Arraun Lagunak aprovecha las ventajas
Supera a Orio en el Campeonato de Euskadi haciendo valer la diferencia de viento entre tandas y una mejor calle
Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando surgen y Arraun Lagunak lo hizo este lunes en Lekeitio en un momento de debilidad tras los dos últimos resultados. De alguna forma Orio Orialki le había tomado la medida y aunque las aguiluchas se vieron perjudicadas por el viento y la calle, el triunfo de la Lugañene en el Campeonato de Euskadi actúa a modo de bálsamo mientras trata de recuperar su mejor versión.
Y puede que esa versión comenzara a asomar ayer porque, tandas y calle aparte, lo cierto es que la regata de Arraun Lagunak fue notable. En un principio tenía la desventaja respecto a Orio de remar en la primera tanda, pero lo que parecía un contratiempo se convirtió en una ventaja que supo explotar para retener el título conquistado en 2021.
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Con un viento del noroeste de 15 kilómetros a la hora arrancó la primera tanda. De brankas tocaba sufrir con el viento en contra, por eso las calles 1 y 2, más cercanas a la costa y por tanto más abrigadas, ofrecían una mayor ventaja.
La aprovecharon Arraun Lagunak y Hondarribia para rápidamente poner distancia con el resto. En apenas dos minutos la Lugañene metía dos segundos a la Ama Guadalupekoa, seis a Donostiarra y siete a Hibaika.
Clasificación
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1. Arraun Lagunak 11:20.88
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2. Orio Orialki 11:38.24
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3. Hondarribia Bertako Igogailuak 11:42.27
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4. Nortindal Donostiarra 11:43.23
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5. Tolosaldea 12:03.38
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6. Hibaika Jamones Ancín 12:11.00
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7. Ondarroa Cikautxo 12:46.24
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8. Deusto Bilbao 12:52.57
El poderío que mostraron las de Juan Mari Etxabe de brankas fue grande y en la ciaboga superaban en diez segundos a Hondarribia, en 19 a la Bantxa y en 27 a la Madalen.
Fue tras la maniobra cuando Arraun Lagunak, que hizo un amago de guiñada, vivió sus peores momentos:«Todo el largo de ida ha sido muy bueno, pero tras la ciaboga hemos tenido un momento difícil. Era algo de la calle porque luego a Donostiarra y a Orio les ha pasado lo mismo en la regata masculina», explicó Juan Mari Etxabe.
Hondaribia aprovechó ese momento para coger una ola y ponerse a seis segundos. Y lo mismo hizo la Bantxa, que de estar a 19 pasó a estar a 11. Destacable el largo de vuelta de las de Rufo Urtizberea que solo emplearon cuatro segundos más que Arraun y uno más que Orio.
Pero la Lugañene salió del bache para protagonizar 1.000 metros finales excelentes en los que enlazó varias olas, En apenas 200 metros distanció a las de Iker Cortés en seis segundos más, pero en solo dos a Donostiarra que comenzaba a amenazar seriamente a la Ama Guadalupekoa, a la que superó a falta de 250 metros.
Para entonces la victoria de Arraun era incontestable porque la Lugañene volvió a enganchar varias olas que le hicieron volar, mientras por detrás Hondarribia cogió una última ola para superar a Donostiarra y ser segunda por 96 centésimas.
Orio, contra viento y marea
Orio encaró su tanda con la certeza de las referencias de Arraun Lagunak, pero también con el convencimiento de que la calle 4 le iba a obligar a sufrir de brankas –el viento subió hasta los 22 km/h– y también a hacer más metros en popare para irse hasta esa calle 1 y aprovechar las olas.
La suya fue una lucha contra el crono porque en apenas 40 segundos ya tenía tres de ventaja sobre Tolosaldea y Deusto, y en dos minutos la renta respecto al segundo ya era de nueve. Sin embargo, la realidad de las aguiluchas no era la del agua, sino el crono de Arraun Lagunak y ése ya era tres segundos mejor.
El resto del largo de ida sería la confirmación de las dificultades de Orio, que ciabogó a 15 segundos del tiempo de la Lugañene. Demasiado por remontar.
O eso parecía porque los primeros minutos del largo de vuelta, los mismos en los que Arraun Lagunak sufrió, parecieron anunciar pelea. La San Nikolas se puso a ocho segundos, pero fue un espejismo porque los metros de más que tuvo que hacer para irse de la calle 4 a la 1 fueron demasiado. «En las mismas condiciones no nos hubieran metido tantos segundos, pero tenemos que seguir trabajando porque esto no termina aquí». Palabra de Nadeth Agirre.