Donostiarra se resarce en Lekeitio

Cómo cambian las tornas en apenas cinco días en aguas lekeitiarras. De la regata de la Liga Euskotren al Campeonato de Euskadi. De la rabia al éxtasis en el caso de Donostiarra-Lacturale. De alzar los remos a morder el polvo en el caso de Orio. Y todo en el mismo escenario, en Lekeitio, donde la disputa este viernes fue un calco de la jornada liguera, salvo el giro de guion registrado en el último minuto y medio: la Torrekua se lanzó a por su primer título autonómico, que se une al de larga distancia que logró en marzo. Las aguiluchas, oro hace un año, se hicieron con la plata y Donostia Arraun Lagunak con el bronce en su vuelta a la competición tras sus diez días de confinamiento.

El entorchado se decidió en los últimos 450 metros. Hasta entonces, la regata fue una reposición de la vista cinco días antes. De hecho, el sorteo situó a ambas embarcaciones en las mismas calles: la uno para las aguiluchas, la dos para las donostiarras. La igualdad fue absoluta casi hasta la ciaboga, cuando las amarillas lograron una renta de dos segundos. Una nada tal como estaba la mar, que con una ola se podían ganar media docena de segundos. O más.

La Txiki -con Ohiane Iraola de proel en lugar de Vicky Piñeiro, baja por la muerte de un tío- ganó un segundo más tras la ciaboga. Como el domingo, Nadeth Agirre llevó el bote al andén donostiarra. Pero este viernes no hizo falta que interviniera el juez. Natalia Tubio no llevó la Torrekua a esa guerra. Uno o dos segundos por detrás, aguardó en la trinchera hasta que la mar le dio la orden de ataque. La señal fue una ola a poco más de 400 metros con la que Donostiarra pasó de ir un segundo por detrás a verse cinco por delante. El batallón de Maialen Arrazola tenía tantas ganas de resarcirse, que no claudicó hasta la meta. Orio hincó esta vez la rodilla en Lekeitio, donde el verano pasado encajó su única derrota, al ceder ante Donostia Arraun Lagunak.

La tripulación ganadora la formaron Arrazola, María Mendizabal, Ioana Alijostes, Itxaso Uzkudun, Irene Arbeo, Irati Larrañaga (babor); Oihana Cereijo, Larraitz Esnaola, Tayde Gómez de Segura, Olatz López, Andrea Oubiña, Alaitz Olarte (estribor); Mireia Uranga de proel y la gallega Tubio de patrona. Con tres canteranas, el catorce sería apto también en la Liga Euskotren.

Las dos embarcaciones guipuzcoanas fueron muy superiores a Deusto e Isuntza. Lo mismo sucedió en la primera tanda, donde Donostia Arraun Lagunak quitó la carbonilla del confinamiento y lo hizo con buena nota. Superó a Tolosaldea, que cuajó un gran primer largo, en el que llegó a ir por delante casi hasta la ciaboga, donde dilapidó todas sus opciones. Le costó un mundo virar a esa Libia tolosarra -de ir a la par se vio a nueve segundos tras las primeras paladas-, cuya tripulación pagó el peaje de su juventud en un segundo largo exigente. Todo lo contrario de la Lugañene, que confirmó que no se le ha olvidado remar con esas olas de popa que luego lanzaron a Donostiarra.