemplo, al reloj y al barómetro de La Concha, fabricados por la casa suiza Patek Philippe, se les cambiaron las esferas en 2006. Se les quitó el cristal delantero y se colocó la maquinaria capaz de soportar las inclemencias del tiempo y vientos de hasta 120 kilómetros por hora.
El mantenimiento de los relojes torre de la ciudad se adjudicó en julio de 2023 por un periodo de dos años y un precio de 44.000 euros anuales. En total hay veintidós incluidos en el contrato: iglesia de San Marcial (Altza), Ategorrieta, cementerio de Polloe, iglesia de Mariaren Bihotza, relojes de la playa de Zurriola, iglesia de San Ignacio, plaza Nafarroa, plaza de la Constitución, iglesia de San Vicente, iglesia de Santa María del Coro, iglesia de San Pedro Apóstol, Ayuntamiento, plaza Gipuzkoa, catedral del Buen Pastor, iglesia de los Carmelitas, palacio de Aiete, iglesia de San Sebastián Mártir, jardines de Ondarreta, escuelas de Igeldo, iglesia de Zubieta, reloj-termómetro de Añorga Txiki y el más concurrido de todos por ser punto de encuentro de donostiarras de varias generaciones, el reloj del Boulevard,
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