Séptima vez en descenso en la octava jornada
Remontadas. De los seis precedentes en los que arrancó mal la Liga, en uno terminó peleando por Europa, en tres acabó en la zona media y en los dos que bajó fue por una crisis estructural
No es la primera vez que la Real está en zona de descenso en la octava jornada. En las 79 temporadas que acumula en Primera, ... la presente es la séptima ocasión y un repaso a las seis anteriores permiten comprobar que en una acabó peleando por Europa, en otras tres terminó en la zona media y en dos descendió. Eso sí, nunca con Aperribay había ocupado una de las tres últimas posiciones a estas alturas.
Estos días se ha comparado este arranque con el de la 14/15 de Arrasate, en el que también llevaba cinco puntos, pero entonces era decimosexta porque tenía por detrás al Athletic, Elche, Levante y Córdoba. De todos estos, solo el conjunto andaluz perdió la categoría en junio.
Un repaso a la historia demuestra que en la mayoría de esos precedentes se trató de un problema coyuntural y luego remontó posiciones hasta tener un final de Liga tranquilo. De los dos descensos, en el primero (47/48) acababa de ascender y no pudo mantenerse, y en el segundo, el de la 06/07, llevaba cuatro temporadas jugando con fuego hasta que se quemó. La situación estructural del club en esas dos ocasiones no tenía nada que ver con el momento actual. Eso sí, no conviene confiarse y la historia nos dice que hay que huir cuanto antes de abajo.
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1947/48
Un recién ascendido que no pudo mantener la categoría
A la Real de los años cuarenta del siglo pasado se le conoce como 'el equipo ascensor' porque era demasiado bueno para Segunda pero no le daba para quedarse en Primera. El entrenador de aquella época era Benito Díaz, el que más partidos ha dirigido al conjunto txuri-urdin, que haría una labor de siembra en esos años cuyos frutos se recogerían en los cincuenta. Sin ir más lejos, en 1951 la Real fue quinta en Primera y subcampeón de Copa.
En lo que se refiere a la campaña 47/48, venía de ascender y mantenía el mismo equipo del curso anterior con la única novedad de la llegada de Rafael Alsúa por Jesús Gabilondo. El resto eran los los Román Galarraga, Echaniz, Marculeta, Ontoria, Castivia, Pérez y compañía.
El aterrizaje en la nueva categoría no fue sencillo y perdió cinco de las ocho primeras jornadas, aunque se permitió el lujo de ganar al Athletic (1-3) con un doblete de Castivia y al Nástic (3-1) en Atocha. Ese mal inicio le condenó a navegar durante todo el ejercicio en las dos últimas posiciones y a perder la categoría. Al final de esa temporada el club inició las obras de remodelación de Atocha con la que incrementó la capacidad del campo, el número de socios y el presupuesto que le permitió consolidarse en Primera. Al año siguiente recuperó la categoría, en la que estuvo trece temporadas seguidas hasta 1962.
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1983/84
El equipo campeón también pasó su momento malo
Aunque parezca increíble, la Real de Ormaetxea vivió un inicio de temporada complicado en 1983, apenas un año después de ser campeón de Liga por segunda vez y cinco meses más tarde de jugar las semifinales de la Copa de Europa. Veteranos como Kortabarria, Olaizola y Diego fueron perdiendo peso en el equipo, Satrústegui seguía recuperándose de la grave lesión que sufrió y Zamora tenía tocada la rodilla. Era un momento de relevo generacional con la entrada de los Zubillaga, Sagarzazu, Orbegozo y Begiristain y los primeros resultados no fueron nada favorables, con dos empates, cinco derrotas y una sola victoria en ocho jornadas. Resultaba extraño ver a aquel equipo penúltimo sufriendo derrotas antes rivales como el Murcia (3-1), Valladolid (4-1) o Málaga (0-2). No hay que olvidar que allí estaban los Arconada, Gorriz, Gajate, Larrañaga, Bakero, Zamora, Uralde, López Ufarte...
Sin embargo, reaccionó pronto y sumó cinco victorias en siete partidos que le permitieron instalarse en la zona media. Entre enero y marzo permaneció tres meses sin perder en los que enlazó cinco triunfos y seis empates que le metieron de lleno en la pelea por Europa, aunque al final se quedó fuera por un punto.
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1992/93
La dificultad de armar una defensa en un conjunto joven
No solo Benito Díaz y Ormaetxea sufrieron arranques complicados. Toshack, que junto a ellos completa la terna de entrenadores históricos del club, vivió los suyos en un par de ocasiones. En la 92/93, la segunda temporada de su segunda etapa en el banquillo txuri-urdin, no empezó nada bien, y eso que venía de clasificarse para la UEFA. Sin embargo, y pese a mantener casi la misma plantilla, acumuló un primer mes de competición negro con eliminación europea ante el Vitoria Guimaraes incluida que dejó muy tocado al grupo.
