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Claudio Bravo ha anunciado su retirada del fútbol profesional con 41 años. El que fuera portero de la Real Sociedad entre 2006 y 2014 ha expresado en su vídeo de despedida que «es momento de cerrar un ciclo muy importante de mi vida. Me encantaría aprovechar la oportunidad para agradecer a todos los clubes, compañeros, técnicos, personal y aficionados que he tenido todos estos años».
El guardameta chileno llegó a la Real Sociedad del Colo-Colo y su primera temporada en San Sebastián fue la del descenso a Segunda División. Bravo, en ese primer curso en la categoría de plata, no jugó ni un partido por motivos técnicos, decantándose por Asier Riesgo. Después volvió a la titularidad y su momento estrella y que será recordado por muchos aficionados fue el gol que metió de falta directa al Nástic en la temporada 2009/10.
Fue pilar fundamental en el regreso a Primera División de la Real Sociedad y en la participación de Champions en la 2013/14. Fue su última temporada de txuri-urdin antes de ser traspasado al Barcelona, operación que dejó 12,5 millones de euros en las arcas del club y un disgusto en la entidad y en la afición, ya que Bravo acudió a los juzgados para reclamar 1,3 millones al entender que le correspondía ese dinero cuando se produjo su traspaso.
Cuando la Real acordó el traspaso de Bravo al club azulgrana el portero renunció expresamente al 10% que le correspondía de una posible venta según se recogía en el contrato que le unía a la entidad txuri urdin. A cambio, la Real facilitó su salida al Barcelona. El guardameta, sin embargo, al entender que los derechos de los trabajadores son irrenunciables, optó por presentar una denuncia contra la Real reclamando esos 1,3 millones, en primera instancia en el Juzgado de lo Social de la Magistratura de Trabajo de Barcelona, para sorpresa de la entidad guipuzcoana. Bravo incluso se presentó en persona, en junio en 2017, a esa primera vista. La jueza dio la razón a la Real en esa primera instancia, y el meta apeló en el tribunal autonómico superior catalán y en el TS, sin éxito.
Su trayectoria en la Real dejó 237 partidos, 76 porterías a cero y un gol a favor, además de un legado que le seguirá toda su vida, ya que una de sus cuatro hijas se llama Maite.
Claudio Bravo jugó después, además de en el Barcelona, en el Manchester City y en el Real Betis, con quien terminó la pasada temporada su carrera.
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