El parón de Liga y ahora el cerrojazo condicionan el calendario de obra para rematar Anoeta
La Real quería aprovechar estas semanas y el verano sin fútbol para remodelar los vestuarios y la zona de prensa, que podría no acabarse hasta 2022
La decisión del Gobierno de suspender las actividades no esenciales entre hoy y el jueves 9 de abril, ambos inclusive, para frenar la propagación ... del Covid-19, también va a afectar a los trabajos de remodelación del Estadio de Anoeta. El calendario para rematar las últimas actuaciones previstas en la remodelación del campo de fútbol se verá alterado al prohibirse cualquier desplazamiento de todo operario en las dos próximas semanas con la finalidad de evitar así la propagación del virus. Este cerrojazo unido a la incertidumbre que existe sobre cuándo podrá reanudarse la competición de Liga, si finalmente puede llevarse a efecto, dejan con interrogantes los planes inmediatos de la Real para concluir la reforma.
Es posible que los trabajos que querían terminarse este año, rematados una vez acabara la Liga en los meses de verano, tengan que posponerse a 2021. Son otras de las consecuencias de esta crisis sanitaria además de las pérdidas económicas que puede sufrir el club, en torno a 20 millones de euros, si no se juegan los partidos que restan.
Las actuaciones que restan por ejecutarse las abona la Real y no están recogidas en el proyecto original
A grandes rasgos, a la reforma de Anoeta le queda por hacer lo que el aficionado no ve. Son actuaciones sufragadas por el club que no estaban recogidas en el proyecto original que la Real cedió al propietario del estadio, Anoeta Kiroldegia, la sociedad dependiente del consistorio.
Se refiere a las zonas de vestuarios y de prensa, en las que se proyectaba dar un arreón una vez acabada la Liga, el 20 de mayo, con ánimo de que estuvieran acabadas para agosto como muy tarde cuando arrancaría la próxima temporada.
Pero el coronavirus, estos quince días como mínimo sin actividad, y la incertidumbre por saber si se van a poder disputar los partidos que restan de esta Liga, apunta a que no va a ser posible cumplir los plazos. Los futbolistas necesitan un lugar para cambiarse y los periodistas, otro para desarrollar su labor informativa. Mientras haya competición no se va a poder avanzar mucho. Si junio y julio son útiles para la competición, el plan de obra quedará alterado.
Dos pasillos conectados
Los trabajos que tiene previsto hacer la Real se centran en los espacios interiores de la tribuna principal, en zonas a las que solo tienen acceso los jugadores, los medios de comunicación y personal ligado al club.
El proyecto dibuja dos largos pasillos paralelos, de un córner a otro, interconectados. Uno, el de vestuarios, será de acceso exclusivo para jugadores, entrenadores, árbitros y federativos, mientras que por el otro podrán circular los periodistas que cubren los partidos y los trabajadores de Anoeta. El diseño busca transparencia en muchos espacios que ahora son muy opacos, oscuros. Serán zonas más acogedoras.
El diseño dibuja dos largos pasillos paralelos, de un córner a otro, interconectados, para jugadores y periodistas
La Real, de la mano de la arquitecta encargada de la remodelación, Izaskun Larzabal, ha apostado por habilitar espacios exclusivos para los jugadores que por el momento se ven en pocos campos de fútbol. Son zonas, salas, que ayudarán a los jugadores a gestionar sus emociones antes y después de los partidos. Hoy en día, un jugador acaba el partido, se ducha y sale por la puerta. El club entiende que hacen falta espacios para ayudarles a ordenar los flujos antes y después de cada encuentro. Por de pronto, el vestuario dejará de ser rectangular para tener forma de herradura.
Las cuatro esquinas
Finalizados esos trabajos, quedará por remodelar las zonas de restauración de las tribunas altas principales, una labor que sí se podrá hacer en las semanas en las que no se celebren partidos de fútbol. Y por último, habrá que dar forma a las cuatro esquinas de Anoeta, ahora cubiertas por una pared de ladrillo. Una es para la Real, para su tienda y oficinas. Otra para las federaciones vascas, otra para el Ayuntamiento y otra para el museo, pero no entendido como hasta ahora sino como parte de una experiencia más global.
En verano podría rematarse también la zona exterior. El Ayuntamiento está comprobando los distintos flujos de los aficionados los días de partido para tomar decisiones. Se plantarán árboles en los alrededores, pero tampoco podrán ser muchos ni voluminosos por razones de seguridad a la hora de evacuar el campo de fútbol.
Una vez concluidos todos los trabajos de remodelación, la palabra la tendrá la Real para exprimir el estadio más allá de los días de partido, como ya ha hecho esta temporada. Y es que Anoeta también es un ámbito de negocio al que el club ya saca chispas en busca de ingresos futuros.
El personal de la Real y el Eibar trabaja en sus domicilios
Poco cambia para los empleados de la Real y el Eibar la decisión del Gobierno central de limitar los movimientos salvo en las actividades esenciales porque desde que se decretó el estado de alarma vienen trabajando en sus domicilios. Las oficinas de los dos clubes están cerradas sin fecha de reapertura, lo mismo que las instalaciones de Zubieta y Atxabalpe en las que habitualmente se entrenan ambos equipos. La limitación de movimientos sí puede afectar a los operarios que se encargan de quitar y poner los calefactores que cuidan el césped de Ipurua y Anoeta, un problema mitigado al no haber partidos en el horizonte.
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