Menotti en el recuerdo

Él fue quien me llamó y me convenció para ir al Atlético cuando ya se sabía que iba a salir de la Real en 1987. Hizo fuerza para que estuviera ahí. Recuerdo que en su primera charla en el vestuario dejó a todos con la boca abierta. Tenía un léxico diferente y he de reconocer que en mi carrera como entrenador he utilizado muchas de sus frases. Por ejemplo, como él decía, «sentirse cansado no es estar cansado».

Era un técnico que siempre buscaba que sus equipos jugaran al ataque. Le gustaba jugar bonito. Le gustaba el achique de espacios. Fue el primero que intentó llevar la línea defensiva adelantada. Siempre le he tenido en gran estima, porque me parecía diferente a todos los entrenadores que había conocido anteriormente.

Lo malo es que solo duró seis meses en el banquillo. Fueron seis meses intensos, porque también se trataba del primer proyecto de Gil en el club. Fue una pena. Se fue él y casi dejé de jugar. No con la asiduidad con la que lo estaba haciendo.

Años antes, cuando llegó al Barcelona, ya intentó ficharme. Entre él y Maradona intentaron que fuera al Barça. De hecho, Menotti escribió un libro donde decía que era uno de los grandes jugadores que le hubiera gustado tener en sus filas. Afortunadamente me quedé en la Real.

Volviendo al presente y a lo que nos atañe esta noche, considero que el control del juego va a ser muy importante. Creo que la Real está más que capacitada para discutir el balón al Barça, pero solo con eso no basta. Una vez que se logre la posesión va a ser importante tener la verticalidad para buscar esos balones que hacen mucho daño a la espalda de las defensas.

Habrá mucho espacio y habrá que aprovechar para jugar con futbolistas tan veloces como Becker, que se ha ganado el derecho de volver a ser titular. El Barça ha mejorado mucho con jugadores jóvenes, aunque sigue siendo un polvorín por todos los problemas estructurales que tiene, aunque, esté como esté, siempre es especial jugar contra ellos.