Por hache o por be, los partidos en Anoeta han empezado a llevarse titulares no por el ambiente sensacional que se genera sino por altercados ... que han tenido lugar fuera del estadio y por el lanzamiento de objetos al césped en el transcurso del partido. Una vez fue el (no) recibimiento al Atlético de Madrid con los altercados posteriores, otro día fue la lluvia de objetos que le cayó a Muniain cuando se disponía a lanzar un córner, la pasada semana fue la agresión a aficionados del Betis mientras tomaban algo en un establecimiento de Amara y ante el Barcelona, otra vez, el lanzamiento de objetos al césped. No se entiende nada. Es hora de pasar de los anuncios preventivos por megafonía a tomar decisiones concretas, a salir a la palestra, porque el rumbo que se ha tomado contamina a una afición que siempre ha sido ejemplar. La Real no merece que cuatro 'pseudo aficionados' manchen una camiseta. No tiene que ser díficil identificar a quien ha tirado ese botellín a los pies de Ter Stegen para impedir que vuelva a entrar a Anoeta. No les queremos en el deporte.
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