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Seis años llevan las baserritarras de la Bretxa en unas jaimas provisionales en las que les roban un día sí y otro también. El próximo verano, la situación cambiará porque se reubicarán en unos puestos definitivos en el lado opuesto de la plaza, pegadas al ... edificio comercial. El próximo lunes arrancarán las obras para hacer realidad esta nueva pérgola de madera y cristal, así como los trabajos para habilitar la comunicación directa desde el mercado, en el sótano de la plaza, hasta el parking del Boulevard, interrumpidos hace dos años por el anterior concesionario.
Fomento de San Sebastián, encomendada por el Ayuntamiento para suplir en la gestión de la Bretxa a la anterior concesionaria, la empresa Baika Mercados SL, va cumpliendo los plazos de la transformación del centro comercial desde que cogió las riendas el pasado mes de septiembre.
En la actualidad se realiza la parte final de la urbanización de las calles Aldamar e Iñigo. Los operarios acometen las últimas obras de albañilería en las conducciones de agua y saneamiento, que concluirán en la primera quincena de febrero. Posteriormente, solo quedará rematar estas tareas con un nuevo asfaltado.
A partir de la semana que viene comenzarán dos obras importantes en el camino para alumbrar el nuevo mercado de la Bretxa. La primera de ellas es la construcción del nuevo cerramiento de madera y cristal que protegerá a las baserritarras de las inclemencias meteorológicas. Esta estructura se colocará en el lado opuesto de la plaza. Las baserritarras, en vez de dar la espalda, mirarán de frente al monte Urgull.
El nuevo espacio que ocuparán tendrá tres elementos: dos quioscos de 25 m2 en las esquinas para uso del puesto de venta de prensa y el de golosinas, que hoy se emplazan en el 'túper' del centro de la plaza, y una pérgola de cristal de 238 metros cuadrados que les protegerá de la lluvia y les permitirá unas «condiciones óptimas de iluminación natural», según explica la memoria de un proyecto redactado por los arquitectos Patxi Larizgoitia y Arantxa Jauregi. Esta nueva marquesina se concibe como «un espacio cubierto pero abierto a la plaza». El proyecto incluye «un sistema de cierre de vidrio, de manera que cuando no esté en uso ese espacio quede protegido». Toda la estructura tardará cuatro meses en montarse, según define la memoria, y su presupuesto ronda el medio millón de euros. Antes de montar la nueva estructura hay que renovar el revestimiento de piedra de los pilares que sobresalen de la fachada. Las caseras mostraron ayer su escepticismo por la obra «porque tras seis años aquí, no sé si será mejor que nos quedemos donde estamos. Aquí estamos más desprotegidas frente a los robos, pero contamos con más espacio del que dispondremos tras la obra, sobre todo de fondo. Veremos», señalaron dos baserritarras.
Otra obra importante es la recuperación del pasillo de comunicación del actual mercado con el parking del Boulevard. La clientela de los asentadores y del Lidl lleva dos años sin disponer de este acceso directo. Esta obra también empieza el lunes y deberá renovar las condiciones de seguridad y evacuación no solo de este pasillo sino de las escaleras del edificio Arkoak –Forum, Sicos, McDonald's y Arenal–, que deben servir para desalojar el complejo en un momento de emergencia no solo a la actual clientela sino también a los usuarios del gimnasio Fitness Park, un equipamiento deportivo que lleva parado más de un año en espera la ejecución de esta obra para poder abrir sus puertas.
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