A vueltas con los cambios
Pasa cuando no se gana. Es una de las discusiones más recurrentes en el mundo del fútbol y, sin duda, una de las mayores fuentes ... de crítica hacia los entrenadores es la que tiene que ver con los cambios. Al finalizar el partido del sábado ante el Celta, volvió a aflorar. Imanol se había confundido. O esa era la impresión general porque de la misma manera que todos los aficionados tenemos un once titular, durante el partido también tenemos en la cabeza los relevos necesarios para activar al equipo, ya sea para remontar o para defender el resultado. Y ponernos de acuerdo, por supuesto, es muy difícil, por no decir que imposible. Curiosamente en los dos últimos partidos, los jugadores que han entrado desde el banquillo han sido los mismos: Merino, Carlos Fernández, Marín, Navarro y Sola. Ante el Espanyol, la Real ganaba 0-3, Imanol movió el banquillo y el partido terminó 2-3. Ante el Celta, ya saben qué pasó. En ambos casos se trataba de mantener el resultado, pero ciertamente el rumbo que llevaba un partido y otro era distinto. Igual había que hacer otra cosa. O no. Ya saben aquello que dice el entrenador Juanma Lillo de los periodistas, a los que nos define como los «profetas del pasado». El caso es que dispuesto como estaba el aficionado de la Real a aplaudir a sus jugadores, de repente se vio sumida en una mezcla ácida de estupor y bajonazo moral. Y no supo bien lo que hacer.
En momentos como éste es conveniente hacer memoria y tirar de hemeroteca. Y lo primero que se concluye es que el banquillo de la Real (casi) siempre ha sumado esta temporada. Nos hemos hartado de alabar la profundidad de la plantilla: que si da igual quién juegue, que si todos suman...
Evidentemente no todos aportan lo mismo y a Imanol le toca gestionar esfuerzos. Seguro que él también ha hecho su reflexión. Debería, porque no todas las sustituciones deben estar estudiadas, responder a un método, a una decisión estratégica.
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