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Vísteme despacio que tengo prisa, pensará Imanol en las horas previas del duelo ante el Nápoles de este jueves. Las prisas nunca fueron ... buenas consejeras para nada, eso es una verdad irrefutable, pero lo cierto es que la Real Sociedad llega a la última jornada de la fase de grupos de la Europa League con los deberes a medio hacer, y no le queda mucho margen de maniobra para terminarlos bien. En esta tesitura, en la que cabe recordar que la escuadra txuri-urdin depende de sí misma para finalizar incluso en el primer lugar, se encuentran los hombres dirigidos por el técnico de Orio.
No es la primera vez que el club txuri-urdin se encuentra entre la espada y la pared a última hora. Y no se le da mal responder en este tipo de encrucijadas, en las que se ha jugado en los últimos años desde entrar a la Champions League hasta salvar el pellejo para no descender a Segunda. Sin ir más lejos, solo hay que retrotraerse unos meses atrás para ir hasta la última jornada de la Liga 2019/20, donde la Real se jugaba sus opciones de terminar en sexto lugar en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid. Hasta tres equipos, Granada, Getafe y Valencia, opositaban también a esa plaza liguera, pero las matemáticas sonrieron a los txuri-urdin, después de sacar un valiosísimo empate a un gol gracias a un tanto de Januzaj al borde del final.
En 2017 los últimos minutos de la jornada 38 de Liga no fueron aptos para cardíacos entre la familia de seguidores blanquiazules. La Real llegaba a esa última fecha en una tesitura similar a la anteriormente citada, con opciones incluso de terminar en el quinto lugar. Sus rivales eran el Villarreal y el Athletic. Los vizcaínos tenían los mismos puntos que los guipuzcoanos, 63, pero pincharon en su visita al Atlético y los de Eusebio Sacristán, tras levantar dos resultados adversos y meter el definitivo 2-2 en Balaídos en el tiempo de descuento, se ganaron con total justicia su billete europeo.
En 2013, el año en el que el conjunto realista se clasificó por última vez para la Champions League, los transistores echaban humo en una última jornada de infarto. El contrincante en aquella ocasión para amarrar la cuarta plaza era un Valencia al que dirigía Ernesto Valverde, y al que en esa temporada se venció en dos partidos para el recuerdo tanto en Mestalla (2-5) como en Anoeta (4-2). Los hombres de Montanier eran quintos con 63 puntos, por 65 del cuadro che, que tenía que jugársela en el Sánchez Pizjuán ante un Sevilla que solo se jugaba la honra (pero eso en un Sevilla-Valencia es mucho decir). La Real tenía que ganar en Riazor y esperar que el Valencia no hiciese lo mismo. Y el milagro sucedió. Un gol de Griezmann mandó al Deportivo a Segunda (0-1) y una actuación portentosa de Negredo, con un póker de goles, sepultó las opciones de Champions de los valencianistas, desatando la euforia entre los aficionados txuri-urdin.
Pero si hay que recordar otro momento en el que la Real Sociedad salió viva de una situación límite, ese tiene que ser el de la conquista del primer título de Liga, en El Molinón en 1981. Un histórico gol de Zamora en los estertores del choque ante el Sporting de Gijón puso en el marcador el definitivo 2-2 con el que el club blanquiazul tocaba por primera vez en su historia el cielo con los dedos, y sumía en una profunda decepción al Real Madrid, que ya se veía campeón al ganar en Valladolid y oír en la grada que los hombres de Alberto Ormaetxea habían perdido en Gijón.
En Europa, la escuadra donostiarra ya vivió una noche similar a lo que le espera en Italia este jueves en la edición de la Champions League de la temporada 2003/04. El conjunto txuri-urdin se presentaba a la última jornada de la fase de grupos con 8 puntos y en el segundo puesto, por detrás de una Juventus intratable. En la última jornada el Galatasaray, con dos puntos menos que los hombres de Denoueix, llegaba a Anoeta con la firme intención de birlar esa segunda plaza y acceder a los octavos de final. Y el partido fue un drama... con final feliz. Los turcos se adelantaron con un gol de Hakan Sukur que dejaba a la Real en la calle. Hasta que apareció Óscar de Paula, quien se vistió de héroe en la segunda mitad para firmar las tablas que daban el pase al club blanquiazul.
Con todo, también ha habido borrones a la hora de intentar salvar los muebles a última hora. El más sonado, sin duda alguna, fue el de la última jornada de Liga en 1980, cuando la Real llegaba con todo a favor para llevarse el título. Dos goles de Bertoni hundieron a un equipo imparable, que fue a fallar en el momento más inoportuno del año, después de no haber perdido ni un solo partido previamente en toda la campaña. En 2003 el disgusto llegó en Vigo, en la penúltima jornada. La Real dependía de sí misma para ganar la Liga si vencía a los gallegos y al Atlético después en Anoeta, pero falló y cayó en Balaídos (3-2) ante un Celta que se jugaba entrar en Champions. El Real Madrid no desperdició el regalo y aniquiló los sueños de miles de realistas.
La suerte ya está echada. Partido de los grandes en el Diego Armando Maradona, este jueves a las 18.55 horas.
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