El regreso del samurai blanquiazul, Takefusa Kubo

Kubo regresa una semana más tarde que sus compañeros –aunque faltarán algunos que se irán incorporando en los próximos días– al jugar después de que acabase la Liga un par de partidos internacionales con la selección japonesa. El atacante realista disputó los dos encuentros, 65 minutos en el rotundo triunfo ante El Salvador (6-0), en el que marcó un gol, el tercero, y 19 minutos saliendo desde el banquillo en el segundo compromiso ante Perú, con triunfo nipón por 4-1. Estos encuentros se disputaron en el país asiático el 15 y 20 de junio, con lo que Take Kubo ha tenido a su disposición cuatro semanas completas de vacaciones.

Retorna a Donostia el jugador que más sorprendió por su rendimiento el curso pasado y que dio un portazo a quienes no le auguraban una buena estancia en la escuadra blanquiazul. Los números avalaron su fichaje y las sensaciones que dejó sobre el césped lo corroboraron. El internacional japonés disputó 44 encuentros –35 en Liga, dos en Copa del Rey y siete en la Europa League– siendo el segundo máximo realizador del equipo con nueve goles y otras tantas asistencias. Todos los convirtió en el campeonato doméstico. Fue un jugador casi insustituible para Imanol Alguacil, el cuarto con más partidos disputados tras Remiro (50), Brais (47) y Sorloth (46).

Sin duda, su rendimiento y compromiso terminaron por encandilar a la grada realista, que le ha visto como un jugador con un despliegue físico tremendo, incansable durante todo el partido, solidario en tareas defensivas y uno de los elementos más desequilibrantes de la plantilla al que Imanol Alguacil ha sacado todo su jugo. «Noto que la afición me quiere y ese cariño no lo he tenido en otros sitios», declaraba en una entrevista a este periódico antes de certificar el pase a la Champions logrado ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano. Y es que el Reale Arena no se ha cansado de aplaudir a este jugador que generaba dudas pero que se ha encargado de disipar todas ellas.

Take Kubo llegó en el verano pasado con la idea de que pudiera ser el sustituto de Silva, en ese puesto de mediocampista más adelantado, pero Imanol decidió colocarle en punta acompañando a Sorloth en ese 4-4-2, habida cuenta de las bajas de Mikel Oyarzabal y de la lesión en la tercera jornada de Sadiq Umar. Su sociedad con el noruego, pichichi y tercer máximo realizador, fue también uno de los puntales destacados de la pasada temporada. La delantera de la Real sufrió dos duros reveses en los primeros días de competición. El Newcastle fichó a Alexander Isak tras la segunda jornada de Liga por 70 millones de euros, el 24 de agosto. Su sustituto, Sadiq, que llegó del Almería, se rompió el ligamento cruzado de su rodilla derecha en la tercera jornada ante el Getafe un 11 de septiembre. A esto hay que añadir que los otros dos atacantes del equipo: Mikel Oyarzabal y Carlos Fernández, habían sufrido la misma lesión que el delantero africano. El capitán estaba aún en los albores de la temporada dentro del proceso de recuperación de su rodilla–regresaría a los terrenos de juego el 31 de diciembre ante Osasuna– y el andaluz se estrenó a principios del mes de octubre por varios problemas físicos, distintos a su lesión de rodilla.

Así las cosas, el técnico oriotarra hizo de la necesidad virtud, juntó a cuatro centrocampistas de mucho talento como Zubimendi, Brais, Merino y Silva. Y colocó a Kubo y Sorloth en la delantera. El japonés entendió a las mil maravillas lo que le pedía Imanol y gracias a los goles de Brais, la Real comenzó el campeonato muy fuerte, incrustándose en los puestos nobles de la Liga y ganando, por ejemplo, en Old Trafford ante el Manchester United. De los 44 partidos que ha disputado Kubo el pasado año, en 37 salió de titular, fiel reflejo de la confianza que tuvo en él Imanol Alguacil. Veremos si el retorno de Kubo puede ser la antesala del regreso del noruego, esta vez fichado, y que la sociedad entre ambos vuelva a funcionar.

El jugador realista llegó procedente del Real Madrid con un contrato hasta el 30 de junio de 2027, es decir de cinco temporadas, y la entidad presidida por Jokin Aperribay abonó al cuadro merengue 6 millones de euros. Se estableció entre ambos que el equipo merengue se reservaba un 50% del total de una posible venta. Es decir, que si llega un club y pone 40 millones por Kubo, siempre y cuando Real Sociedad y Real Madrid estén de acuerdo, cada equipo se embolsaría 20 millones. Debido a su gran rendimiento, enseguida aparecieron los rumores de una posible vuelta a Madrid, que él mismo zanjó. «Cuando vine tenía miedo de que la Real no me quisiera para el año que viene y ahora estoy contento de que me quieran. El año que viene, 100% txuri-urdin», dijo tras marcarle un gol, precisamente al Madrid.

Por ahora el samurai sigue vestido de blanco y azul. Y va afilar su katana, en este año de Champions League.