Atrás sufrió dos bajas importantes como la retirada de Górriz y la marcha de González al Valencia, que había sustituido con nota a Arconada durante tres años tras colgar éste las botas. El galés apostó por Pikabea para relevar al primero y por Yubero para defender la portería, dos chavales de apenas 20 años. Imanol, de la misma generación, también entró en el lateral de un conjunto lleno de juventud por la presencia de los Alkiza, Luis Pérez y Guruzeta, entre otros. En la octava jornada la Real era antepenúltima con un bagaje de dos victorias, un empate y cinco derrotas, ante el Burgos (4-0), Sporting (1-2), Deportivo (0-2), Valencia (1-0) y Athletic (2-0).
En esta ocasión, y tratándose de un equipo tan bisoño, le costó remontar el vuelo y en la jornada 20 aún seguía en descenso. Sin embargo, en la sgeunda vuelta firmó 14 jornadas extraordinarias entre la 19 y la 32, con siete victorias y cinco empates, que le dejaron cómodamente en la zona media de la tabla.
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2000/01
Los fichajes de Clemente no funcionan
Con el cambio de siglo esos momentos de debilidad puntuales se convieron en estructurales. Había un problema de fondo. En el verano de 2000 el club, con Clemente al frente, dilapidó 10 millones de euros en tres fichajes fallidos como los de Asper, Peiremans y Arif, a los que habría que unir los otros dos que se había gastado unos meses antes en Corino. Disputados seis partidos el vizcaíno estaba en la calle después de ser goleado por el Celta (4-1), Barcelona (0-6) y Rayo Vallecano (4-1). En la jornada ocho solo Osasuna y Zaragoza estaban por detrás en la clasificación.
Periko Alonso sería su sustituto en los diez siguientes partidos, pero viendo que no podía enderezar el rumbo de la nave –la Real era última en navidades–, presentó la dimisión. Así llegó la tercera etapa de Toshack en Donostia, quien curiosamente la primera decisión que tomó fue recuperar a Xabi Alonso, hijo de Periko, para llevar la batuta en el centro del campo. En la segunda vuelta el conjunto realista fue el séptimo que más puntos sumó (29) y acabó decimotercero.
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2001/02
Un arranque lastrado por las lesiones
La Real venía de la temporada anterior con buenas sensaciones gracias un once tipo que Toshack había construido y que estaba formado por Alberto; Rekarte, Loren, Luiz Alberto, Aranzabal; Xabi Alonso, Idiakez; Tayfun, Khokhlov, De Pedro; Jankauskas. Quizás por eso, y porque había hecho una fuerte inversión en los anteriores mercados, en verano solo llegó Kvarme y gratis. Sin embargo, el galés perdió en pretemporada a tres piezas importantes como Alonso, el cerebro; De Pedro, el pasador; y Jankauskas, el goleador, y el equipo lo acusó. Además, Idiakez y Tayfun también jugaron mermados varios partidos. El caso es que en la octava jornada solo había rascado dos empates, en casa ante Celta y Sevilla, lo que unido a las seis derrotas que había sufrido le llevaban a la última posición de la tabla.
Tres victorias seguidas le permitieron tomar algo de aire pero sin salir de la pelea por la permanencia. En navidades el club fichó a Westerveld, Nihat y Kovacevic por 16 millones, aunque no se remontó el vuelo y Toshack fue cesado en marzo. Olabe, que era el director deportivo, asumió las riendas del equipo y lo salvó gracias a una racha de cinco triunfos y dos empates en las nueve últimas jornadas.
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2006/07
Tanto fue el cántaro a la fuente que se rompió
Todos los errores que había cometido el club los años anteriores desembocaron en el descenso de 2007. Se había gastado mucho dinero en jugadores sin nivel y a la quinta, fue la vencida. En 2000, 2001 y 2002 ya había pasado serios apuros, algo que se repitió en 2006 tras el desmantelamiento del equipo subcampeón de Denoueix en apenas dos cursos. Esa temporada Amorrortu, Gonzalo Arconada y Bakero ocuparon el banquillo, y éste sería relevado en la 06/07 por Lotina después de arrancar el curso con dos empates y seis derrotas. En esta ocasión ya no hubo margen de maniobra, ni en el campo ni en los despachos, y el descenso fue un hecho después de una larga agonía.
La situación actual del club, con un proyecto fuerte deportivo, económico y social pese a este mal inicio, nada tiene que ver con la que tenía cuando se dieron esos dos descensos en 1948 y 2007. Todo hace indicar que terminará remontando el vuelo, pero cuanto antes lo haga, mejor.
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