Anoeta: 75 años de la ciudad del deporte
Amara ·
La idea de construir una ciudad deportiva arrancó tras la prohibición del juego, en la dictadura de Primo de Rivera, pero no se materializó hasta un cuarto de siglo despuésLola Horcajo y J. J. Fdez. Beobide
Lunes, 29 de septiembre 2025, 00:17
Hace 75 años, el 22 de agosto de 1950, se inauguraba el Estadio de Anoeta. El proyecto de un Stadium y de una ciudad deportiva ... en Anoeta, acumulaba más de 20 años de retraso desde que había sido concebida en 1928, siguiendo la tendencia de construir grandes recintos para competiciones internacionales, como reclamo que atraía a numeroso público.
El molino Anoeta. Al menos desde el siglo XVIII, justo detrás de donde hoy se encuentra el Velódromo, existía un molino llamado Anoeta. Sus ruedas eran movidas por el arroyo homónimo Anoetaerreka, que recogía las aguas de las laderas de Puio, Errondo y Miramon. Unos 200 metros más abajo había otros dos caseríos: Gantxegi, situado al fondo de lo que hoy es el miniestadio de atletismo, e Illunbe, al pie del complejo que lleva su nombre. Las tres caserías desaparecerían con la construcción de la variante en los años 70 del siglo pasado. Desde Gantxegi, y con el nombre de Caño de Anoeta, el cauce del arroyo se ensanchaba hasta su desembocadura en la antigua ría del Urumea al pie de Puyo, quedando las tierras inundadas por las lluvias o por el influjo de las mareas.
En 1922, Calixto Dendategui y su esposa Balbina Martiarena, del caserío Anoeta, construyeron próximo a Gantxegi, la casa Uralde que, hacia 1955, se convirtió en el conocido merendero Xanti de la mano de su hijo Xanti Dendategui y su mujer Pepita Ubiria.
El primer Stadium de Euskadi, en Tolosa. En 1896 se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en Atenas, utilizando un antiguo estadio reconstruido para la ocasión. Tenía, y mantiene todavía, su forma original alargada y estrecha, como los que aparecen en las películas de romanos. Sin embargo, el White City Stadium, construido para los Juegos Olímpicos de Londres de 1908, ya adquirió la forma ovalada habitual, con las pistas de atletismo rodeando un campo de deportes rectangular, propio para partidos de rugby o fútbol.
A partir de los años 20, la construcción de estadios de deportes se multiplicó por el mundo. En 1923 se inauguraron, entre otros, el Wembley Stadium de Londres, el antiguo Stadium Metropolitano madrileño (obra de los arquitectos donostiarras Julián y Joaquín Otamendi), y el primero de Euskadi, el Stadium de Berazubi en Tolosa, obra del arquitecto municipal Adrián de Lasquíbar, y actualmente el más antiguo del España.
La Ciudad Olímpica de Ramón Cortázar. La prohibición del juego durante la dictadura de Primo de Rivera, privó a nuestra ciudad de uno de sus atractivos turísticos más importantes, lo que impulsó la búsqueda de nuevos alicientes. Fue, en 1928, cuando tomó forma la idea de la Ciudad del Sport apoyada por el Ayuntamiento y la Caja de Ahorros Municipal. El arquitecto Ramón Cortázar fue el encargado de realizar el proyecto que incluía el Stadium, con gradas para 30.000 espectadores (cuando la ciudad contaba con unos 70.000 habitantes), así como una plaza de toros, siendo estos las dos piezas más importantes de todo el complejo previsto a desarrollar en Anoeta. Era un plan ambicioso y con gran visión de futuro, ya que con él se pretendía dejar libre para su urbanización, tanto la colina de la plaza de toros del Chofre (que no se realizaría hasta los años setenta), como el solar del campo de fútbol de Atocha (ejecutado en los noventa). El proyecto fue presentado a Miguel Primo de Rivera quien mostró su entusiasmo prometiendo su apoyo para que se celebrasen juegos olímpicos en Anoeta. La ciudad deportiva incluía además pistas de tenis, de patinaje, piscina cubierta, gimnasio, salas de boxeo y esgrima, además de un frontón cubierto, otro de rebote y un pabellón para juegos de toca y bolos, junto a una Casa Vasca como sidrería. Las noticias de la prensa anunciarían reiteradamente que la construcción del recinto deportivo iba a ser cuestión de meses, pero la realidad era muy diferente.
El relleno del Caño de Anoeta. Aunque en 1930, la Caja de Ahorros Municipal se comprometió al adelanto de 1.000.000 pesetas para la construcción del Stadium, antes era necesario construir el colector del arroyo Anoeta para conectarlo con el Urumea, luego rellenar los terrenos inundables, y finalmente construir una gran avenida, aunque todavía ni había empezado la urbanización de Amara Nuevo. Para eso era necesario un mayor aporte de dinero y de tierras de relleno. Todo ello iría retrasando el comienzo de las obras, y así pasaron los años de la República y de la Guerra Civil, volviéndose a retomar el proyecto en 1939. Para mediados de los años 40, ya se habían rellenado los terrenos y se habían presentado dos nuevos proyectos por parte del ingeniero municipal Juan Machimbarrena y del arquitecto municipal Juan Rafael Alday.
