El momento de creer
La Real afronta su partido más difícil por las bajas, el cansancio, la decepción europea y la buena racha del rival a domicilio, pero no arroja la toalla
Ya lo dijo Mikel Oyarzabal tras el partido del jueves frente al Leipzig, «son momentos para estar unidos y para creer si queremos sacar esto ... adelante. Somos los mismos de hace dos meses». El mensaje del capitán cobra importancia ante, seguramente, el partido más difícil del año por muchas razones.
Para empezar, la Real no está bien. Lleva tiempo sin estarlo pero la ilusión por la Copa y la Europa League nos ha mantenido el espíritu vivo mientras en la Liga perdíamos fuelle. En los tres últimos meses solo ha sumado más puntos (10) que el Levante (9), Cádiz (8) y Alavés (7). Tremendo. Le falta frescura tanto en las piernas como en la cabeza porque, como el curso pasado, la acumulación de partidos le ha pasado factura.
Ahora, además, se le une la decepción europea, el cansancio, las bajas de hombres importantes como Januzaj, Rafinha y Zaldua y el buen rendimiento de Osasuna fuera de casa. Un cóctel perfecto para convertir este partido en una trampa mortal si no se enfoca bien. Por eso el factor campo tiene que notarse.
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A un punto de Europa
Los jugadores son los mismos que hace once meses nos dieron la mayor alegría en décadas y ahora, cuando las fallan las piernas, necesitan que el Reale Arena les lleve en volandas. Imanol es el entrenador que nos devolvió la ilusión con un mensaje ambicioso y está en plena pelea por volver a clasificarnos para Europa por tercer año consecutivo. Habrá dosificado mejor o peor las fuerzas –ya habrá tiempo de analizarlo–, pero se deja la piel por este equipo cada día.
Cuando quedan catorce partidos –al resto uno menos–, el billete continental está a un punto, por lo que todo es posible. En otras épocas cuando caíamos en Europa estábamos más cerca de abajo que de arriba y ahora, con todo lo mal que venimos haciéndolo, somos séptimos con la visita a Mallorca pendiente. Por eso es tan importante la final de hoy porque, pese al disgusto ante el Leipzig, un triunfo insuflaría nuevos bríos y nos haría encarar estos tres meses con otra cara.
Un rival que se atraviesa
Arrasate conoce bien a la Real. No en vano es seguidor txuri-urdin y entrenó al equipo entre julio de 2013 y octubre de 2014. Por eso los partidos en Anoeta ante Osasuna han sido tan complicados. En las dos visitas en Liga desde el último ascenso rojillo se han producido sendos empates (1-1) con la sensación, además, de dar por bueno el resultado.
En la 19/20 fue el primer partido tras el desconfinamiento y Oyarzabal rescató un punto en la segunda parte después de que Adrián López hubiera marcado antes de penalti. Hace un año pasó algo parecido. La Real llegaba de ganar tres días antes en San Mamés, por lo que Imanol reservó a varios titulares. Calleri volvió a adelantar a Osasuna y Barrenetxea empató tras una gran jugada colectiva.
Al margen de estos dos enfrentamientos ligueros hubo otro copero el 29 de enero de 2020 que acabó con triunfo blanquiazul por 3-1 pero que estuvo más igualado de lo que indica el marcador. Con empate a uno Moncayola estrelló un balón en larguero en el minuto 53 que pudo cambiar el devenir del encuentro. Después marcaron Odegaard de falta directa e Isak a la salida de un córner botado por el noruego.
El tercer mejor visitante
Osasuna lleva una trayectoria impecable fuera de casa que le ha llevado a ser el tercer mejor visitante de la Liga con unos números asombrosos. En sus doce salidas ha ganado en seis y empatado en dos, cayendo solo en los campos del Sevilla (2-0), Atlético (1-0), Getafe (1-0) y Celta (2-0). Y en el Wanda y el Coliseum lo hizo en el descuento. Las victorias las ha obtenido en los feudos del Cádiz, Alavés, Mallorca, Villarreal, Granada y Rayo Vallecano, mientras que puntuó en el Santiago Bernabéu y el Ciutat de Valencia contra el Levante.
Estos 20 puntos que ha conseguido a domicilio en doce partidos solo los mejoran el Real Madrid (26) y el Betis (23), lo que es una señal del rendimiento que están dando los de Arrasate lejos de Pamplona. De haber estado algo más finos en casa no es descabellado pensar que estarían peleando por puestos europeos. Así que ya ven, no pinta fácil el partido.
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