«Que nos sancionen por esto es imperdonable. Se han pasado tres pueblos»

La primera jornada de la Bandera de la Concha estuvo marcada por una sanción de tres segundos a Orio por tener dos zodiacs de apoyo a la embarcación masculina en la calle 0 durante la disputa de la regata femenina. Por cada zodiac los aguiluchos recibieron una advertencia y al sumar dos, se les aplicaron tres segundos de sanción, además de una multa de 1.000 euros por cada embarcación en aplicación del artículo 53 del Código de Regatas de la Federación Vasca. Donostiarra, San Juan, Lekittarra u Hondarribia fueron otros de los clubes que fueron multados económicamente.

«Es imperdonable lo que estamos viviendo, tanto entrenadores como directivos. No se puede ser tan exigente. Estamos en un medio súper expuesto. Hemos estado a 200 metros del campo de regateo, justo a la entrada del puerto, y que nos sancionen por eso es imperdonable cuando encima nos han pasado embarcaciones de recreo por todas las esquinas. Y a toda velocidad. No entiendo cómo a los protagonistas se nos mira con lupa todo», afirmó a este periódico Iker Zabala. «Estoy muy enfadado, no sé si con los jueces o la organización».

«Aquí cada vez hay más exigencia y las sanciones son cada vez mayores, ya sea en cuanto a segundos o económicamente, y este precisamente no es un deporte de ricos», prosiguió Zabala. «Estamos viendo cuál es el camino a seguir con la organización de La Concha, que cada día es más estricta, no sólo conmigo, sino con todos. En este caso se han pasado tres pueblos y espero no acordarme de estos tres segundos el próximo domingo, aunque esto va a hacer que rememos con más rabia».

Los remeros se enteraron de la sanción apenas un minuto antes de que se diera el banderazo de salida, lo que provocó el enfado de Zabala. «Si los jueces se lo notifican al delegado y el delegado me lo notifica a mí, soy yo el que tiene que gestionar y decidir si lo digo o no (a sus remeros). En este caso yo se lo he dicho al patrón y la premisa es que no les dijera nada a los remeros para no presionarlos. Pues un señor juez en el agua se lo ha saltado a la torera y han sido él el que lo ha notificado», lamentó. «Es un cúmulo de circunstancias que para mí es imperdonable».

Zabala quería quedarse con lo deportivo. «Hemos andado muchísimo, igual que el rival. Se han cumplido los pronósticos que en su día hice de que íbamos a ver un Orio más rápido que en la liga, pero Zierbena también lo ha sido».

Su presidente Jon Olasagasti lamentaba la sanción. «No lo hemos hecho queriendo. Estábamos concentrados en la regata y han salido las dos zodiac que tenemos cuando las chicas estaban remando. En la salida ya han avisado a los chicos que teníamos sanción de tres segundos», contó. «Está todo marcado en el reglamento y contra eso no podemos ir. Estamos a muchas cosas y somos los primeros que no queremos meter la pata. Nos ha tocado a nosotros, aunque hay más multas por ahí. Es un poco palo».

Por su parte, el preparador de San Juan fue uno de los más tajantes al describir la situación, al hablar incluso de «la inquisición» en la primera de las dos jornadas de La Concha: «Estamos viviendo la inquisición en la Bandera de La Concha, con tanta sanción a los clubes participantes. No podemos salir de la rampa, no podemos movernos... ¿Qué buscan los jueces y Donostia Festak de todo esto? ¿Cómo puede haber embarcaciones de los clubes sancionadas por nada? ¿A dónde vamos? ¿Qué buscan con esto?».

Sus palabras reflejan el malestar acumulado por unos controles que algunos consideran excesivos y que condicionan el ambiente del evento más especial de remo de la temporada.

No fue menos Iker Zabala, entrenador de Orio, que recibió una sanción de tres segundos por supuestamente haberse adelantado en la calle 0 con dos zódiacs de apoyo a la embarcación. El entrenador de la 'San Nikolas', lo tachó de «vergonzoso»: «Dicen que hemos estado en la calle 0, con dos zódiacs. No hemos estado en la calle 0, es inaceptable. Nosotros somos los protagonistas y no nos dejan hacer nada. Estamos con sanciones a toda hora, es vergonzoso. La regata nos deja un mal sabor de boca, a pesar del gran trabajo de nuestros remeros. Estoy muy caliente y prefiero contar hasta cinco antes de hablar pero.... ha sido un gesto feo».

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