El Frente de Juventudes y el Estadio. Mientras se retrasaba el proyecto de Anoeta, el Ayuntamiento realizó en 1943 un sencillo estadio de atletismo y deportes, conocido como el 'Estadio de bolsillo' de Amara, en el solar que hoy ocupa la manzana de la plaza del Sauce.
El Frente de Juventudes fue el organismo de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, creado al terminar la Guerra Civil para adoctrinar a la juventud, incluyendo la educación física y el deporte, encargándose, en buena parte, de las actividades deportivas. En San Sebastián se hizo cargo de la construcción del Estadio de Anoeta, acordando con el Ayuntamiento la cesión de los terrenos por un periodo de 20 años, para quedar la ciudad, luego, en posesión del estadio.
Ramón Cortázar hizo un primer proyecto en 1928, pero en los años 30 no había empezado aún la urbanización de Amara
Las instalaciones resultaron muy pobres en comparación con los proyectos anteriores, careciendo, incluso, de graderío fijo. Para su inauguración, celebrada el 22 de agosto de 1950, se preparó un pequeño estrado para una treintena de autoridades, siendo presidido por Franco y su mujer, ministros y autoridades, sin faltar la bendición eclesiástica por el obispo de Barcelona, ya que el recién nombrado primer obispo de la diócesis donostiarra, Jaime Font, todavía no se había establecido en la ciudad.
Con el nuevo estadio, el atletismo en Donostia y Gipuzkoa adquirió pronto un gran nivel, gracias al continuado trabajo de entrenadores, clubes y colegios. También sirvió para la práctica de rugby y fútbol.
Trinquete y piscina. Poco a poco se fueron construyendo nuevos edificios. Un frontón abierto de rebote y un trinquete se inauguraron en 1952, con motivo del campeonato mundial de pelota. Al año siguiente lo hizo La Parrilla del Trinquete, una sala de fiestas que tuvo gran éxito en su época, hasta cesar su actividad en 1973. Pero el mayor éxito de público lo tuvieron las piscinas, abiertas en 1954. Durante décadas había sido una de las instalaciones deportivas más solicitadas, tanto por la ciudadanía como por la Federación de natación, ya que, para conseguir buenos nadadores y buenas marcas, no bastaba la bahía. Junto a las piscinas, también se dispusieron varios campos de deportes adicionales.
Se retrasa el proyecto de Anoeta y el Ayuntamiento hizo en 1943 un 'estadio de bolsillo' en la actual plaza del Sauce
Nuevas instalaciones. En la década de 1960, la ciudad deportiva siguió creciendo con el frontón Atano III (1963) y el Velódromo (1965), cuya pista se cubrió en 1973. En 1970 se inauguraron el Polideportivo y el Palacio de Hielo y en 1974 el nuevo frontón Carmelo Balda. Al año siguiente, el Velódromo se convertía en el Palacio de Deportes, colocando una moderna pista de tartán para la celebración de los Campeonatos de Europa Indoor, mientras que en el estadio se sustituía la pista de ceniza por zenitán, material sintético que, por problemas de humedad, fue cambiado por tartán, en 1979.
El estadio de fútbol. En los años 80, fue madurando la idea del traslado del campo de fútbol de Atocha a Anoeta. La Real Sociedad vivía su época dorada, ganando títulos nacionales y el número de aficionados al deporte rey era cada vez mayor, quedando Atocha pequeño, con sus 27.000 localidades, la mayoría de pie. Por otra parte, el estadio de Anoeta se había quedado obsoleto y las instalaciones estaban muy deterioradas. La Federación de Atletismo no vio con malos ojos un gran estadio donde, además de fútbol, se pudieran celebrar grandes mítines de atletismo, y que también contaría con un miniestadio de entrenamiento con un pequeño graderío.
En 1990 se ponía la primera piedra del nuevo estadio, con la presencia del alcalde Albistur, soportando airado la protesta de muchos atletas que se quedaban sin campo de entrenamiento por no haberse construido a tiempo el miniestadio, obra que todavía se demoraría hasta mayo de 1992. El nuevo proyecto supuso la desaparición de las antiguas piscinas y del merendero Xanti. Tras larga lucha con el Ayuntamiento, en 1992, la familia Dendategui consiguió inaugurar el hotel Anoeta y el bar restaurante Xanti, en su nueva ubicación. Ese mismo año también se abrió la nueva piscina cubierta Paco Yoldi.
Por fin, el nuevo estadio de fútbol, con su pista de atletismo y 32.000 asientos, fue inaugurado por el alcalde Odón Elorza en julio de 1993, con la celebración de los Campeonatos Europeos Júnior de Atletismo.
Sin embargo, el ambiente en los partidos de fútbol de Anoeta resultaba frío, dada la distancia entre la afición y el campo, separados por la pista de atletismo. Por otra parte, apenas se habían celebrado competiciones deportivas de alto nivel. Todo ello propició una nueva remodelación en 2017, que aumentó el aforo hasta las 40.000 localidades, a costa de la desaparición de las pistas. Para compensarlo, se prometió la remodelación integral del miniestadio y, pasados seis años, por fin se va a realizar. Sin embargo, su aforo, inferior a 1.300 localidades, queda muy lejos del espejismo olímpico que imaginaron hace un siglo.
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