Semana Grande en febrero

Hasta se puede decir, incluso, que ayer Real y Athletic jugaron el derbi en La Cartuja, o por lo menos tenían la mente más puesta en lo que puede pasar en esa final de Copa sevillana que en los puntos de Anoeta.

Lo bueno, claro, es que la victoria se quedó merecidamente en casa, ya que solo hubo un equipo que con unos o con otros buscó la victoria y ese fue la Real. Los de Imanol, que no tuvieron uno de sus mejores días, superaron con claridad a los rojiblancos, especialmente desde que se movieron los banquillos. Y miren que Garitano metió en el campo a Muniain -muy fea, feísima y completamente fuera de lugar su entrada a Oyarzabal-, a Dani García y a Williams, tres titulares indiscutibles de los rojiblancos.

Imanol contrarrestó con Isak, Januzaj y Aritz -por cierto este cambio llegó tarde porque la Real necesitaba a Zubeldia en el medio después del 1-0- y el técnico oriotarra acertó de pleno.

Isak sigue de dulce. Todavía andan buscándole por el Bernabéu, y ayer la presencia del sueco fue un jeroglífico imposible de resolver para los vizcaínos. El trío formado por Januzaj -vaya pase casi imposible en la jugada del segundo gol- Portu y el mencionado Isak cambiaron el guion del partido, que se cerró desde que Zubeldia aportó su juego y fuerza al centro del campo, donde Merino, como no estaba Odegaard, recibió faltas y más faltas de todo tipo y condición...

Al final, tres puntos y otro derbi para el conjunto de Imanol, al que no solo le doy la enhorabuena, por lo orgullosa que está la afición con su equipo, sino que le deseo que recupere su mejor sueño. Descansa tranquilo, hombre, que lo estáis haciendo muy bien y tenéis detrás a más realistas que nunca. Ayer en el Reale Arena se dieron cita ¡uno de cada veinte guipuzcoanos!, una cifra histórica, que lejos de asustar debe ayudar a los blanquiazules en este extenuante verano futbolístico que estamos viviendo en febrero.

Y dos cosas más. Cuando el viernes dije que la Real era el favorito para ganar la Copa, solo quería decir que es el equipo que, por su trayectoria, más méritos ha hecho hasta el momento para levantar el trofeo. Méritos digo. No confianza. No menosprecio al rival. Solo méritos.

El otro tema que no quiero obviar es lo sucedido en la final de la Supercopa femenina. Seguramente me siento más orgulloso de ellas ayer, en su derrota, que el día que ganaron la Copa. Por encima de un resultado está nuestro escudo. Llegaron a otra final. Ni una lágrima, por favor. La cabeza bien alta. Vamos, chicas.